Dramaturgo / Marco Antonio de la Parra  

 

 


Telemaco/Subeuropa

de Marco Antonio de la Parra

Escena 16

Madre (paseándose con un cuchillo, espectral, seguida por el Amante): ¿Por qué Dios no se lo lleva? ¿Por qué Dios no se lo lleva al infierno de una buena vez por todas? Maldita la hora en que lo acepté. Maldita la hora en que tuve estos hijos. ¿Qué hacen ahí los dos? No es hora de que los niños vaguen por la casa. ¡A la cama! ¡A la cama!

Teo y Hermana salen. Se ocultan.

 

Madre: (Al Amante) Ahí viene saliendo de la tumba. Trae la red. Viene como un héroe, húmedo de gloria, seco de sangre. Lanza sobre él la red. ¡Ahora!


Una sombra alcanza a emerger de la tumba abierta. El Amante y la Madre lo apuñalan maniatándolo con la red. Luego lo dejan caer en la tumba de nuevo. El Amante lo entierra.


Madre: ¿Teodoro? ¿me oyes, Teodoro? ¿Sabes cómo te amé? ¿Pudiste algún día ponerte en mi lugar mientras me engañabas? Siempre mentiste, siempre. Y ahora ellos me miran como si yo fuera una bestia. Y bebo como una bestia. Y me aturdo con calmantes como una bestia. Me sigues haciendo falta. Y lloro porque no pude matarte como hubiera querido y ningún amante me basta para hacerlo. Ninguno. ¿Cuándo vas a volver, náufrago maldito? ¿No te das cuenta que la nostalgia es venenosa? Dame la libertad, muérete. Danos un indicio de tu muerte. Dáselo a tu hijo que te busca. A tu hija que simula haberte olvidado, a mí que todos los días me embriago pensando que otro amor cubrirá tu silueta ahí en el dormitorio, tu risa que aún suena, tu voz, tu bella voz, viejo maldito, que todavía aparece en mi memoria y me calienta como antes y la uso aún cuando estoy con otros y por eso mi corazón no puede enamorarse. ¿A qué guerra te fuiste? ¿Quién te mató? Pedí tu muerte tantas veces. Ahora soy yo tu propio fantasma. Y mi sexo es un fantasma. Y mi borrachera es propia de un fantasma. Tu ausencia no me calma. Nunca. Nada. Y te nombro. Despacito: Teodoro. Y fuerte ¡Teodoro! Y no vienes, hijo de puta. No vienes.


El Amante ha terminado de tapar la fosa.


Amante: Ya está.
Madre: Mañana saldrá de nuevo.
Amante: ¿Vemos la televisión?
Madre: Prepárame un trago.
Amante: Es una película vieja, en blanco y negro. Con Robert Mitchum que te gustaba tanto.
Madre: Está bien, me gusta todavía.


Se abrazan.


Amante: ¿Quieres que me quede por la noche?
Madre: Pregúntamelo mañana.


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