Dramaturgo / Marco Antonio de la Parra  

 

 


Telemaco/Subeuropa

de Marco Antonio de la Parra

Escena 22

Luz del televisor. Madre. Teo.


Madre: ¿Nunca trabajarás de forma estable? Parecías tan despierto. Eras como tu padre, atractivo, simpático. Podrías ganar tu propio dinero.
Teo: Lo he ganado, Madre.


Se pone de pie y busca algo en la nevera.


Madre: Estoy vieja. Apenas puedo con mi espalda. Mis huesos se endurecen. Mi columna no me deja hacer las cosas.
Teo: Estás hermosa, Madre.
Madre: No te rías de una vieja. A lo mejor termino de pronto difariando, delirante, como tu abuela. No me dejaré llevar a un sanatorio. Antes la muerte.


Teo viene con un vaso de leche. Algo de comer. Mira la televisión.


Madre: La gente de tu edad tiene novia. La gente de tu edad estudia o trabaja. La gente de tu edad no vive de la pensión de una madre o de los trabajos que ella haga. No sabes lo mal que va la tienda. Tuvimos años buenos, pero también hay años malos. ¿Por qué no me ayudas en la tienda? Claro, te da vergüenza. Más vergüenza debería darte encerrado acá, en la casa. Todo el día sin hacer nada. Sales en la noche a vagar quién sabe dónde. Seguro que te drogas. Seguro te has cogido el sida. Morirás en esta casa, quién sabe cuándo, no te irás nunca de mis brazos. Yo quiero verte sano, independiente.
Teo: No sigas, madre, que no oigo la tele.
Madre: Odio la tele.
Teo: Te la regalé yo.
Madre: ¿Por qué no seguiste en el taxi? Te iba bien.
Teo: ¡Madre! ¡Estoy hasta la coronilla de tus preguntas! ¡Ya no aguanto esta casa! ¡Ni esta leche! ¡ Ni tus asquerosas galletas!
Madre: ¡Pues no me grites y ponte los pantalones alguna vez, hijo de mierda!
Teo: Ahora quieres que yo te cuide. ¿Cuándo me cuidaste tú, madre? ¿Cuándo? ¿Sabías con qué juguetes jugaba? ¿Qué miedos tenía? ¿A quién quería matar? ¿Qué fantasías me atormentaban? ¿Te preocupaba en qué me pasaba horas encerrado en el baño? Demasiado tarde, señora. Mi hermana ha partido. Yo partiré. Y tú estarás sola. Totalmente sola. Tú y el televisor. Los dos. Solos.

Sube el volumen violentamente.

Madre: (Apenas se le escucha) Eres una mierda.
Teo: La vida es una mierda, madre. La tuya tanto como la mía, madre.
Madre: Eres un castigo.


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