Dramaturgo / Karen Bauer  

 

 


El sentido del deseo

de Karen Bauer

Dos

Jardín. Odette corre. Se encuentra con Madame

Madame: has visto como está de crecida esta planta. Toma un poco de esto o vas a congelarte, nada mejor que el bourbon para calentar las tripas. El jardinero le estaba cortando las raíces de a poco, creyó que no me daría cuenta el infeliz pero ella me avisó y el desgraciado tuvo que pagar, yo la regué desde que era una matita, le dejé solo un brote para que creciera derecha. Si no tomas, sabes que te vas a morir, ¿acaso quieres eso?. No, ¿no es cierto? Deseas platos sucios, tender tu cama, lavar tu cara, y al ponerla frente al espejo reconocerte como tú misma, ver la piel joven, ver las arrugas...lo se. Me gusta imaginar que alguna vez me desperté en mi cama tibia y sola, que me senté en ella y ví pasar el tiempo sin agitaciones, solo yo y mi cama, yo y mi tiempo, yo y mis pies, yo y mis rodillas, bebe muchacha, bebe por tus rodillas la salud de las rodillas de Odette!
Odette: ¡A la salud de las rodillas de Madame!
Madame: No, no, no gastemos este elixir de vida en mis rodillas mentirosas, ni en ninguna parte de este cuerpo mentiroso, esta boca que hace como que habla pero no habla, estas manos que hacen como que se mueven pero no se mueven, estos pulmones que no respiran, pero yo imagino que si, imagino el aire entrando en ellos, imagino que mis ojos se abren, imagino...basta querida. Quédate con la botella ahora esta cabeza farsante está inventando que está mareada, vete querida, vete. Acuéstate temprano, mañana quiero mi jugo y mi café.


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