Dramaturgo / Marco Antonio de la Parra  

 

 


Telemaco/Subeuropa

de Marco Antonio de la Parra

Escena 6


Afuera llueve. La Puta
 entra con paraguas. Teo con su mochila. Empapados. El cuarto es pequeño e incómodo. Un aviso de neón parpadea en el exterior. Una cama pequeña con barrotes. Ruido de gente en el pasillo. Se miran largo rato. Llueve incansablemente.


Puta: ¿Y bien?
Teo: Hay mucho ruido.
Puta: ¿Quieres que me desnude?
Teo: Pasa mucha gente por el pasillo.
Puta: No se oye nada desde el pasillo. Si quieres que grite, gritaré, si quieres que chille, chillaré, si quieres que gima, gemiré. No se oirá en el pasillo.
Teo: ¿Cómo lo sabes?
Puta: Conozco este hotel hace años.


Ella se desnuda lentamente. El la contempla mientras revisa puertas y ventanas.


Teo: ¿Nunca tienes miedo?
Puta: ¿De qué?
Teo: De que algún cliente te haga daño, de enfermarte, de que corras peligro.
Puta: ¿Eres de los que les gusta confesarnos? ¿No será tu primera vez?
Teo: No.
Puta: Con una puta, digo.
Teo: No.
Puta: Haces preguntas de novato. No te desvistes.
Teo: Hay mucha gente en el pasillo.
Puta: Están en lo suyo. Vienen a lo mismo que vinimos nosotros.
Risas en el cuarto vecino. Gemidos a lo lejos.
Teo: No me gusta oírlos.
Puta: No los oigas. Ven, deja que te calme.


Ella estira los brazos hacia él. El deposita su cabeza en su regazo.


Teo: ¿Tengo que usar condón?
Puta: Si no quieres correr riesgos...
Teo: ¿Estás enferma?
Puta: No lo sé.
Teo: ¿Con cuántos hombres te acuestas al día?
Puta: Depende del día, depende de la noche. A veces uno, a veces cinco.
Teo: ¡Cinco!
Puta: Otras mujeres ni siquiera lo hacen por dinero.
Teo: Cinco, cinco al día. No debes recordar ni sus nombres.
Puta: A veces más. Ni se los pregunto.
Teo: Yo me llamo Teo.
Puta: Está bien.
Teo: ¿No te gusta saber mi nombre?
Puta: ¿Por qué iba a ser el verdadero?
Teo: Porque te lo digo yo.
Puta: Nadie dice nunca su verdadero nombre a una puta. Ni siquiera el mío es el auténtico.
Teo: Mi nombre es Teo.
Puta: ¿Qué te pasa? Tú no quieres acostarte conmigo. Tú estás demasiado solo. Tú querías hablar español. ¿No es cierto? Contéstame, mudo. ¿No tienes dónde ir a parar?
Teo: Tengo un amigo.
Puta: Ojalá sea un amigo de verdad. Yo también tengo uno. Y me exige dinero. ¿Traes dinero? 


Teo se lo muestra.


Puta: Está bien. Así es mejor. No es cuestión de plata. Es cuestión de vida o muerte. Si me pagas haré lo que quieras. Hablar, hacer el amor, esperarte. Lo que más te guste.
Teo: No sé que es lo que más me gusta.
Puta: ¿Te gusta hacerlo? ¿O te gusta mirar como otros lo hacen? ¿O te gusta que te lo hagan?Teo: No sé.
Puta: No eres tan joven. Estás solo ¿No es así?
Teo: Tal vez hayas conocido a mi padre.
Puta: ¿Por qué?
Teo: Era muy hábil con las mujeres. Era guapo, alto, firme.
Puta: Esos no me necesitan. Se les dan solas, gratis. Yo recibo a los que no pueden con el mundo. A los desvalidos o los extraños o los marginados. A los que les cuesta la vida.
Teo: Crees que soy de esos.
Puta: ¿No lo eres?
Teo: Me desprecias.
Puta: No te desprecio. Ni tú ni yo estamos haciendo lo que haríamos si la vida se nos diese. ¿Te vas a acostar o no?
Teo: No lo sé. Ya no tengo ganas.
Puta: Pues yo tengo frío.
Teo: Además este es un lugar horrible.
Puta: ¿Y que querías? ¿El Ritz?


 Ella se viste.


Teo: No te vistas.
Puta: Tengo frío.
Teo: Eres hermosa desnuda.
Puta: Tengo el cuerpo hecho añicos.
Teo: No te vistas, por favor.


Ella se detiene.


Teo: Por favor.
Puta: Está bien. ¿Quieres que haga algo en especial?
Teo: No sé qué podrías hacer.
Puta: Puedo acariciarme. Puedo masturbarme. Puedo fingir que estoy con un hombre. Puedo simular un orgasmo. Puedo decir palabras sucias. Puedo simular que soy un hombre.
Teo: ¿Qué quieres decir?
Puta: Nada. Solamente digo lo que puedo hacer.
Teo: Yo soy un hombre normal.
Puta: Me lo imagino.
Teo: ¿Qué más puedes hacer?
Puta: Puedo bailar.
Teo: Eso está bien.
Puta: ¿Quieres que baile?
Teo: Quiero que bailes.
Puta: Pero no hay música.
Teo: Canta.
Puta: Nunca he cantado.
Teo: Piensa en la música. Que la oigas tú me basta.
Puta: Estás un poco loco ¿Te das cuenta?
Teo: Baila.


Ella se decide y baila.


Teo: ¿Qué edad tendrás? No me lo digas. No eres muy joven. Ni muy mayor. Y tus muslos aún están firmes. Y tus pechos son sanos. Y tus nalgas aún están duras.
Puta: Ni me has tocado siquiera, hijo.
Teo: No me digas hijo.
Puta: Tienes tu carácter ¿No es así?
Teo: Y no dejes de bailar. Me gusta. ¿Has tenido alguna vez un hijo?
Puta: ¿Qué quieres decir?
Teo: Si tienes un hijo.
Puta: Y eso qué te importa.
Teo: Quiero que me digas si tienes un hijo.


Ella se detiene.


Puta: Eso no está en el contrato. No quiero que me tengas compasión. Guárdate tu dinero, hijo de tu mamá, ni siquiera te puedes pegar un polvo como cualquiera. ¿Por qué trabajas en esto si eres tan guapa? ¿Cómo vives la vida? ¿Cómo ves el futuro? ¿Tienes hijos? ¿Tienes familia? ¿En qué gastas el dinero? ¿Te drogas? ¿Eres alcohólica? Me enferma acostarme con un miembro de la Cruz Roja ¿Sabes?
Teo: Eres grosera.
Puta: Y agradece que soy yo y no otra que ya te habría hecho un tajo en la cara. O habría llamado a su macho. O te habría puesto de patitas en la calle.


Teo rompe a llorar.


Puta: Mierda, mamón, puto maldito. Un crío llorón más encima. Quédate quieto. Vamos, no he dicho nada, no he dicho nada. ¿Quieres teta? ¿Quieres un beso? ¿Qué quieres ahora?
Teo: Nada.
Puta: ¿De dónde eres?
Teo: No te importa.
Puta: ¿Tienes miedo que no se te empine? ¿Tienes miedo de cogerte el sida? ¿Tienes miedo que te robe? Soy tan poca cosa como tú. Tan poco peligrosa como tú. Tan inofensiva como tú.
Teo: Yo no soy poca cosa.
Puta: Está bien, no quise ofenderte. Está bien. Aquí no saldremos muy distintos. Yo te olvidaré. Tú quizás me recuerdes un tiempo. Y basta. Eso es todo. Un pestañeo. Abrir y cerrar de ojos. Y ya me fui. Y ya te has marchado. Y hay otro.
Teo: Otro.
Puta: Sí, así es. ¿Y qué? ¿No son así todos? ¿No me digas que te duele el olvido?
Teo: En esas calles puede estar mi padre. O ha estado. Sé que estuvo en esta ciudad. Y que vino aquí. Y que tenía cierta favorita. Y que hablaba de mí y de mi hermana.
Puta: No he sido yo. No he oído de nadie que haga eso por aquí.
Teo: Y tú no me querrás. Tú no te encariñarás conmigo. Nunca te importaré ¿No es cierto? Nunca seré el más importante. Siempre seré uno más.
Puta: No seas niño.
Teo: No soy un niño.
Puta: Bien, ya ha pasado demasiado tiempo. ¿Tiramos o no?
Teo: No.
Puta: ¿Nos vamos entonces?
Teo: No.
Puta: ¿Y?
Teo: Te quiero desnuda. Y con los ojos vendados. Y atada de pies y manos. Y con una mordaza en la boca.
Puta: Mierda.
Teo: Y que me escuches. Toda lo noche. Toda.
Puta: Son siempre los más peligrosos. Ustedes, los buenos, los inocentes.
Teo: Desnuda, vendada, atada, amordazada.
Puta: Está bien. Lo que tú quieras. Pero sin daño.
Teo: Sin daño.
Puta: Está bien.


Teo le arroja una cuerda.


Puta: Me das miedo.
Teo: Yo ya lo perdí.
Puta: No me hagas daño, por favor.
Teo: No.


Ella se ata a sí misma los tobillos. Lo mira con aspecto suplicante. El le ata las manos. La venda. La amordaza. Luego baila a su alrededor imitándola a ella. Luego se sienta y la mira. Acerca sus manos a un milímetro de su piel como para acariciarla. Saca de su mochila un cuchillo. Cierra las ventanas. Oscurece la habitación.


Teo: Te quiero. Te quiero. Te quiero.


Escena 1 | Escena 2 | Escena 3 | Escena 4 | Escena 5 | Escena 7 | Escena 8 | Escena 9 | Escena 10 | Escena 11 | Escena 12 | Escena 13 | Escena 14 | Escena 15 | Escena 16 | Escena 17 | Escena 18 | Escena 19 | Escena 20 | Escena 21 | Escena 22 | Escena 23 | Escena 24 | Escena 25 | Versión de impresión

 

 


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006