Dramaturgo / Karen Bauer  

 

 


El sentido del deseo

de Karen Bauer

Doce

Las enredaderas han cubierto la casa completamente y el movimiento se hace difícil por la trama del follaje. Odette mira el juego.

Antón: ¡Que buena jugada mi señora!
Madame: ¡Somos invencibles querido!
Barón: Creo que estamos empatados
Madame: Eso es imposible
Odette: (Alterada) ¡A callar! Debo tomar una decisión... los empates no son buenos
Antón: Podríamos tirar una moneda...
Odette: ¡Estoy pensando! Y cuando la Baronesa piensa todos se callan.
Trae un cuchillo Antón (Antón le entrega un cuchillo). El próximo en perder un punto, también perderá un dedo... ¿No les parece? ¿No le parece señor Barón? ¡Quién jugará!
Madame: Yo jugaré ¡Vamos Antón los dejaremos sin dedos!
Barón: ¿Y si perdemos querida?
Odette: ¿Ya no me querrás sin dedos?
Barón: Te querré de cualquier manera mi Baronesa
Odette: ¡Entonces a jugar!. Y el que pierda dos puntos seguidos perderá primero una oreja, después un brazo y por qué no ¡Una pierna! (Ríe). Usted partirá señor Barón
Barón: ¿Yo?...está bien (Lanza y anota un punto) un punto
Odette: ¡Has salvado uno de tus dedos querido!, ahora le toca a Antón (Antón lanza y anota un punto) esto se está poniendo aburrido... ahora usted Madame.

 (Madame lanza y anota un punto)

Madame: ¡Me encanta esto! ¡Soy la mejor!
Odette: Que cosa tan aburrida... ¿acaso no piensan perder idiotas?
Antón: Ahora le toca a usted señora
Barón: Ella no jugará
Odette: ¡Claro que jugaré! Es justo, es muy justo, ¿quieres que juegue Antón? ¡Entonces jugaré! ¡Yo hago lo que Antón quiera!
Barón: Yo te lanzaré la pelota
Odette: ¡Quiero que lo haga Antón!

(Antón toma la pelota, Odette la lanza muy lejos)

Madame: ¡Pero que lanzamiento!. La verdad es que no puedo decir si ese punto te da como completa ganadora, o como definitiva perdedora
Odette: Decidan ustedes dejo todo mi cuerpo a su disposición, cortaré lo que ustedes quieran
Madame: ¡Corre querida, corre!
Barón: ¡Ese punto ha salido fuera del campo de juego por lo tanto queda nulo!
Madame: ¡Corre Odette, corre!
Barón: ¡Dije que ese punto queda nulo!
Madame: Creo que lo mejor es que Odette vaya a buscar la pelota
Barón: Eso no es necesario buscamos otra y ya está... ese punto queda nulo
Odette: ¡No, no está nulo! (Le entrega el cuchillo a Antón) corta lo que quieras de mí, me lo merezco por jugar tan mal, por no saber jugar (el Barón le arrebata el cuchillo) ¡Déjelo! Que sea él quien termine de matarme, no usted, no usted, no el Barón
Barón: Y si yo lo mato a él
Odette: Hágalo... y después mate a Madame y después máteme a mí ¿Y quién lo matará a usted?

Madame:
 Nadie... nadie
Barón: ¡Cállate maldita mujer, no eres más que una recogida!
Odette: ¡¿Acaso yo no soy lo mismo?! Una recogida, una puta, una sirvienta... una princesita, una maldita princesita, la Baronesa, la mucama, la puta disfrazada del señor...
Barón: ¡Nada de eso! Tú... eres mi amor (Odette ríe con fuertes carcajadas) no te rías,
no te rías ¡no te rías! (la golpea)
Antón: ¡No la toque... no más, nunca más!
Barón: ¡Aquí se hace lo que yo quiero! (el Barón reduce a Odette y está a punto de apuñalarla) ¿qué pasa si mato a Antón?
Odette:...cuando esté muerto lo tomaré en brazos y buscaré su casa, abriré la puerta de esa casa y lo acostaré sobre su cama, pero pondré mi abrigo para que las sábanas no le rompan la espalda, después, pondré mi mano sobre su herida y la hundiré hasta llegar a su corazón, ¡que aún latirá!. Lo arrancaré de su cuerpo. Y luego lo apretaré contra mi pecho hasta que se haga cenizas, hasta que su piel se haga cenizas, hasta que su pelo se haga cenizas, hasta que sus huesos se confundan con el polvo de los rincones de esa casa, y como aún quedará su olor de la cama, me recostaré sobre ella para hundir esta mano en mi herida, hasta llegar a mi propio corazón y me lo arrancaré, me quebraré el pecho para tomar mí corazón polvoriento que se confundirá con el polvo de sus cenizas esparcidas por todos los rincones de esa casa y al final, mi pelo, mis dientes y mis huesos desechos en millones de pedazos, volarán para juntarse con los de él... en esa casa.

(el Barón la suelta y cae al suelo, Antón se acerca a ella. El Barón lo toma enérgicamente y lo hiere con el cuchillo)

Barón: Dejaré abiertas las ventanas
Odette: Ni un gramo, ni una partícula de mi polvo volará hacia usted. Nunca, Me ha convertido en cenizas, pero sepa que jamás ni un gramo de esas cenizas fueron, ni serán suyas.
Madame: ¡Basta!... ¡no queremos jugar nunca más contigo!... ¡los juegos tienen reglas y lo echaste todo a perder! Estas lágrimas no te las perdono porque a Madame no le gusta llorar. ¡No llores Saint-Loup, no llores, no llores! Anda a lavarte esa cara mierda.

(lo abofetea, luego ambos salen. Antón y Odette se ponen de pie riendo)

Odette: Me muero
Antón: Después de todo me muero

(se abrazan, ríen y bailan un estilizado pero torpe baile hasta morir)


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