Dramaturgo / Marcelo Sánchez  

 

 


Extramuros

de Marcelo Sánchez

Escena quinta

 

Epílogo

En unos roqueríos. Al amanecer.

Hombre 2: El ejército abandonará la ciudad algún día. Dejarán abandonados los regimientos y los salones sociales. Se irán al desierto para hacer una gran hoguera con todos sus uniformes. Se convencerán de que todo era un juego y que no vale la pena. Yo dejaré de seguir buscando. Enterraremos a todos. Los devolveremos íntegros y a su tiempo. Si es necesario fundaremos una nueva ciudad.
Hombre 1: Otra Jerusalén.
Hombre 2: Otra.
Hombre 1: Las puertas estarán abiertas. Ya no tendrás que buscar a nadie.
Hombre 2: Si no quieres no tendrás que ir a ninguna parte. El continente africano ya no será una vergüenza.
Hombre 1: El continente americano ya no será una vergüenza.
Hombre 2: Europa ya no será una vergüenza.
Hombre 1: A pesar de todo, me gusta la ciudad en la que nací.
Hombre 2: Debes dejarla. La limpieza étnica será total. Es cosa de mirarte. Un biotipo totalmente corrupto. Soy médico. ¿Lo recuerdas? Sé de lo que hablo. Nuestra generación no será la afortunada. A pesar de todo, tienes algunas oportunidades. Aprovéchalas. Tendremos que vivir a como dé lugar. Yo seguiré buscando y tú dejarás tu ciudad.
Hombre 1: Iré hacia otra Jerusalén.
Hombre 2: Iremos juntos, si quieres.
Hombre 1: Ayer, amanecí en medio de la fosa. Me faltaba la mano izquierda, la que levanté por costumbre, no sé muy bien para qué. Uno tiene derecho a un gesto antes de morir. Todo fue muy dulce. Las cortes internacionales se encargarán del asunto. Los civiles no entendemos ciertas cosas y ellos se encargan de hacernos ver todo claramente. Lo logran. De verdad lo logran.
Hombre 2: El oficial no escuchó razones. No admitió mis papeles. No me creyó ningún maldito cuento. Disparó a quemarropa. Fue sencillo. Lo último que vi fueron los botones dorados de su uniforme.
Hombre 1: Debajo de los uniformes está el olor de la ignominia de los civiles. Será mejor que nos vayamos.
Hombre 2: Pronto se apagarán las luces.
Hombre 1: Está amaneciendo.
Hombre 2: Es sólo un efecto. Pasará como todo lo demás. Es mejor que comencemos a caminar.
Hombre 1: Nos queda un largo camino.
Hombre 2: Alcanzaremos la nueva ciudad al final del día.
Hombre 1: Caminaremos bajo el sol.
Hombre 2: Como el primer día

Fin


A mi padre.

A todos los que mueren injustamente por pertenecer a lo que aman y a lo que son.

Febrero de 1999.


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