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Dramaturgo / María Verónica Duarte Loveluck |
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Juana de Arco
de María Verónica Duarte Loveluck
Carlos: He desperdiciado mi vida esperando que suceda algo. He desperdiciado Francia por culpa de las dudas. ¿Y una muchacha me dice que debo levantarme?
Juana: Debes creerme, gentil Delfín.
Carlos: Todo lo que me has dicho es verdad. Conoces hasta mis más íntimos pensamientos. Y yo que creía que eran desconocidos hasta para Dios.
Juana: Dios escucha y te envía una respuesta. He venido a entregártela.
Carlos: No quiero esa respuesta. Tus palabras me despiertan de mi sueño de niño y me devuelven a mis huesos de adulto. He de luchar contra la maldición de un país y no soporto el peso de la mía.
Juana: Nuestros hombros no pueden sujetar más nuestras cabezas llenas de dudas, ni llorar por las penas de nuestros antepasados. Debes enviarme a Orleans, gentil Delfín, debes darme un ejército y verás cómo la mano de Dios quiere que tú reines.
Carlos: Mírame, sólo soy un retrato adornando las paredes. Mírame y dime si hay en mi mirada algo que te indique que soy un Rey. ¿No respondes a eso? ¿Por qué Dios no me envía la respuesta que busco? ¿Estás segura de que es a mí a quien tienes que decirle todo esto?
Juana: Sí, eres tú el que me ha sido señalado.
Carlos: Al menos Dios confía en mi. No soportaría respaldar una farsa como esta. ¿Verdad? Si esa es Su voluntad, que mi gloria sea. En Su nombre aquí en la tierra y bajo mi escudo. Te dejaré partir a Orleans. (Pausa. Juana lo besa) Si no cumples lo que has prometido, no habré arriesgado nada y tú terminarás en el olvido.
Juana: Que así sea.
Carlos: (Se levanta y se dirige a la corte). He tomado una determinación. Esta muchacha será enviada a Orleans. (La corte parece sorprendida, sobre todo Tremoïlle) Tremoïlle, encárgate de todo.
(Sale, la corte lo sigue. Tremoïlle y el Arzobispo se quedan rezagados. El Arzobispo sonríe y sale, mientras que Tremoïlle mira a Juana con desprecio.)
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Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006 |
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