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Dramaturgo / María Verónica Duarte Loveluck |
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Juana de Arco
de María Verónica Duarte Loveluck
Juicio. Exposición de la causa |
Entran los jueces.
Cauchon: Le agradó a la Suprema Providencia que una mujer de nombre Juana, vulgarmente llamada la Doncella, haya sido tomada y capturada por célebres hombres de armas, en los límites de nuestra diócesis y jurisdicción. Los rumores ya se habían esparcido en el lugar que esta mujer, llevaba, con una audacia increíble y monstruosa, vestimentas deformes pertenecientes al sexo masculino. También se relataba que su temeridad había llegado hasta a hacer, decir y divulgar muchas cosas contrarias a la fe católica y haciendo esto, se había vuelto culpable de graves delitos, tanto en nuestra diócesis como en otros muchos lugares de este reino. Nuestro serenísimo y cristiano príncipe nuestro señor el rey de Francia e Inglaterra, Enrique VI, habiendo llegado al conocimiento de estos hechos, requirió en seguida al noble señor Juan de Luxemburgo, caballero, que tenía a la susodicha mujer bajo su poder y autoridad, entregar y enviar a la dicha mujer para ser juzgada. Y este, prestando a dichos requerimientos una benigna condescendencia, nos envió enseguida a la mujer. Por lo tanto nos encontramos reunidos en el territorio de esta ciudad de Ruán, para que sometamos a una investigación los hechos y decires de la acusada, y para que responda ante la justicia de los hechos criminales que le son imputados. ¿Cuál es vuestro nombre?
Juana: En mi país me llamaban Juana.
Cauchon: ¿Vuestro lugar de nacimiento?
Juana: Nací en el pueblo de Donremy.
Cauchon: ¿Vuestra edad?
Juana: Diecinueve años, aproximadamente. Mi madre me enseñó el padre nuestro, el Ave María y el credo.
Cauchon: Diga el padre nuestro.
Juana: Si quiere escucharme en confesión, lo diré con gusto.
Cauchon: Le aconsejo que no se resista. Diga el padre nuestro.
Juana: Sólo lo diré en secreto de confesión.
Cauchon: Llévenla a su prisión.
La escena queda inmóvil. Se oscurece.