Dramaturgos / Coca Duarte Loveluck  

 

 


Mala leche

de Coca Duarte Loveluck

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El cadáver
La esposa
La plata
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 Mala leche

De Coca Duarte



Personajes:

Marcelo: 42 años aproximadamente.
Jade: Amante de Marcelo, 40 años.
Angus: Empleado de Marcelo, 35 años.
Leora: Esposa de Marcelo, 38 años.
Topacio: Hermana de Jade y socia
Beatriz: Vecina, 25 años.

 

 

La acción transcurre en el departamento de Jade. Sólo podemos ver, a través de unos ventanales, el living y la cocina. Hay un sillón de colores vivos en medio de la escena y cuatro puertas que llevan al acceso, la habitación de Jade, el baño y la cocina.


El cadáver

Escena 1: Marcelo muerto, Jade al teléfono despeinada.

 

Jade: No puedo hablarte ahora, Leora, tengo un invitado en la casa (Toca a Marcelo con la punta del pie, él no se mueve). ¿Más tarde?... no ... ¿Qué te pasa?. Si quieres nos juntamos en un bar... ¡Ah! es muy personal... Está bien pero tengo que ordenar un poco... Sé que tienes problemas, yo también... (Con una gran sonrisa falsa) Sí ya sé, tu también lo eres. Te espero con ansias.

Cuelga enfurecida, se sienta muy calmada en el sillón y enciende un cigarrillo que fuma con grandes bocanadas.

Jade: (A él) Era tu mujer, sospecha que tienes una amante. (Le pega una piteada intensa al cigarro) Pobrecita, no deberías engañarla. Ni siquiera se imagina cómo (Ríe. Lo toca de nuevo con el pie). Nada (Lo empieza a arrastrar con dificultad). Pero que gordo estás... ¡Claro! la vida de casado. Si algo sabías aprovechar de tus mujeres, eran sus favores culinarios, lo que me extraña es que no hayas adelgazado con tanto traqueteo (suena el timbre). ¡Mierda!

Suelta a Marcelo y corre de un lado a otro, de pronto se detiene en seco y camina de puntillas hacia la puerta, mira por el ojo mágico y lo tapa.

 

 

Escena 2: Angus en la puerta

 

Angus: (En off) ¡Ya te escuché, pilla! Ábreme, si tienes algo que ocultar acuérdate que Angus ya lo sabe todo.
Jade: (Pone la cadenilla de la puerta, le abre). No grites... ¿Qué quieres?
Angus: ¿Interrumpo?
Jade: Sí.
Angus: Mejor, me dan asco ustedes dos, pienso en la pobre Leora.
Jade: El chantaje para mañana, ¿Sí?
Angus: (Serio) No, no, no esto es serio, necesito hablar con Marcelo.
Jade: No está.
Angus: Sí, claro, y ¿qué hace su auto estacionado abajo? (Volviendo al tono moralista). Podrían ser más disimulados, dime por ejemplo, ¿qué pasaría si...
Jade: (Que de las últimas palabras de Angus no ha escuchado nada) ¡Mierda, mierda, mierda!

Sale de escena hacia su habitación y vuelve con unos pantalones de hombre hurga en sus bolsillos y saca unas llaves, después corre a un cenicero y toma sus llaves, va hacia la puerta.

Jade: ¡Ya! ¡Córrete, déjame pasar!
Angus: Uy, que estás violenta ¿Te pasa algo?
Jade: ¡Sale!
Angus: (Irritantemente calmado) Bueno, pero déjame entrar...

Jade le abre ansiosa, mira hacia afuera y vuelve a cerrar quedándose adentro.

Angus: (Sin ver a Marcelo, lo busca en la cocina, etc.) ¡Marcelo! no te escondas (Lo ve) ¡Hiinn! (Se abalanza sobre él) Pero, ¿Qué tiene?
Jade: Está muerto... Después te explico (inicia el mutis).
Angus: Espera, ¿Me vas a dejar aquí?
Jade: (Abre la puerta) Tu querías entrar, pues ahora me ayudas. (Sale y cierra por fuera con doble vuelta).
Angus: (Se acerca) Ya no hay nada ¿verdad? ni risas, ni mujeres... ¡nada! al fin dejas algo para tu amigo, me dejas el campo libre, gracias por esta oportunidad. Lo único que lamento es que no haya sido posible matarte yo mismo.

Registra la casa con cautela, no parece encontrar lo que busca, al sentir el ruido de la cerradura se queda abstraído mirando a Marcelo.

Jade: (Entra más calmada) Ya está, dejé el auto en el callejón (Se acerca a Angus, lo rodea con el brazo y lo mira, él contempla al muerto). ¿Qué te pasa? ¿Te da pena?
Angus: No la vale.
Jade: No.
Angus: ¿Lo mataste?
Jade: ¿Si así fuera no me ayudarías?
Angus: Al fin y al cabo el crimen es una posibilidad, Marcelo era de los que provocaba ese tipo de pasiones.
Jade: Muerto ya no ejerce ese extraño poder sobre nosotros.
Angus: ¿Por qué no me respondes?. Estás muy rara, me haces pensar que lo hiciste, porque si no lo hubieras hecho no te costaría nada decirme: "No, no lo hice"; pero si lo hubieras hecho, no es tan fácil decir:" Sí, yo lo hice" y confesar tu crimen, empezar a explicar por qué lo hiciste, cómo lo hiciste, etc.
Jade: Creo que siempre tendimos a sobrevalorarlo.
Angus: ¿Qué piensas hacer?
Jade: No lo sé, Leora está por venir.
Angus: ¿Leora?, tenemos que esconderlo, va a descubrir todo.
Jade: Que se entere. Siempre quise que lo supiera, para restregárselo en la cara. El problema es que ya no estoy segura de que no lo sepa, no estoy segura de nada.
Angus: Deberías habérselo dicho cuando estaba vivo, ahora que está muerto, no es el momento para probar si lo sabe o no.
Jade: ¿No?
Angus: No, créeme. (Toma a Marcelo). Ayúdame.

Ambos desaparecen con el cuerpo, se escuchan golpes cosas que caen, murmullos de Angus y Jade que se dan direcciones para colocar al muerto. Salen casi inmediatamente arrastrando el cuerpo, se ve que el tiempo ha transcurrido en ellos, han probado miles de posibilidades, están cansados, transpiran.

Angus: Aquí (Señala un mueble pequeño).
Jade: (Dejando resbalar el muerto de entre sus manos). Me rindo.

Se tira en el sillón con todas sus fuerzas, los resortes suenan.

Jade: ¿Y ahí?
Angus: ¿Pretendes ponerlo debajo de los cojines? No me parece muy buen escondite.

Jade empuja a Angus del sillón-cama y lo empieza a abrir.

Angus: ¡Ya te entendí! Debo reconocer que a veces eres un genio.

Angus toma a Marcelo y lo meten en el sillón-cama, tratan de cerrarlo.

Jade: Será mejor que saquemos el colchón.

Lo hacen y dejan a Marcelo en el sillón, lo cierran, sacan el colchón.

Angus: (Se sienta en el sillón) Por lo menos así no suena, ¿crees que se descomponga muy rápido? Aunque ahí adentro tiene menos contacto con el aire. Quedó hasta más cómodo (Rebota en el sillón para probarlo). Esperemos que no se hinche, con la presión de los resortes se podría reventar, ahí, no sé qué haríamos, quedaría asquerosamente desperdigado por todas partes y...
Jade: ¡Ay! (Sale hacia el baño con una arcada).
Angus: Aprovecha de darte una ducha, estás horrible.
Jade: (En off) ¡Gracias!

Se escucha el sonido de agua que corre, se cierra la puerta del baño y el ruido desaparece.

Angus: (Dando unas palmaditas en el sillón) Así te quería ver, querido (aprovechando la ausencia de Jade, Angus busca por todas partes. Suena el timbre). Mierda (A Jade) ¡Yo voy!

 

 

Escena 3: Beatriz en la puerta

Beatriz: (Sofocada) ¿Está Jade?
Angus: ¿Quién?
Beatriz: Beatriz.
Angus: (Cierra la puerta en sus narices) ¡Jade, te buscan!
Jade: (En off) ¿Es Leora?
Angus: No, es Beatriz.

La puerta del baño se entreabre y se ve a Jade envuelta en una toalla y con otra se seca el pelo, tira la del pelo en el sillón y entra a su pieza.

Jade: (En off) No conozco a ninguna Beatriz.
Angus: (Se dirige a la puerta y la abre) Dice no conocerla. (Va a cerrarle la puerta).
Beatriz: Dígale que soy la vecina.
Angus: ¡La vecinaaa!
Jade: ¡No la dejes entrar! ¡Está loca!
Beatriz: Dígale que vi cómo metieron el muerto en el sillón.

Angus la toma, la hace entrar y le tapa la boca.

Angus: (Cerrando la puerta) ¡Cállese!

 

 

Escena 4: Jade entra.

Jade: ¿Qué pasa? Angus, no es para tanto, sólo deja que se vaya y asunto terminado. Por favor, le ruego que no insista, ya lo intentamos y vio que no dio resultado...

Angus suelta la boca de Beatriz.

Beatriz: Vi como metían el muerto en el sillón.
Jade: ¡¿Qué?!
Angus: (Tapando la boca a Beatriz) ¿Y ahora qué vas a hacer?
Jade: Bueno, descubrió nuestro pequeño juego, ¿verdad Marcelo? (Patea el sillón).
Angus: Sí, sí, tu pequeño juego erótico. ¿A quién le puede interesar? (Mira a Beatriz con estúpida complicidad, le suelta la boca).
Beatriz: A la policía.
Jade: No te debí hacer caso, lo único que vamos a conseguir es que todo se complique, saquémoslo de ahí.
Angus: ¿Cómo se te ocurre? Yo te voy a ayudar, te lo prometo.
Beatriz: (Con curiosidad) ¿Lo mataron entre los dos? ¿Puedo verlo?
Jade: (A Angus) ¿Qué se ha imaginado? ¿Que está a disposición de la curiosidad de cualquiera?
Angus: (Toma a Jade de un brazo y se aleja con ella. Mientras tanto, Beatriz mira de cerca los objetos que desde hace años observa desde su ventana). ¿De dónde sacaste a esta?
Jade: Mejor la atamos a una silla y le ponemos cinta adhesiva en la boca hasta que nos deshagamos de Marcelo, después vemos qué hacemos con ella.
Angus: Espera, veamos qué quiere.
Jade: ¡Claro! Tú no la conoces, pero yo me la he tenido que tragar varias veces. Siempre va a la peluquería, me pide que la peine como yo que la maquille como yo... ¡Me sigue a todas partes! Cada vez que me daba vuelta sentía sus ojos sobre mí. Al principio debo reconocer que me halagaba un poco, ¡pero esta intromisión es demasiado!
Angus: Por lo menos no tienes que darle explicaciones a la policía... para ser una loca, como tú dices, tiene bastante iniciativa.
Jade: (A Beatriz) Lo siento por el muerto, pero no puedes verlo, su mujer está por llegar. Angus, serías tan bueno de servirnos un traguito a las dos.

Angus les sirve un trago y se sientan los tres en el sillón a beber.

Beatriz: No gracias, yo no bebo.
Jade: ¡Toma!
Angus: ¿Cómo vio cuando yo y Jade...?
Beatriz: (Probando desconfiadamente el trago) Por la ventana.
Angus: ¿Desde dónde?
Beatriz: Ahí, ¿ve? el de la cortina rosada.
Jade: Y ¿hace cuánto que me espías?
Angus: No seas tan dura...
Beatriz: ¡Ah, sí! bueno, hace tiempo, me acuerdo que el primer evento importante fue el matrimonio del muerto y su mujer.
Jade: Por favor, no lo llames así, su nombre es Marcelo.
Angus: ¡Pero de eso hace ya como dos años!
Jade: (A Angus) No te dije.
Beatriz: Marcelo era tan buen mozo entonces (ríe). Me acuerdo que todos estaban un poco nerviosos ese día. La novia no paraba de llorar. Ustedes dos trataban de calmarla desesperadamente. Todos discutían con todos. Marcelo y Ud.(Angus) se tiraban unos documentos por la cabeza en la cocina. Después Ud. (Jade) y el novio se pegaban, se besaban y volvían a pelear... y la pobre novia lloraba y lloraba.
Jade: Por suerte, esos eran otros tiempos.
Angus: Tanto no ha cambiado...
Jade: ¿Acaso te sigues tirando documentos por la cabeza?
Angus: No, pero tú y Marcelo...
Jade: Éramos muy jóvenes entonces, todo parecía importarnos demasiado.
Angus: ¿Y me vas a decir que ahora han crecido lo suficiente?
Jade: Ahora todo es diferente porque Marcelo está muerto.
Angus: Es verdad.
Beatriz: Después de todo yo no sabía mucho, me imaginaba que Ud.(Jade) y Marcelo se habían conocido hace mucho tiempo, que la novia tenía dinero y que por eso Marcelo se había casado con ella...
Jade: Es más simple que eso.
Beatriz: ...que Marcelo lo chantajeaba y que por eso discutían en la cocina.
Angus: ¡Pero, qué imaginación!
Beatriz: Recuerdo la primera vez que Marcelo vino a verla después de la boda. Los dos estaban vestidos de fiesta, parecía que no se veían hace un siglo, él le traía flores...
Jade: No fue así como sucedieron las cosas.
Angus: (interesado) ¿Y entonces?
Beatriz: Bailaron, se veía todo tan romántico, como le dije estaban vestidos de fiesta, la música era lenta y suave.
Jade: ¿Qué puede saber ella?
Beatriz: Por la forma en que bailaban.
Angus: Cierto.
Jade: (Se ríe) Por favor Angus, ¿me crees capaz de semejante cursilería? ¡Qué estupidez!
Angus: (A Beatriz) ¿y?
Beatriz: Desaparecieron hacia la habitación.
Angus: (Riéndose con Beatriz) ¡Ahí se reconoce el toque inconfundible de Jade!
Jade: (Mascullando) ¿Cómo se pueden burlar así..? (A Beatriz, bastante irritada) A falta de televisión Ud. se entretenía con nosotros. ¡Bien bonito!
Beatriz: ¡No está prohibido mirar por la ventana!
Jade: No, no lo está.
Angus: (Aparte a Jade) Y sí está prohibido meter un muerto en el sillón, Jade, tranquilízate.
Jade: (Aparte a Angus) Con gusto metería a ésta al sillón, y tú, no te pases.
Beatriz: (Sirviéndose otro trago) Lo que más me gustaba eran las fiestas, parecían estar jugando a las escondidas, se dividían en pequeños grupos, se mezclaban, se evadían o podían buscarse por horas en los diferentes grupos, sin encontrarse.
Jade: Todo parece TAN bonito visto desde afuera.
Beatriz: ¡Para qué hablar de las fiestas privadas! No sé cómo lo hacían pero eran siempre los mismos seis que se rotaban formando grupos de a tres.
Angus: (A Jade) Y yo que pensaba que siempre me invitabas.
Jade: No sería mejor que nos contara algo de su vida, yo ya sé lo que he estado haciendo estos últimos dos años.
Angus: Déjala que siga, se pone interesante.
Jade: Estás idiotizado.
Angus: Todo parece tan distinto, ¿No te parece interesante?
Jade: Me van a hacer tener una crisis de nervios. (Sale, se escuchan murmullos).

 

 

Escena 5: Angus, Beatriz. Solos.

Beatriz: ¿Con quién habla?
Angus: (Va hacia la puerta de la habitación de Jade para ver qué hace). El teléfono... Pero, dígame, todas esas fiestas privadas, ¿eran lo mismo?
Beatriz: ¿Por qué nunca le dijo a Jade que estaba enamorado de ella?
Angus: (Sorprendido) Por... que, ¿No sabe suficiente de nosotros? No creo que pueda, además, interpretar lo que sentimos el uno por el otro...
Beatriz: ¿Por qué no voy a poder? Es lo más interesante.
Angus: Porque tenemos un sistema de relaciones que funciona hace tanto tiempo que ya no nos importa cómo nos sintamos uno respecto del otro. A veces pienso que seguimos siendo amigos por una especie de costumbre idiota.
Beatriz: No lo creo, podrían conocer otras personas...
Angus: (Ríe) Representa demasiado esfuerzo conocer otras personas.
Beatriz: No entiendo. (De ahora en adelante sus movimientos y palabras se vuelven más lentos y Beatriz lucha contra los efectos del alcohol en su lógica y postura) ¿Por qué no hizo nada para cambiar la situación?
Angus: No hay nada que entender. Hay cosas que hay que destruir completamente para que cambien. Pero dígame, ¿desde su departamento puede ver sólo el living?
Beatriz: Y la cocina, lo único que no puedo ver es la habitación de Jade.
Angus: ¡Qué lástima! Me hubiera gustado saber qué sucedía allá.
Beatriz: Hay un falso concepto sobre las cosas que suceden exclusivamente en las habitaciones.
Angus: (Cómplice) Es cierto... Y Jade no debe ser muy estricta para esas cosas... Por casualidad no habrá visto lo que pasó anoche..
Beatriz: Sí...
Angus: Y... ¿qué hacía Jade?
Beatriz: (Con risitas) Se estaba echando crema...
Angus: ¿Y después?
Beatriz: (Más ebria) Se empezó a vestir, ahí me di cuenta que es totalmente desorganizada...
Angus: ¿Y Marcelo?
Beatriz: Marcelo llegó mucho después, es extraño que siendo una peluquera no siga un ritual para vestirse..
Angus: ¿Traía Marcelo un maletín?
Beatriz: ¿Un maletín? No me acuerdo...Yo por ejemplo, empiezo a vestirme de arriba a abajo ¡Y por capas!, primero la ropa interior, superior, inferior, después los calcetines o las medias... Jade siempre usa pantalones...
Angus: ¿Pudo ver algo más desde que llegó?
Beatriz: Yo, en cambio, blusa, enagua, falda,...
Angus: Por favor, le ruego que se concentre en el maletín.
Beatriz: ¿No está algo pesado el aire? (Va a abrir las ventanas). Si no fuera por estas preciosas ventanas (las besa). No tiene nada de extraño ¿verdad? digo... uno está en su departamento, sin molestar a nadie y de pronto algo salta a la vista... Alguien que por fin no tiene pudor de abrir sus ventanas a la vista de cualquiera... Me parece hasta heroico hoy en día no avergonzarse de lo bien que lo está pasando uno en una fiesta, con sus amigos... ¿Qué puede tener de malo? Y, ¿quién puede impedir que a uno le llame la atención? Nooo... le aseguro que Ud. lo encuentra extraño, después de todo, ¿quién soy yo para inmiscuirme así en sus vidas? Pero, ¿quién mierda son ustedes para hacer de mi historia preferida, un desastre que no me gustaba? Sentí que debía intervenir... (Se ríe sola, Angus está un poco impactado) ¡Y fue como atravesar la pantalla del televisor y cambiar la película!... Lo único que lamento es no poder estar aquí y allá al mismo tiempo... Ay... Estoy mareada... Me parece que no he estado sino diciendo tonterías (Se ríe) No está mal... decir tonterías. (Se desploma sobre el sillón en posición no digna).
Angus: (Saca a Marcelo del sillón) ¿Dónde metiste la plata, desgraciado? No planeé todo esto para quedarme sin ella.

 

Escena 6: Jade entra

Angus: ¿A quién llamabas?
Jade: A Topacio. Pero no estaba, debe estar en camino.
Angus: ¿A Topacio? ¿Para qué?
Jade: Quiero atormentarla un poco...
Angus: No entiendo nada.
Jade: No te hagas el tonto, siempre le andabas cubriendo las espaldas a Marcelo...
Angus: Está muerto, no vale la pena que te pelees con tu hermana por un hombre ¿no?
Jade: A eso quería llegar, así que tú también sabías que se iba con Topacio. Y no fuiste capaz de decírmelo.

Suena el timbre.

Jade: Ahí está. Por fin.
Angus: (Aparte) Maldita sea, esto lo complica todo.
Jade: (Mira por el ojo) ¡Es Leora!

Gran confusión y nerviosismo hasta que, al final, sientan a Beatriz (que sigue semi- inconsciente), y Angus se sienta a su lado y le pasa el brazo por encima del hombro. Vuelve a sonar el timbre insistentemente.

Angus: ¿Y si no abrimos?


La esposa

Escena 1: Leora a la puerta

 

Leora: (En off) ¡Jade! ¿Qué pasa? ¡Ábreme! (Lloriqueando). ¡Por favor, sé que estás ahí!

Jade va hacia la puerta, dándose ánimos.

Jade: ¡Hola!
Leora: (Se le tira a los brazos, llorando) ¡Jade! Tú eres mi amiga. Dime, por favor, lo que tengo que hacer. Hacía meses que lo notaba algo extraño, como ido, pensé en un principio que había vuelto a tomar pastillas, busqué en todas sus cosas y nada, me tranquilicé por un tiempo, pero siempre percibía como que ya no me quería, anoche no llegó por primera vez en toda nuestra vida de casados y por allí llegué a la horrible y única conclusión posible...
Angus: (Ríe nervioso) ¡Hola! Perdón.
Leora: ¡Angus! (A Jade) ¿Ves lo que te decía?. Si no está con él, ¿dónde está? (Aparte a Jade) ¿Qué hace éste aquí?... ¿Y con una mujer? Qué raro, Marcelo jamás se lo habría permitido, antes la habría conquistado él... (Se ríe).
Jade: No es así como lo recuerdo...
Leora: (Repentinamente comienza a reírse a carcajadas). Perdona, es que siempre que pienso que tú y Marcelo... (Ríe) No me extraña que no se llevaran bien, si no se parecen en nada, tú eres tan tranquila y él... (ríe) exaspera a cualquiera, ¡con lo acelerado que es!
Jade: Bueno, supongo que no era de eso de lo que venías a hablar...
Leora: (Tranquilizándose) Perdona, ya se me pasó. ¿Qué era lo que te decía?
Beatriz: ¡Horrible y única conclusión posible!
Leora: (Retoma el relato exactamente en el mismo estado en que lo dejó) Horrible y única conclusión posible: ¡Tiene una amante!
Beatriz: ¡Vaya novedad!
Angus: (La calla, disimula) Hablamos de otra cosa. (Le murmura cosas a Beatriz). ¡Cállate! Estás ebria.
Leora: ¡Qué relación más rara! Jade, eres un desastre, te digo que necesito hablar a solas contigo y ¡zas! dos invitados, no uno sino dos.
Jade: Llegaron de improviso.
Leora: Voy a esperar a Marcelo aquí, si no te importa, le dejé un mensaje en la casa. ¿Qué toman?. El clima es terrible, el tránsito es terrible, mi vida personal es terrible, ¿qué voy a hacer?
Jade: ¡Sepárate!
Leora: ¿Estás loca? aunque, ¿Por qué no?
Beatriz: Mátelos a los dos.
Leora: Jamás haría una cosa así, eso es para desesperados.
Jade: A lo mejor el destino te prepara una sorpresa.
Angus: ¿Quién te dice que lo que te imaginas es cierto?
Jade: No te metas, ¿no ves que es privado?
Leora: No te preocupes, mi deshonra ya es pública.
Jade: ¿Qué quieres decir con que es pública?
Leora: Desde que empecé a sospechar, me fijé en todas las miradas de los que nos conocen y ellos me lo confirmaron esquivando esas miradas. Como en todas estas situaciones, la última en saber es una.
Angus: Exageras.
Jade: No, es cierto... Es esa sensación de que todos te ocultan algo.
Leora: Es posible que sea alguna de nuestras conocidas, no sé qué me importa más, que sea cualquiera o una conocida.
Angus: Y, ¿qué te puede importar?
Leora: Bueno, una tiene su orgullo, ¿no?
Jade: Es peor que sea conocida.
Angus: No creo que tuviera una amante, sinceramente, nos habríamos dado cuenta de todo ese movimiento.
Leora: ¿A qué movimiento te refieres?
Angus: Ir de un lado para otro, tú sabes, correr de tu casa al trabajo, del trabajo a la casa de su amante... Piénsalo, Leora, ¿imaginas a Marcelo con otra mujer?
Leora: No me resulta muy difícil.
Angus: Si así fuera, me habría enterado, trabajo con él todo el día y... (Buscando una excusa) no hace más que hablar de ti.
Beatriz: (Apoyando su cabeza en el sillón) Sí, lo repite tanto, que ahora mismo es como si lo escuchara.
Leora: ¿Es cierto?... ¡Dios mío!. Y yo pensando todo el tiempo... pobre Marcelo. (Inquietándose) Pero, ¿cómo se explica que no haya llegado anoche?. ¡A lo mejor le pasó algo! ¿Y si tuvo un accidente?. Voy a llamar a la policía...
Jade: (Nerviosa) ¡¿A la policía?! ¡No! (Mira a Angus desesperada).
Angus: ¡Yo lo vi esta mañana!
Leora: ¿Dónde?
Angus: (Tratando de inventar algo) Bueno... yo pasé a tomarme un café y ahí estaba, sí, en la cafetería.
Leora: ¿Y estaba bien? ¿Qué te dijo?
Angus: Estaba muy...
Beatriz: (Entre risas) Callado...
Angus: ... si eso es, no se veía muy bien, parecía deprimido, eso debe ser, quería estar solo. A lo mejor le fue mal en un negocio, y...
Jade: Algo así...
Leora: ¿En serio?. Qué pena, pobrecito. A ver si aparece pronto... me tiene preocupada. ¿Está desocupado el baño? (Jade la hace pasar al baño).
Angus: No debiéramos haberle dado de beber, se le suelta la lengua.
Jade: ¡Hazle un café!
Angus: No puedo, si la suelto se cae.

Jade sale hacia la cocina muy enojada.

Beatriz: Nunca pensé tenerlos a todos juntos, ¡ahora sí que está bueno!

Angus le hace gestos a Beatriz de silencio y sale hacia la habitación de Jade, Beatriz se recuesta sobre el sillón.

Jade: (Preparando un café) Pensar que siempre Leora fue mi preocupación principal y ahora casi no me importa...
Beatriz: (Abraza el sillón) Pobre Marcelito, me hubiera gustado conocerte de verdad, hice todo lo posible por cruzarme contigo en la calle, pero no era más que un segundo. ¡Shh! ¡Shh! Sí, si sé, no te gusta ver a todos juntos hablando de ti, no es mi culpa, tú te lo buscaste, (ríe) siempre me dije que no ibas a terminar bien, con todo lo que hacías, bueno, ya da lo mismo ¿no es cierto?. A ver cómo termina todo esto (ríe) a ver si sales bien parado... Tal vez te pueda ayudar... aunque no sé si deba hacerlo... puede ser que me consiga un papel en todo esto... o más que un papel... ¡Un protagónico!

 

 

 

Escena 2: Beatriz, Leora entra

 

Leora: ¿Se siente bien? (La ayuda a levantarse).
Beatriz: No estoy acostumbrada a beber...
Leora: (Saca un pastilla de su cartera). Tome, hay que ayudarse para soportar la vida... Me parece haberla visto en alguna parte.

Beatriz va a tomarse la pastilla con Whisky.

Leora: No, no, no creo que le haga bien, no es una pastilla corriente. (Le sirve agua, Beatriz se toma la pastilla).
Beatriz: Vivo por aqui
Leora: Es extraño, su cara me es familiar.
Beatriz: Seguramente me confunde.
Leora: ¿Hace mucho que es amiga de Angus?
Beatriz: Poco.
Leora: Y a Jade, ¿la conoce hace mucho?
Beatriz: Sí.
Leora: Ella los presentó ¿ah?. Quizás conoce a mi marido, Marcelo.
Beatriz: Sí, sí, viene mucho por aquí... como le dije yo soy vecina.
Leora: (Curiosa) ¡Ah, sí! entonces se debe enterar de todas las entradas y salidas ¿no es así? Y, ¿alguien frecuentaba a Jade?. Siempre rodeó sus relaciones de tanto misterio, que lo único que hacía era provocarme más curiosidad. ¿Quiere otra pastilla? (Se la va a dar, retrocede) Aunque no sé si le hará bien.
Beatriz: En esta casa hay un fluido constante de personas, y en especial, un hombre.
Leora: (Pasándole la pastilla) ¿Quién?
Jade: ¿Y Angus?
Leora: (Disimulando) Jade querida, ¿cómo va la peluquería?
Jade: Bien. (Va hacia la habitación y saca a Angus de un ala hacia la cocina).

 

 

 

Escena 3: Jade, Angus en la cocina

 

Jade: ¿Qué estás haciendo en mi pieza?. Te dejo con Beatriz para que la cuides y te vas. ¿No ves que puede decirle algo a Leora?
Angus: ¡Yo también tengo mis problemas!. ¿O crees que eres la única a la que afecta la muerte de Marcelo?
Jade: Pensé que me estabas ayudando a mí, ¡y resulta que más encima, me metes en tus problemas!
Angus: Yo también tengo cosas que solucionar antes de que se sepa.
Jade: ¡Ah! Eso era. ¡Se acabó! Voy al living y lo digo todo, todito, no sabes el placer que me va a producir.
Angus: ¡No!. ¡Mejor explícame cómo fue que se murió y yo se lo explico todo a la policía!
Jade: ¡No hables tan fuerte!. Espera (le hace gesto de silencio, se quedan callados por unos momentos).

 

Beatriz, Leora en el living

Beatriz: No, nunca se quedaba a dormir, para mí que era casado...
Leora: (Cegada por la copucha) ¿Casado? Eso lo explica todo..
Beatriz: ¿Qué?
Leora: Que Jade no me quisiera decir nada.

Jade asoma la cabeza por la puerta de la cocina.

Leora: Mi marido siempre va de un lado para otro, es muy inquieto... Yo no entiendo nada de negocios, mientras traiga dinero a la casa, porque de traer, ¡Trae! (Le muestra un anillo). Mira lo que me regaló hace poco... decían que me quería por mi herencia, no es cierto por que él la aumentado. (Jade mete la cabeza). ¿No me puede decir nada más?
Beatriz: Noo, me siento mal... con permiso. (Va al baño).

 

Jade, Angus en la cocina

Jade: Bueno, tranquilicémonos, parece que Leora no sabe sino hablar estupideces, por ahí no creo que llegue a la pista de Marcelo. No nos pongamos el uno contra el otro, ¿está bien?. ¿Qué es lo que tienes que solucionar?
Angus: Es personal.
Jade: Si me lo quisieras decir sería más fácil.
Angus: Después te lo explico, por mientras sería bueno deshacernos de estas dos locas, o de Leora, por lo menos...
Jade: Está bien.
Angus: Jade...
Jade: ¿Qué?
Angus: ¿Lo querías?
Jade: No es el momento, y creo que ya no importa demasiado. Lo importante es que tú y yo estamos juntos, me comprometo a ayudarte y tú a mí, ¿está claro?. Vamos.

 

 

 

Escena 4: Leora, Angus, Jade en el living

 

Leora: Tu amiga está verdaderamente mal, se fue al baño.
Jade: No le hagas caso, siempre es así.
Leora: No. Es que le di una de esas pastillas y parece que le hizo peor... me decía que parece que te estás viendo con alguien?
Jade: ¿Yo? No... no.
Leora: Vamos, no lo niegues, ya lo sé todo.
Jade: ¿Todo? Por lo menos me podría haber dejado la satisfacción de decírtelo yo misma... y me lo dices con la sonrisa más estúpida. ¿Cómo te puede importar tan poco?. Me lo debería haber imaginado.
Leora: No es para tanto, es una lástima que sea casado, pero al fin y al cabo es un amante, ¿o no?
Jade: (A Angus) ¿Cómo puede ser tan tonta?
Leora: Bueno, perdona. Ya sé que no me debería meter, está bien... (Beatriz entra después de vomitar). No es tan terrible que uno se preocupe por la casi única amiga que le va quedando, por que no es simple curiosidad, ¿sabías que uno de sólo contar sus problemas se siente aliviado?. Haga lo que haga, siempre quedo como una tonta, ¿no es así?. No es mi culpa, después de todo ¡Ella me lo dijo!

 

 

Escena 5: Beatriz entra.

 

Beatriz: (Llora) ¿Mi vida?. Y mi vida ¿A quién le importa? ¿Alguien me ha preguntado algo de mi vida?. No, porque soy como todos ellos (señalando los departamentos) que viven en sus casas sin que les pase nada espectacular...
Jade: Créeme, es mejor así.
Beatriz: ¡No! Yo quiero que algo me pase... aunque sea sufrir.
Leora: ¿Y quién quiere sufrir?
Beatriz: Por lo menos es sentir algo... intenso, significativo. Camino por la calle y nadie me mira, camino por mi habitación y nadie me mira, ¡aunque las cortinas estén abiertas de par en par! ¡Lo he intentado todo!
Jade: No te pongas así, tienes buen material, déjame verte un poco.
Beatriz: No hay caso, es mi destino, voy a permanecer en el anonimato por el resto de mi vida.
Leora: Haz algo por ella , está desesperada la pobre...
Jade: Vero, Bea...
Angus: Beatriz.
Jade: ¡Beatriz! Ven te prometo que...
Beatriz: ¡No! ¿Ven? no se sabe ni mi nombre.
Jade: ¡Beatriz! ¡Ya, córtala! ¡Te voy a arreglar, mujer!
Beatriz: Nunca resultó, por más que lo intentó, nunca quedé como usted.
Jade: Ahora vas a ver que sí. Nunca lo hice con demasiado empeño.
Beatriz: No va a resultar.
Jade: (Zamarreándola) ¡Claro que sí!. ¡Y si no, puedes hacer lo que mierda quieras con la policía!
Leora: ¿Qué policía? Está bien que trates de calmarla, pero no pierdas el control tú también. ¿No ves que la asustas?. Ven Beatriz (la abraza) eso, así, así. Mira, te lo digo sinceramente, y no tengo ningún interés de por medio, Jade es la mejor maquilladora que he conocido, es más, con un simple cambio de peinado, puede hacer milagros, no es que tú necesites uno, no, pero a lo mejor el parecerte a ella no es lo que más te sienta.
Jade: Es cierto, cada uno tiene que buscar su propia imagen.
Beatriz: ¿Angus?
Angus: Estoy completamente de acuerdo.
Beatriz: Bueno, ya.

Jade se pone en acción, trae una maleta metálica con maquillajes de todas índoles.

Beatriz: ¡Ay, qué emoción!. Esto me recuerda cuando traía todas esas actrices famosas y las dejaba listas para las galas más importantes.
Jade: Sí, pero ahora calladita ¿ya?

La empieza a mirar con ojo artístico, le prueba paletas de colores en la cara para ver cuál funciona. Pausa.

Jade: No puedo, no puedo crearte una nueva cara con esa ropa que llevas puesta, simplemente no te puedo imaginar. Anda a mi closet y ponte un vestido o algo, pero por favor sácate eso!

(Beatriz sale) ¡ Y lávate la cara!
Leora: Hace tiempo que no te veía tan entusiasmada con un cambio de look, eran tu especialidad.
Angus: ¡Qué asco! Estás haciendo lo que se llama una "buena acción".
Jade: ¡Cállate! Lo hago por los dos.

Entra Beatriz con un vestido que le queda muy bien, Angus queda anonadado.

Leora: ¿Ves lo que te decía? Jade, hace años que no usabas ese vestido, para ella que es más juvenil, está perfecto.
Jade: Tú y tus aportadores comentarios. (A Beatriz) Ahora sí.
Beatriz: (Se pasea lánguidamente) ¿Te parece?
Jade: Veamos, "Si quieres romper corazones, más blanca que tus talones".
Leora: ¿Es verdad que "Dimitri" no es crespo natural?
Jade: Shhh...
Leora: Parece pintar un cuadro.
Angus: (Sin prestar atención) Mmmm.
Leora: Porque nunca la vi tan concentrada... Ya se ve distinta ¿o no?
Angus: Es sublime, ¿cuántas veces nos habrán engañado?
Leora: (Inquieta) Dan ganas de ayudar en algo, ¿te puedo ayudar?
Jade: Por el momento, con que te quedes quieta es suficiente.
Leora: Es una lástima estar aquí sin hacer nada.
Jade: (Se queda quieta mirando su obra) Lo que haría falta sería un "Mélange trois" (busca entre sus cosas).
Leora: ¿No tienes?
Jade: No.
Leora: ¡Yo te lo voy a comprar! ¿Ves que si puedo ayudar? ¿Mélange trois? ¿Necesitas algo más?
Jade: (Estupefacta) No. (Le pasa plata).
Leora: No, quiero colaborar. Y puedo aprovechar de comprar algunas cosas que necesito para mí. ¡Vuelvo! (Sale).

 

 

 

Escena 6:

 

Angus: (Irónico) ¡No te demores mucho!
Jade: Saquémoslo de ahí... No soporto más sentármele encima
Angus: ¡No lo puedo creer! No tuvimos que hacer nada, simplemente la aburrimos.
Jade: Siempre la aburrimos a la pobre, ya no se aguantaba las ganas de ir de compras para apaciguar su ansiedad. (Abren el sillón).
Jade: Uy.
Beatriz: ¡Oh! Qué estupendo era.
Angus: Está completamente blanco. (Le aprieta los cachetes para ver si se pone más colorado).
Jade: Había pensado que lo metiéramos a su auto y lo tiráramos al río, Pero cuando mueren ahogados no los muestran en el velorio, no sé si podría ir a su funeral sin mirarlo por última vez...
Angus: Tómale una foto.
Jade: ¿Estás loco? ¿No será peligroso?
Angus: Basta con que tengas cuidado de no perderla.
Beatriz: Yo creo que es buena idea.
Jade: ¡Bueno!

Jade sale a buscar la cámara y vuelve.

Jade: Ustedes la toman.
Beatriz: Podría ponerse un poco más natural.

Angus le pasa la cámara a Beatriz y va a arreglar la foto, moldeando a Jade y Marcelo.

Jade: ¿A ver? (Va a mirar a través del lente). Se ve tan marchito, ¿qué se podría hacer? (Busca entre sus maquillajes).
Angus: ¡Ah, no! Me parece demasiado, Jade.
Jade: Puede ser mi obra maestra, imagínate: ¡darle vida a una cara!

Jade comienza a maquillarlo.

Beatriz: Eso sí que es lo que se llama un maquillaje "corrector".
Jade: (Mientras lo maquilla) Así muertito, yo era la única que lograba seguirte el paso y ahora estás tan tranquilito. Si hubieras sido así vivo, aún lo estarías, seguramente.
Beatriz: (Sorprendida) Está tomando color.
Angus: Ya, Jade, basta. Me da escalofríos.
Jade: Apuesto a que se quedaría en mi cama toda la noche sin moverse ni un pelo y yo podría despertarme en medio de la noche y mirarlo y apoyar mi cabeza en su pecho y...
Angus: Nada, no sentirías el latir de su corazón. Está muerto.
Jade: Está tibio. ¡Se movió!

Los tres se repliegan en una esquina del living, asustados.

Angus: No puede ser.
Beatriz: No, no, lo imaginó...
Jade: Me dio miedo, es como si nos mirara.
Beatriz: (Con evidente temor). Ahora sí que parece vivo.
Jade: Nos debe odiar desde donde esté. Creo que esto nos puede traer una terrible maldición.
Angus: No seas tonta, dame la cámara.
Beatriz: Perdón, pero creo que hay cosas privadas.

Beatriz cierra las cortinas, las de la cocina también se cierran. Sólo podemos ver un flashazo.

 

 

Escena 7: Detrás de las cortinas.

 

Angus: Jade, ya basta. (Flash).
Beatriz: Esa está espectacular. Jamás se me habría ocurrido. (Flash, ríen).
Angus: Tú algo tienes.
Jade: Claro que tengo, si no, no sé cómo habría soportado todo esto.
Angus: Dame.
Jade: Se acabó.

Suena el timbre. Después de una pausa breve en la que hay movimiento y voces susurradas, al abrirse las cortinas, Marcelo ha desaparecido y todo parece muy normal.

Angus: (Mirando por el ojo mágico) Es tu hermana.
Jade: ¡Por fin! Hazla pasar.

Angus lleva aparte a Jade, Beatriz se mira al espejo.

Angus: Jade, no tienes que hacer esto. ¿Para qué te vas a torturar más?
Jade: Más bien va a ser una satisfacción torturarla a ella...
Angus: Déjala que se vaya, dijiste que me ibas a ayudar ¿o no?
Jade: Está aquí en la puerta, ¿qué te puede importar que entre?
Angus: Quiero arreglar algo con Marcelo, y ella no haría más que interferir...
Jade: ¿No será para protegerla de mí? (Ríe). Estaría bueno.
Angus: ¿Son socios o no? Se trata sólo de negocios. Tienes esa facilidad para armar intrigas donde no las hay.
Jade: Más te vale que no las haya, he descubierto demasiadas traiciones hoy día.
Angus: No abras.
Jade: Si me lo explicas.
Angus: No puedo.
Jade: Lo siento, es algo que tengo que hacer. (Va a abrir la puerta).
Beatriz: ¡Espera!. Probemos mi nueva personalidad, no le digas nada a tu hermana, hazme pasar por alguien importante. (Jade asiente agotada y abre la puerta).


La plata

Escena 1: Entra Topacio

 

Jade: ¡Hola! ¿Y esa cara?
Topacio: Hoy no ha sido el día, he buscado a Marcelo por todas partes. (La sientan). Tienes a toda la alegre familia aquí, o sea que está desaparecido. Odio cuando hace esto. Porque, no lo han visto ¿verdad?
Angus: No.

Jade niega con la cabeza.

Topacio: ¿Y Leora?
Jade: Esa no se entera ni de la vida íntima de Marcelo (Angus está nervioso).
Topacio: He tenido un día de mierda ¿sabes?. Hoy justo le tenía que venir el ataque, ese, el de la soledad.
Beatriz: ¿Qué soledad?

Topacio recién repara en Beatriz y la mira de arriba a abajo.

Jade: It means beiing alone (Beatriz no entiende nada, a Topacio) te presento a Betty, una actriz inglesa.
Beatriz: (Feliz) ¡Jelou! (De ahora en adelante con un dejo de acento). Mucho gusto.
Topacio: ¿Y por qué lleva puesto tu vestido?
Jade: Eeeem...
Beatriz: Me mojó un automóvil y estaba hecha un desastre. Tu hermana me rescató.
Topacio: ¡Ay, no me hables de autos!. Al borde de la desesperación, salí a buscar a Marcelo por la calle, y cuando iba pasando por Cervantes, vi a un tipo que estaba comprando cigarrillos en un kiosco, con una chaqueta de gamuza igual a la de Marcelo, di la vuelta para mirarlo mejor y ¡paf! ¡Choqué!. Lo bueno es que hoy en día es la única manera de conocer a alguien... era un tipo de lo más interesante.
Jade: (Maliciosamente) Y el tipo del kiosco, ¿era Marcelo?
Topacio: No, desgraciadamente no, se parecía, en fin, ¡paf!. No, me digo, qué mala suerte, me preparo para gritarle una sarta de garabatos y otros insultos al del otro auto cuando veo a un canosito de lo más amoroso, ¡con un perro! ¡Igual a él!. Ustedes saben eso que dicen de los amos y los perros...
Beatriz: ¿Es algo obsceno? (Los demás ríen).
Topacio: No pude gritarle nada, se me fue el habla, después de todo yo había tenido la culpa, así que le sonreí, y ahí fue que él me insultó, no tuve más que gritarle: "No se enoje tanto lindura, mejor anote mi teléfono". El tipo se cohibió completamente y salió arrancando.
Jade: (Ríen. Sospechosamente a Topacio) ¿Y?
Topacio: ¡Ah! Aquí. (Se saca un paquete de la guata).
Jade: Aquí no.
Topacio: Tanto misterio.

Jade: Descubrí que hay gente ociosa que le gusta mirar por la ventana.
Topacio: Ah, sí, es mejor tener cuidado.
Jade: Ven... (La lleva a su habitación).

 

 

Escena 2: Angus, Beatriz

 

Beatriz: ¿De qué se trata?
Angus: Lo que los sicólogos actuales llamarían un poco de evasión y yo, sólo diversión. (Va hacia la puerta de la habitación de Jade y escucha. Para sí) ¿Qué están cuchicheando? (Acercándose a ella). Te queda bien ese vestido, ¿ah?
Beatriz: Sí, me hace sentir totalmente distinta.
Angus: ¿De cuerpo y alma?
Beatriz: Sí. (Hablan de muy cerca).
Angus: Me recuerdas a Jade cuando era más joven.
Beatriz: ¿Y alguna vez Uds.?
Angus: Sí... (Se ríe) la única que salió perjudicada fue mi mandíbula.
Beatriz: ¿Marcelo?
Angus: No... Jade se enojó porque me hice pasar por él. Creo que lo que más la enfureció es que no se dio cuenta. Me metí a su cama y ella estaba tan sorprendida de lo tierno, en sus palabras, que estaba Marcelo, que yo disfruté más de mi travesura. Desde ese momento, nunca más confió en mí.
Beatriz: ¡Vaya travesura!
Jade: (Entrando) ¿No se cansan de hablar de mis intimidades? (A Angus) Tu turno.
Angus: Ven. (Sale con Beatriz).

 

 

Escena 3: Jade, Topacio

 

Topacio: Y tú, ¿estás bien?
Jade: (De ahora en adelante, muy pesada) Sí, no tendría por qué no estarlo.
Topacio: ¡Ah! Pensé que te preocupaba Marcelo.
Jade: Parece que no me preocupa tanto como a ti.
Topacio: Nos preocupan distintos aspectos.
Jade: ¿Estás segura?
Topacio: ¡No seas tonta!
Jade: Ahora eso es ser tonta...
Topacio: No te entiendo.
Jade: Nunca lo hiciste, pero eso no te justifica. ¿A qué se debe tanta urgencia por encontrarlo? ¿Te dejó botada?
Topacio: Dejó botada la oficina, que es lo que más me preocupa.
Jade: No creo que Marcelo quiera saber nada de trabajo. Por ahora, me sorprende tu repentina preocupación por mí.
Topacio: ¿Por qué dices que es repentina?. Siempre me he preocupado por ti, lo que pasa es que tú no te dejas demasiado.
Jade: Pensé que me conocías más que eso.
Topacio: Tú misma dijiste que no te entiendo.
Jade: Y agregué: "Pero eso no te justifica" (Con repentina risa). Siempre competíamos en todo, hasta de quién se demoraba menos en el baño.
Topacio: ¿Lo ves? Eso es de lo que te hablo, pensé que por una vez estábamos hablando en serio.
Jade: Ya es tarde.
Topacio: (Acelerada por los estimulantes, se restriega la cara, se muerde los labios). ¿Me estás tratando de hacer sentir mal?. Porque hace tiempo que no hablábamos de eso... Y ahora que me acuerdo, siempre me lo recuerdas cuando hay algo detrás. ¿Qué te pasa conmigo?
Jade: Estás paranoica... le pusiste demasiado.
Topacio: Sé perfectamente cuánto tengo que jalar o no... Estás hoy.
Jade: (Muy calmada) Estás loca, nunca te había visto tan paranoica, ¿estás segura de que no se te pasó la mano?
Topacio: No me vengas con que es idea mía o que estoy alucinando, al contrario estoy tan dura que veo todo muy claro, a ti te pasa algo conmigo.
Jade: Nada, te lo juro. ¿Tienes algo que decirme?
Topacio: Ya estás jugando a la calmadita de nuevo, sabes que odio cuando haces eso.
Jade: ¿Habló Marcelo contigo?
Topacio: ¡No te digo que no lo veo desde ayer!
Jade: ¿No te dijo nada de un viaje?
Topacio: Sí.
Jade: ¿Ves? Ahora nos empezamos a entender.
Topacio: Jade, creo que no estás bien... Si Marcelo se fue y nos dejó aquí a las dos, algo anda muy mal.
Jade: No se fue a ninguna parte.
Topacio: ¿Cómo lo sabes?
Jade: Sólo lo sé.
Topacio: ¡Si sabes dónde está, dímelo por favor!
Jade: No te aceleres, hermanita.
Topacio: (Se pasea, se siente ahogada, abre las ventanas). No me hagas caso, me pegó muy fuerte, voy a buscar agua.

 

En la cocina

Topacio: (Empieza a abrir puertas) ¡Mierda, nunca encuentro los vasos en esta casa!

Jade parece acordarse de algo y sale corriendo hacia la cocina. En ese momento Topacio abre un mueble largo como de escobas y le cae Marcelo encima. Lanza un grito que hace salir a Angus y Beatriz de la habitación, corren hacia la cocina.

Angus: ¿Qué pasa?

Jade sostiene a Marcelo y Topacio parece aterrada.

Topacio: Está... ¡está muerto!
Jade: (Fría) No, sólo está ebrio... llegó aquí anoche y no quería ver a nadie, así que lo escondí... muerto no... Pero peso muerto sí. (Se ríe) ¡Ya!, salgan todos. No hay suficiente espacio.

Angus y Topacio salen hacia el living.

Beatriz: (A Jade) ¡Tiene Ud. la mejor sangre fría! (Sale).
Jade: Chiquilla tonta.

 

 

 

Escena 4: Topacio, Angus, Beatriz en el living

 

Topacio: Me siento mal...
Angus: Estás muy impresionable. Tómate un trago para nivelar.

Beatriz se lo pasa y se sirve un trago, está ansiosa.

Beatriz: ¿Qué me dieron?
Topacio: No tiene ni idea la pobre idiota. (Se ríe).
Angus: Respecto de la caja fuerte...
Beatriz: Quiero salir de aquí.
Topacio: Angus deberías cuidarla un poco, está pálida.
Beatriz: Angus...
Angus: No te va a pasar nada, relájate.
Topacio: ¡No entiende nada la pobre gringa! (Se ríe). ¿Me vas a decir que en tu país no lo habías probado nunca?
Angus: ¡Deja a la gringa en paz y hablemos de la caja fuerte!... Está vacía.
Topacio: Lo sé, este estafador, además de engañar a un par de mujeres, se quería quedar con toda la plata.
Angus: ¿Dónde está la plata?
Topacio: No tengo ni idea.
Angus: Tenemos que encontrarla.
Topacio: No soporto a este tipo...
Angus: Ya no tienes que preocuparte por él... Está muerto.
Topacio: ¡Muerto! Con razón Jade está así. (Muy preocupada). Pobrecita. Voy a verla...
Angus: Espera, me preocupa Jade, le habla como si aún estuviera vivo, hasta le sacó una foto y lo maquilló...
Topacio: ¡No! (Mira a Beatriz que se lo confirma con una mirada).
Angus: Me dijo que creía que se iba a ir contigo...
Topacio: ¿De dónde sacó eso? Y tú, ¿qué le dijiste?
Angus: Te defendí, por supuesto, pero no quiere hacerme caso, está obsesionada con eso.
Topacio: No estarás pensando que ella lo mató. ¿O sí?
Angus: ¿Crees que sería capaz?
Topacio: Si creyó que Marcelo se iba conmigo...
Angus: Quizás Jade sepa dónde está la plata.
Topacio: Jamás lo haría por la plata... Tengo que decirle que Marcelo no se iba conmigo.
Angus: No creo que sea bueno contradecirla en este momento.
Beatriz: Y, ¿cómo lo hizo? No dejó ni una marca.

 

 

 

Escena 6: Jade entra

 

Jade: (Entrando) ¿Quieren saber realmente qué pasó?
Topacio: Jade, no tienes que hacer esto...
Jade: Anoche este imbécil, no paraba de hablar de un viaje...
Topacio: Ya lo sé, no te hagas más daño...
Jade: ¡Siéntate!
Angus: Jade, estás muy alterada...
Jade: No, no lo estoy... Cuando por fin creía que nos íbamos juntos, lejos, solos... Tenía la plata...
Angus: No es necesario hacer esto, Jade.
Jade: Entonces, la maldita llamada, nunca fuimos muy unidas, pero eras mi hermana, ¿no?. Esa traición no la pude soportar, era demasiado que se fuera con mi propia hermana.
Topacio: Pero...
Jade: No hace falta que lo niegues... No le dije nada, me hice la tonta, no sabía ni siquiera para qué había venido a mi casa... Perdía el aliento y lo incité a más y más, más y de todo, hasta que le vino un ataque... Ahí entendí que lo quería más que a nada en el mundo, se estaba muriendo ante mis ojos, me pedía que llamara una ambulancia y yo lo único que le pedía era que se arrepintiera de todo el mal que había hecho, que era su única salvación, me lo prometió, pero yo sabía que no se daba cuenta de lo equivocado que había estado. (Pausa). Cuando ya no resistí más el verlo así, me miró como si me viera por primera vez y como si finalmente hubiera entendido lo que le decía y se murió.

Todos están estupefactos.

Jade: Me quedé toda la noche mirándolo, sin poder hacer nada ni hilar una sola idea coherente, y lloré, y lloré hasta que no me quedó una sola lágrima y mis pensamientos se enfriaron y mi corazón se hizo de piedra. Me preguntaba una y otra vez por qué tuvo que llegar todo tan lejos y la única respuesta que he encontrado es que yo lo quise así, o que fui demasiado débil para cambiarlo. El único consuelo que me queda es que, aunque sé que ni muerto me voy a poder liberar de él, a más de alguien le hice un servicio. Sobre todo a ti, hermanita...
Topacio: Yo nunca pensé irme con Marcelo.
Jade: Para qué lo niegas, ya te perdoné.
Topacio: Angus, dile...
Jade: No tiene nada que decirme, él mismo me lo confirmó.
Topacio: Pero... está mintiendo, hace un momento...
Angus: Estás loca.
Topacio: ¿A quién le vas a creer, a él o a mí?
Jade: No lo sé.
Topacio: ¿Que te dijeron en esa llamada?
Jade: Llamaban para confirmar el vuelo, entiendes, el de Marcelo y tú...
Topacio: ¿No te das cuenta?. Esa llamada es totalmente ilógica, ¿por qué habrían de llamar aquí para confirmar un vuelo mío o de Marcelo? Es una trampa.
Jade: ¿Y de qué podría servir?
Topacio: ¡No lo sé!
Jade: ¿Cómo quieres que te crea?. Después vienes y lo buscas aquí, desesperada, acaso crees que soy tonta, si no hubieran llamado, me habría enterado, tarde o temprano...
Topacio: ¡Vine a buscarlo porque la plata de la caja fuerte había desaparecido!
Jade: ¿En serio? ¿Tú sabías eso, Angus?
Angus: No.
Topacio: ¿Cómo que no? Me acabas de decir...
Angus: Sí, sí, lo sabía.
Jade: Esto se pone muy confuso, la plata, la llamada... ¿Cuando supiste lo de la plata?
Topacio: Esta mañana encontré la caja fuerte vacía...
Jade: Pensé que habría sacado su parte...
Angus: ¡No! Se lo llevó todo, mi parte, la de Topacio... ¡Nos quería robar a los dos! El muy desgraciado...
Topacio: ¿Y tú? ¿Cuando lo supiste?
Angus: Yo...
Topacio: Lo sabías antes de llegar aquí, ¿no es cierto? Siempre lo supiste.
Angus: (A Jade) Al fin y al cabo no lo mataste, al menos técnicamente no.
Jade: Lo dejé morir ante mis ojos.
Angus: Pero, fue muerte natural, mis piedritas preciosas, na-tu-ral.
Jade: No nos llames así...
Angus: Ya está hecho, Jade, no es tu culpa, todos te ayudamos a deshacerte del cadáver y nadie tiene por qué saber nada.
Beatriz: Sí, mejor sacarlo de aquí antes de que llegue Leora.
Jade: ¡No se atrevan a tocarlo!
Angus: Deja ya de preocuparte por él, el maldito nos traicionó a todos.
Jade: (A Angus) Tú hiciste esa llamada, ¿no es cierto?
Beatriz: ¿Para qué haría algo como eso?
Angus: Jade, estás desvariando.
Jade: Te preocupaba tanto que llegara Topacio...
Angus: ¿De qué hablas? Yo no lo maté, ¿te acuerdas?. Tú lo hiciste o más bien no lo hiciste.
Beatriz: Es tan complicado.
Jade: Tenías negocios que arreglar con Marcelo...
Angus: Ya está todo claro, la plata está aquí, ¿verdad?
Topacio: Y no pensabas compartirla con nadie.
Angus: Lástima, ahora tenemos que repartirla...
Jade: ¿Por qué tendría que estar aquí? ¿No se iba con Topacio?
Angus: Tiene que estar aquí.
Jade: ¿Cómo puedes estar tan seguro?
Angus: ¿Dónde está la plata, Jade?
Jade: ¡Aquí! (Saca el maletín).
Topacio: Lo único que te importa es la plata. Te hizo creer que Marcelo se iba a ir conmigo para quedarse con ella.
Angus: Yo sólo quería que lo retuvieras un poco.
Beatriz: ¿Ud. llamó?
Jade: Sabías que lo iba a matar... No parecías apenado ni sorprendido.
Angus: ¿Qué quieres? ¿Que llorara por él?. Me chantajeó por años para que trabajara para él y nunca me dio nada.
Jade: Cuando por fin se iba a ir conmigo... ¿Me vas a decir que todo fue por la plata? (Silencio) ¡Respóndeme! ¿Eres tan asqueroso de hacer todo esto por plata?
Angus: No, no fue sólo por la plata, ¿No lo entiendes?. Siempre lo tenía todo, te tuvo a ti, a Leora, todo le salía bien. ¡Y cuando se había hecho lo suficiente rico, se iba con lo mejor a otra parte!
Topacio: ¿Todo este tiempo guardaste ese rencor hacia él?
Angus: Mucho más del que te imaginas. Estaba harto de que me catalogaran por como éramos hace veinte años, hiciera lo que hiciera seguía siendo la sombra de Marcelo. Hice el mismo papel durante toda mi vida porque ustedes no eran capaces de abrir los ojos, estaban encandiladas con él.
Beatriz: "Hay cosas que hay que destruir completamente para que cambien"
Jade: ¿Y yo? ¿No pensaste en mí?
Angus: Me deshice de los dos a la vez, siempre fuiste tan apasionada. Si creías que él te engañaba, eras capaz de hacer cualquier cosa.
Jade: ¿Querías que me fuera a la cárcel?
Angus: Todavía puedo lograrlo... (Corre y agarra la cámara de fotos). Aquí está la prueba de que murió en tu casa... ¡Dame la plata! (Va hacia ella a quitarle el maletín).
Jade: ¡Maldito! (Abre el maletín, saca una pistola y apunta a Angus).
Topacio: ¡Jade, no! No vale la pena... Por Marcelo ya estás libre, no te vas a encarcelar por este desgraciado.
Jade: ¡No me importa!. Todavía no lo entiendo, Angus.
Angus: ¡Mátame! Ni siquiera fuiste capaz de matar a Marcelo como lo había planeado.

Jade le saca el seguro a la pistola.

Beatriz: ¡No lo haga!

Las tres forcejean, la pistola se dispara. Beatriz cae. Jade y Topacio están horrorizadas.

Angus: Ahora sí que la cagaste, Jade. (Sale, llevándose el maletín).

Pasan unos instantes en los que Jade está petrificada con el arma en la mano y en estado de shock. Topacio se tapa la boca y llora. La luz cambia y un sonido sordo llena el escenario. A lo lejos se escucha un sonido de golpes en la puerta que se hace más cercano y real, se nota que están tocando hace tiempo.

Leora: (En off) ¡Jade, ábreme la puerta! ¡Te traje tu "Mélange trois"!

 

 

Fin



 

Santiago de Chile, 1994-1996


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006

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