Dramaturgo / Marcelo Sánchez  

 

 


Residuos Berlín Valparaíso

de Marcelo Sánchez

Residuo 10


En la casa de Frau Ingrid.
Alejandra en una bodega, sobre un colchón medio podrido.
Frau Ingrid lee una carta. Su voz es la voz de Alejandra. Luego es Alejandra quien relata el texto de la carta.

Señora Ingrid....
Supongo que después de no saber nada de mí en tres años le será extraño recibir esta carta. Le pido que piense en lo difícil que también fue para mí tomar la decisión de escribirla. Tomar papel y lápiz me ha costado días de fiebre. Recordar la dirección de la casa ha sido un esfuerzo que sólo he podido soportar con una buena dosis de caballo... Ahora que he superado esto y tengo la decisión de escribirle... No sé si hacerlo en alemán o en castellano y tampoco cómo dirigirme a usted. ¿Señora Ingrid?. ¿Mamá?. ¿Frau Ingrid?. ¿Gringa, como le decían todas las niñas allá en Valparaíso?. No lo sé... no quiero ofenderla, ni tampoco darle falsas esperanzas. Le escribo con la única intención de pedirle dinero. Después de todo usted es la responsable de que yo me encuentre en un país ajeno al mío, y que no sepa dónde mierda estoy parada. Claro que ya estoy bastante crecida como para culparla de mi situación. No la culpo, simplemente tengo necesidad de dinero y no tengo a nadie a quien recurrir. Vivo con un grupo de pelados y por nada del mundo volvería a su casa. Recogemos desperdicios del basurero del supermercado y nos va bastante bien con eso. En un bar nos regalan cerveza gratis si alegramos el ambiente ya que los estúpidos que van allí necesitan algo de acción los fines de semana, y nosotros hacemos bastante ruido cuando queremos. Algunos del grupo son ciudadanos alemanes y reciben dinero mensualmente que nos alcanza para algunos lujos como cigarrillos y pasteles. Todo lo demás, la ropa y los maquillajes, lo recogemos de la basura. Como ve, llevo una vida que cualquiera de las putas de Valparaíso me envidiaría. Sé que ya no soy su sueño, me he convertido en su peor pesadilla, pero no podía hacer otra cosa, si quería ser yo misma alguna vez. Sólo espero sobrevivir esta temporada y ya veremos... Aunque mis palabras son duras no se sienta juzgada, mamita. Aunque mi vida es una porquería, ya no guardo rencor con nadie, ni con usted, ni con mi mamá de Chile. Es sólo que hay algo equivocado en alguna parte... allá en los cerros que miran el mar, aquí en este cementerio iluminado, con seguros y aire acondicionado, no lo sé. Sólo sé que unos miles de euros me ayudarían mucho a pasar el invierno, y si usted quiere entregármelos puede hacerlo dejando un sobre a mi nombre en el bar de Herman de la Schiller Strasse, por supuesto sin preguntar nada acerca de mí. Y si avisa a la policía la voy a odiar. ¿Usted sabe hasta dónde puede llegar mi odio?.
Alejandra.


Residuo 1 | Residuo 2 | Residuo 3 | Residuo 4 | Residuo 5 | Residuo 6 | Residuo 7 | Residuo 8 | Residuo 9 | Residuo 11 | Residuo 12 | Residuo 13 | Residuo 14 | Residuo 14 | Residuo 15 | Versión de impresión

 

 


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006