Dramaturgo / Isidora Aguirre  

 

 


ˇSubiendo . . . último hombre!

de Isidora Aguirre

Escena 4



Luz sobre el Guía, extremo derecho. En penumbra, las mujeres siguen trabajando en su Espacio, como si no hubieran salido de allí.

El guía: Hubo un tiempo en que 16.400 trabajadores carboníferos trabajaban en estas minas. Solían organizarse para obtener mejores salarios, porque antiguamente se les pagaba con fichas. También dieron la pelea para tener hospital, escuelas y terminar con el trabajo de los niños en los socavones.
El hijo: (Al público). Antes, los niños de Lota no tenían infancia. Las madres amasaban el tradicional "pan de mina", con una levadura que sacaban de la mezcla de harina agua y sal, un pan grande que era la base del "manche", el almuerzo de los mineros en su lugar de trabajo. Para sumar al sueldo del marido, las mujeres amasaban para la venta, y los niños debíamos salir de alba, antes de ir a la escuela, a venderlo a los mineros del primer turno. También para recibir unos centavos, les llevábamos ese almuerzo a las galerías. Otros eran “perreros”: trepaban sobre la marcha a los carros que transportaban el carbón y tiraban trozos en el camino para luego recogerlo y llevarlo a su hogar. Y los "chinchorreros", que recolectaban en la playa lo que caía durante el embarque. Pero el trabajo infantil que la empresa pagaba era el de "portero".
Voz de niño: Para ganar unos centavos yo trabajaba de “portero", eso es abriendo y cerrando compuertas, abajo en lo oscuro..
Voz de niño: ¡Lo que más asusta son las ratas!. Unos tremendos guarenes... con esos ojos medio rojizos fijos en uno...
El hijo: Aseguran que en esos socavones podía usted contar diez ratas por cada trabajador. Es que se alimentaban con los deshechos, limpiaban la mugre y los excrementos que quedaban en las galerías, por eso no los exterminaban. Además de esa labor de "limpieza" al escapar daban la señal de alarma, igual que los canarios en las jaulas, detectando la presencia del gas grisú.
Voz de niño: A veces cuando venía el chiflón, se apagaba el cabito de vela y ahí uno se quería morir...

Proyección: fotos reales de niños en la playa, sus rostros, mientras una de las mujeres que amasan el pan canta como las canciones para acunar a un niño



Al cumplir los nueve años
mi niño ya fue minero.
Fue a ganarse unos centavos
Trabajando de portero:
Eran tiempos de injusticia
En la infancia del obrero.
Qué tienes mi niño
Que pierdes color
Madre, la sombra recojo
sin cielo, luna ni sol.
durante ocho horas cumplidas
me paso, inmóvil y atento
a oscuras, sujetando el viento.
Solito en el socavón
abriendo y cerrando puertas
cuidado ¡el ventarrón!
Esos eran tiempos duros
En la infancia del carbón.



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