Dramaturgo / Marcelo Sánchez  

 

 


Filoctetes (La herida y el arco)

de Marcelo Sánchez

Vista 12


Filoctetes descansa en su silla bebiendo ron con hielo. Su aspecto parece menos sucio y ordinario y su herida tal vez un poco más sana. Despeinado y ojeroso el productor desembarca en la playa. Filoctetes parece imperturbable en principio.

Filoctetes: Ignacio, ¿qué te trae por aquí?. ¿Algún naufragio, rumbo a las islas vírgenes?
Productor:
 En algún sentido tienes razón, imbécil, el barco se hundió por los cuatro costados.
Filoctetes: Dame los titulares, la mañana es hermosa, no hay tiempo para más.
Productor: Tampoco dejaré que te hagas el gracioso, gordo estúpido; si quieres noticias vé a buscarlas tú mismo, yo he venido por mis armas.
Filoctetes: ¿No estás de ánimo para negociar?. Creí que eso era muy importante para ti.
Productor: La teleserie marchó de maravillas los primeros meses. Victoria fue contratada para más y más promociones de electrodomésticos. El canal rebosaba beneficios por ventas al extranjero. La teleserie fue traducida al ruso y se transformó en un fenómeno cross over de la tele audiencia. Para la segunda temporada introdujimos ciertos pequeños cambios en el tratamiento, y en el carácter de los diálogos. Trajimos asesores de Argentina, pusimos la pareja joven, empezamos a hacer guiños a la realidad que nos mostraban los psiquiatras y sociólogos de turno… y nos fuimos al tarro de la basura… literalmente. Ahora si me permites, canalla barrigón, me llevaré mis armas. Me acerco a los cuarenta y cinco, y voy a quemar mis últimas naves tratando de recuperar algo de los que hicimos cuando éramos jóvenes.
Filoctetes: Me enterneces, Ignacio, te besaría, si no lo fuera a tomar a mal. Tus armas han sido quemadas, ayer, antes de ayer, hace algunos meses; la verdad es que ya tengo poca noción del tiempo en esta isla. Las cenizas puedes encontrarlas por ahí, puedes escarbar un poco, si quieres, pero sólo tendrás eso: cenizas.
Productor: ¿Mis armas… sólo quedan cenizas?
Filoctetes: Algún día todo se reducirá a eso. ¿Cuál es el problema?. ¿Quieres un poco de ron con hielo?
Productor: Mis armas, ya no tendré otra oportunidad, todo cenizas, todo…
Filoctetes: No dramatices, que no te viene en absoluto. Además, es mejor así. Tú sabes bien lo que pasa cuando se usan ese tipo de armas. Veremos lo que pasa ahora, dejemos que los nuevos corran sus propias aventuras. Las gaviotas graznan y el sol derrite los hielos en mi vaso de ron. ¿Qué fue de la muchacha?
Productor: Nos fuimos a vivir juntos, pero la dejé cuando ella no pudo dejar las pastillas y las portadas de revistas.
Filoctetes: Lo lamento, de verdad lo lamento. ¡Yo sólo hice mi papel!. ¡Salud!


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