Dramaturgos / Sergio Valenzuela Valdés  

 

 


Callejera

de Sergio Valenzuela Valdés

La obra fue premiada en la XI muestra de dramaturgia nacional, en la Mención Puesta en Espacio.

 

Personajes:
Donatella
Tobar
Bárbara
Michelangela
Ella
Yo


El espacio escénico es la imagen matemática del espacio ideológico de los personajes y está delimitado por bordes, el borde de un sofá, el de una azotea de edificio, quizás el de una calle y el de una terraza, el de un hotel, una tina, un lavamanos y una ventana. Los personajes conviven en un lugar común. Esperan su turno para continuar el diálogo. Puede estar nublado, pero lo que si hay es mucho viento.

 

 

Donatella: Un botón de color verde cierra mi garganta y no me deja respirar. Mirando su espalda, escuchando Lhasa. Me vi tirada en el pasto, rociada por el agua intermitente. Amiga… nunca encontramos la salida del parque, nunca fuimos tan amigas como ahora. Siempre fuimos perdidas. Mi abuela lo decía: como cabras sin cencerro… Vueltas locas sin un pecho donde soñar. Nunca encontramos el atajo para tu casa, siempre tomábamos un camino nuevo y perdíamos la cabeza en cada esquina. Nunca encontramos como salir de esa fiesta, pero te encontré a ti tirada entre esos brazos negros, enmudecida detrás de esos brazos fuertes vestida de rojo. Estaba temblando debajo de mis pies. Cada vez que me dices que lo olvide me sirve lavarme las manos, mojarme el cuello y sentir como hacen carrera las gotas por la clavícula. Como llegan rápidamente cuesta abajo, hasta rozar mis bordes y perderse entre los pelos que salen en mis piernas de hombre Joven... ¿Vámonos?
Tobar: ¿Hoy he leído mucho sobre los suicidas sabes?
Bárbara: Parece. Andas con cara de vértigo como que se te salen los ojos leyendo el diario. Te desabrochas la camisa. A ver, ¿Qué pasa?
Tobar: Pienso que existe una conexión entre la cantidad de edificios nuevos y la cantidad de gente que salta de ellos.
Bárbara: Este es un país de suicidas, todos lo sabemos... supongo.
Tobar: Pero si pensamos en los diferentes espacios, ¿Saltará igual un joven desde el último loft, al del departamento de 1 ambiente?, ¿Si alguien salta desde su terraza, dirá algo distinto al que no la tiene?, ¿O el que va a visitar al tío que es conserje y se tienta con la azotea limpia y brillante de un edificio recién construido?, no falta la parejita de lesbianas tomadas de la mano que gritan juntas y saltan al vacío. ¿De que te ríes?
Bárbara: Me acordaba de una tontera…
Tobar: Dale, yo también me quiero reír….
Bárbara: Nada, nada, cosas de cabras chicas…
Tobar:
Bárbara: Es que cuando más chica, bueno te acuerdas de una amiga, la… en fin, lo que pasa es que nos queríamos suicidar, entonces cuando una de las dos encontrara un edificio blanco de 11 pisos lo haríamos y lo habíamos jurado…
Tobar: ¿Por qué lo harían?
Bárbara: Porque siempre hay una razón para hacerlo...

Donatella: ¿Alguien se acordará de dos travestís al borde de un edificio?
Michelangela: No importa
Donatella: ¿Estás lista?
Michelangela: ¿No lo sé, tú?
Donatella: Una vez alguien me dijo que si quería suicidarme tenía que pensar en el lugar más lindo en el que estuve esta vida, luego pensar en que ya no estará ahí jamás…
Michelangela: Creo que te lo dijo para no hacerlo

(Michelangela resbala)

Donatella: ¡Cuidado!. Casi caes. No lo hagas sin mí.
Michelangela: Parece que no soy una suicida porque pienso en las mil cosas que existen para no irse de aquí. Me gusta sentir este temblor en la planta de los pies, eso si, con los ojos cerrados y el viento dando empujones, es extraño pensar que ya no estarás más ahí. Porque aunque estemos juntas en ese instante cuando rocemos el pavimento ya nos habrá separado un montón de sangre. En cada respiro un silencio más grande.
Donatella: Te pones tan poética...
Michelangela: No me leas el pensamiento Donatella.
Aún podemos bajar cierto, podemos seguir juntas contra viento y marea. No te dejaré.
Donatella: ¿Ya lo estás haciendo en cierto modo, ésta es una despedida, lo sabes?
Michelangela:
Si, la hora de las verdades. Quiero decirte que en cada pedazo de mi hay un montón de cemento, hace tiempo cada trozo de mi cuerpo está pegado a ese pavimento. Hace tiempo que escribí en mis sueños mi nombre y la fecha al lado de la tuya y de tu nombre. En cada gota salpicada de sangre te ves reflejada. Quiero que sepas que en este momento tan importante no puedo dejar de pensar en lo fría que debe estar la calle allá abajo y nosotras abrazadas mirando como nadie se agrupa a decirnos que no lo hagamos, que no somos importantes, que nadie nos echará de menos. Me costó diez años encontrar este edificio, 11 pisos blancos. ¡Características de alguna obsesión tuya no!. Quiero decirte aquí mirándote a los ojos, que ya te echo de menos y que tenemos todo el derecho de hacerlo, porque somos revolucionarias y siempre lo fuimos, desde que éramos niños. Mírame cuando te digo esto. Hoy leí en tu horóscopo que no sería un buen día para ti y por eso estoy aquí a tu lado, con estos tacones bordeando la muerte.
Donatella: Estamos pasadas de moda…
Michelangela: ¿Qué?
Donatella: Eso, que nadie quiere saber quienes somos, estamos absolutamente pasadas de moda, llegó el 2000 y nadie más se puso una pluma.
Michelangela: ¿Es por eso que quieres lanzarte?

(Bárbara pone un disco)

Bárbara: ¿Te acuerdas?
Tobar: ¿De Donatella?
Bárbara: Donatella Rettore. Me encantaba cantarla con mi amiga. Nos poníamos los sostenes de mi mamá y subíamos el walkman a todo chancho. Gritábamos bien desafinadas: Espléndido, esplendente. Fue ahí que se me ocurrió lo del edificio. Entre grito y grito me imaginé a las dos saltando al vacío tomadas de la mano. Volando con tacos y todo.
Tobar: ¿Y por qué no lo hicieron?
Bárbara: Porque nunca encontramos ese edificio.
Tobar: Es fácil encontrar una razón para lanzarse de un edificio. En el diario el otro día decían…
Bárbara: Dame una
Tobar: No lo sé… hay muchas… eh… si tuviera una…
Bárbara: ¿Lo harías?
Tobar: Creo que la única razón por la cual lo haría sería por amor.

Bárbara: Nunca te escuche decir esto, si lo dices es porque alguna vez paso por tu mente.
Tobar: No es una cosa mental, no es por más o menos inteligencia, es sólo la sensación de tus pies rozando el borde, ese temblor en los pies, que sube hasta salir por detrás de tus orejas. No hay que pensar en nada más que saltar, sentir el viento, la altura y suspenderse por un momento. La palabra muerte desaparece en tu cabeza.

Donatella: ¿Qué haces?
Michelangela: Saco un sándwich.
Donatella: Pero como se te ocurre comer ahora, nadie nos tomará en serio si en la autopsia sale un foquin sándwich.

(Lo lanza, las dos miran como el sándwich se aplasta contra el cemento de la vereda)

Donatella: Estoy decidida, hoy es un día especial, siempre soñé con este momento. Verme fotografiada mil veces en las portadas del diario, ver como mi cuerpo tapado por una sábana era yo finalmente, quiero saber como se siente el viento rodeando mi cuerpo en cámara lenta. Como será desapegarme de todo finalmente. (Se saca los tacos) Amiga no llores, ya nada importa, ¿sabes?… cuando chica siempre quise que me empujaran en el metro, (sonríe) me ponía al borde a ver si alguien por casualidad llegaba corriendo y tropezaba conmigo, un tiempo mis padres, sin saberlo, me dejaban sentarme al lado del micrero y cruzaba los dedos para chocar, no ves que siempre muere el copiloto.
Michelangela: Como cuando íbamos a la playa y te subías a la roca más alta
Donatella: Y cuando llegaba arriba encontraba otra forma de morir, me encantaba quedarme hasta reventar mis oídos debajo del agua, mirar los pies de los niños allá arriba y yo tragando pequeños sorbitos de agua, ahogándome lentamente.
Michelangela: Meterse una botella y pensar que se reventará en mil pedazos.
Donatella: Y morir desangrada. Tantas oportunidades desperdiciadas y disfrutadas.
Michelangela: Estar siempre al “border line”.
Donatella: Es raro saber que uno siempre se entera de como poder morir. Nunca busqué muertes raras, pero siempre las sabía, la tele, el comentario de la señora. Tantas veces he estado aquí, me gusta saber que esta vez no estoy sola.
Michelangela: Amiga, es nuestra, entre comillas “TENDENCIA SUICIDA”, eso me dijo un tipo que teníamos la gente como uno, es típico de la generación de los '90.
Bárbara: ¿Cuándo fue?
Tobar: No te pongas así.
Bárbara: ¿Cuándo lo hiciste?. ¿Fue hace poco?. ¿Subiste a la azotea?
Tobar: Pero que importancia tiene.
Bárbara: Esto es típico tuyo, nunca entiendes nada, te he contado todo y tu me vienes con esta, no te das cuenta. ¿Y si te hubieras matado?
Tobar: (Nervioso) ¿Cómo sabes que es verdad?
Bárbara: Nadie puede describir algo así si no lo ha vivido.
Tobar: ¿Qué importancia tiene?
Bárbara: Tú sólo lo harías por amor.
Tobar: Mi primer beso me lo di en una azotea de un edificio. Una niña más grande que yo me tomó de la mano. Corrimos por la escalera y llegamos arriba. Bailamos un lento. Miré la catedral. Grande al lado. Fue un momento religioso. Me besó, mientras lo hacía llegó más gente y yo me puse al borde del edificio miré hacia abajo y esa sensación de placer me hizo comprender la caída. Es extraño porque todos los que te miran desde abajo piensan que uno se siente superior a ellos. Pero no es así uno trata de encontrar a alguien subido en otra azotea haciendo lo mismo, mirando el pavimento, tratando de encontrar a esa persona que se detenga a mirarte un segundo y entienda. Hace poco pusieron una publicidad de mirar hacia arriba, mirar los edificios de la ciudad, creo que la deben haber sacado por la cantidad de gente que esta ahí, encontrando el momento para saltar.

(Se ven dos cuerpos pasar por la ventana en caída, Tobar mira aterrado)

Tobar: ¡Que mierda!
Michelangela: Antes de lanzarnos, antes de tirarnos al vacío me gustaría decirte que yo siempre admire tu valentía, de ser rupturista y quebrar esquemas, de vivir tus ideales al máximo y no ponerle caras a nadie, que te gustaba follar y que siempre lograste al hombre que querías, al que más te calentaba. Eso yo lo admire desde cabra chica, siempre quise ser como tú y creo que ahora lo soy, soy como tú, aprendí de ti todo lo que soy. Una vez alguien dijo que no podían existir dos como tú, bueno aquí estamos, dos iguales, nadie nos podría diferenciar. Soy tu doble, tu fan numero uno, tu mejor amiga, tu confidente, tu compadre, tu socia, tu celestina, tu guardaespaldas y tu conciencia. ¿Si te querías tirar de un edificio, por qué no lo haría yo?, Ahora que te dije la verdad, ¿Por qué no me dices, por qué te quieres tirar?

Donatella: Cuando más chica le dije a mi mejor amiga, otra, que si alguna vez quería morirme lo haría desde un edificio de 11 pisos de color blanco. Cuando te lo conté, pensé que te demorarías más en encontrarlo, bueno aquí estoy, es una promesa.
Michelangela: ¿Estás lista?. No aguanto más.
Tobar: ¿Ves algo?
Bárbara: Son dos.
Tobar: Llamo a la ambulancia.
Bárbara: No es necesario, la gente ya está gritando alrededor de ellas. Se golpean entre ellos para poder mirarlas. Los niños botan sus bicicletas y corren para meterse entre las piernas de los grandes. Hay gente que llora. Te cuento un detalle morbo, aun están tomadas de la mano. Nunca se soltaron, ni el golpe las pudo separar. A pesar de toda la sangre y de toda la gente tirándose la ropa, arrancando pedazos de la imagen a su alrededor. Ellas se ven calmas, se ven bellas y audaces. No alcanzo a ver sus ojos pero creo que quedaron mirándose por siempre. Ellas saben lo que nosotros nunca nos atrevimos a hacer, se guardarán el secreto para siempre o lo escribirán con sangre en el pavimento un día de estos.
Tobar: ¿Las conoces?
Bárbara: No te hagas el hueón. ¿Por qué, no me dices porque lo hiciste?. ¿Te he dado razones?... Cobarde.

(Tobar sale)

Donatella: Traje una cassette. Escucha.

(Se ponen los audífonos y comienzan a cantar desafinadamente)

Donatella y Michelangela: Espléndido, esplendente
También lo ha escrito el diario
Y yo lo creo ciegamente.
Antiestético defecto
Y tendrás una cara nueva
Gracias a un bisturí perfecto
Invitante, cortante
Espléndido esplendente
Espléndido, esplendente
Cuesta poco y finalmente
Yo sonrío eternamente
Amo un delantal inocente
Que se acerca sonriente
Es el patrón ya se siente
Pierdo los sentidos lentamente
Como entre los brazos de un amante
Espléndido esplendente
Soy espléndida esplendente
Yo me amo finalmente
Tengo una piel transparente
Como un huevo de serpiente
Como estoy se verá
Hombre o mujer sin edad
Sin sexo crecerá
Por la vida una esplendente vanidad
Espléndido esplendente
Como soy fascinante
Hago círculos con la mente.
Donatella: (Grita) Un botón de color verde cierra mi garganta y no me deja respirar.
Michelangela: ¿Vámonos?
Donatella: Si vámonos. (Se ponen los tacos, se escuchan llegar sirenas de policías y bomberos)
Tobar: Una noche de calentura, una de esas noches en donde no te lo tocas y se te para solo, donde le miras el culo a todos y a todas, cuando andas caliente, jugosito, me senté en el sofá del “Prosit”, que con mis amigos le decíamos Prostit, saqué mi libreta le pedí un lápiz al garzón, le pedí el corto de pisco y esperé tranquilamente algo, yo no soy de andar buscando putas. Espero que las cosas pasen solas. Escribí varias páginas, te escribí una carta completa, solo ahí, me miraba en el espejo, y miraba cualquier cosa con piernas, sentía el pico apretado al cierre del pantalón, me dolía y me gustaba. Esto de escribir tomándome un corto de pisco me resultaba a veces, siempre alguien se daba cuenta de que me gusta escribir, entonces “salta la liebre”. Fui al baño a ver que pasaba, puros maricones mirándose la tula, y cuando la luz se corta siempre desaparece una parejita las casitas. Bueno ahí me di cuenta que perdía el tiempo, fui a poner Fresa Salvaje de Camilo la de la suerte y bajé, tomé mis Malboro Rojo, me senté a lo machito, con las piernas bien abiertas y una media estirada, me miré las uñas sucias, negras, no importaba, el cierre me empezaba a doler de nuevo apretándose en la curva. El mariconeo que empieza a llegar es grande, algunas putas medias fondeás, se van altiro con los guatones que las esperaban comiéndose los churrasco palta. Me pido mi ultimo corto y termino de escribir mi carta de despedida donde te digo lo que me sale del alma cuando escucho Fresa Salvaje, y se que ya no quiero verte más y llega ella La metrochenta más rica. Se sienta toda curá en la mesa del lado, la observo por el espejo. Tiene cara de camboyana la hueona, rica, coshina como ella sola, unas tetas lecheras de temer y el pico se me revienta en el pantalón. La miro por el espejo y no me pesca, me tomo el corto al seco y me voy a dar la ultima ronda pa'l baño, cuando vuelvo no está, en mi mesa hay una nota, me dice que me conoce, que me ha visto varias veces caminar por Vicuña en la noche buscando putas. Me da su dirección por si las moscas. No fui, me dio susto, como buen hombre que soy me acobardé. Gallina, somos todos iguales, cobardes hasta el final. Empecé a juntar mis cosas sin que ella se diera cuenta, le puse titulo: Tendencia suicida. Súper cursi pero yo soy así. Fui al Homecenter a comprarme la cuerda, me detuve y le pregunté a la lola, cuál era la mas resistente y económica. Me regodié. Sentí los pies colgando y un frío me congeló los huesos. El vértigo. Creo que casi me desmayé. Después pasé cerca de la dirección, me detuve frente a la casa. Almirante Riveros 055 piso 3. No me atreví a tocar el timbre, estuve 1 hora fumando cigarros debajo de su puerta. Le escribí una nota, diciéndole que estuve ahí parado como tonto fumando Malboro. Caminé horas llorando, sentí que fueros años y que me hacía cada vez más niño, cada vez más inútil. Llegar a la casa, encontrarte tirada ahí escuchando esos discos de porquería, tus uñas pintadas, tus ojos borroneados, se notaba que habías tenido sexo con otro, sé que no te gusta como soy en la cama, como me corro con los ojos blancos, sé que no se me para todas las veces que quiero, me cuesta… éstas pastillas, el alcohol, tomo el vaso de pisco, al seco, otro vaso al seco. ¡Salud!. Me siento patético, tiro la máquina de escribir que me regalaste por la ventana, ya no aguanto más, te miro y rompo el texto.
Cada palabra rota
Cada palabra rota
Cada palabrota soy yo.
Salgo corriendo como siempre, crisis de pánico, está de moda. Llamo a mi madre y no me contesta. Leo la carta que te escribí mil veces, y mil veces la volvería escribir. Cada palabra se ve bien al lado de la otra, pero yo al lado tuyo no. Me siento afuera de su puerta con la petaca de pisco en la mano, ya no me quedan lágrimas, ya no me queda ni una gota de ti. Unas llaves chocan en el pavimento. Son dos igual que las chicas suicidas del otro día. Un, dos, tercer beso y caigo desplomado dentro de ella, la tomo. Acaricio su culo con fuerza, gime como foca, como ballena en celo. Tomo su pico y lo estrujo hasta sacarle algo. La doy vuelta y bueno todo lo demás, se me agotan las palabras. Un Malboro Rojo fumado a medias.

La escena clásica post-chasha.

Ella: ¿Cómo te llamai?
Yo: Dime como quieras.
Ella: Eres rico en la cama, ¿Casado?
Yo: ¿Cómo supiste?
Ella: Seré tonta, pero no hueona.
Yo: ¿Como te llamas tú?
Ella: Donatella.
Tomé mis cosas y me fui, le pasé algo de plata, le escribí en un boleto que era muy especial. Que debería ganarse un Oscar. Llegué a la casa, puse la opera de Mhaler con Liedher en uno. Me saqué la ropa, me masturbé lo más fuerte que pude pensando en Donatella, tomé la carta, la dejé sobre el computador con el texto en la pantalla. Me tomé un Control de Guarda al seco. Abrió la bolsa del Homestore, sacó la cuerda, la puso en su cuello. Sabía que ella se burlaría de su muerte poco original. Nadie sabría lo que pasó, no tiene parientes. El disco se quedó pegado en la canción 11.
Tobar: (Canta a Lhasa)

Aunque mi vida este de sombras llena
No necesito amar, no necesito
Yo comprendo que amar es una pena
Y que una pena de amor es infinito
Y no necesito amar - tengo vergüenza
De volver a querer lo que he querido
Toda repetición es una ofensa
Y toda supresión es un olvido
Desdeñoso, semejante a los dioses
Yo seguiré luchando por mi suerte
Sin escuchar las espantadas voces
De los envenenados por la muerte
No necesito amar - absurdo fuera
Repetiré el sermón de la montaña
Por eso he de llevar hasta que muera
Todo el odio inmortal que me acompaña
Aunque me vida este de sombras llena
No necesito amar, no necesito
Yo comprendo que amar es una pena
Y que una pena de amor es infinito
Y no necesito amar - tengo vergüenza
De volver a querer lo que he querido
Toda repetición es una ofensa
Y toda supresión es un olvido
Desdeñoso, semejante a los dioses
Yo seguiré luchando por mi suerte
Sin escuchar las espantadas voces
De los envenenados por la muerte
No necesito amar - absurdo fuera
Repetiré el sermón de la montaña
Por eso he de llevar hasta que muera
Todo el odio inmortal que me acompaña

 


Bárbara: (Ella lee en voz alta). Me quedé sola claramente estaba con depresión. Lo primero es el dolor del cuerpo. El balcón del piso 11. Tirada en el piso del balcón gritando. Pensé: Si no me lo quita dios, me tiro. Y se me quitó. No quiero pensar nada sobre el suicidio. Sólo que se debe legalizar. Al próximo dieciocho se tiro el del piso 10. Que pienso sobre el suicidio: Debería haber una ley. La gente no debería suicidarse en fiestas patrias. Debo decidir si sigo con este dolor o me muero. Notas tomadas a una amiga cercana. La calle abierta debajo de mis pies, una cálida y espumosa sonrisa abunda en mi cara fresca, limpia de reacción.

Su cuerpo tirado.

Sigo caminando lejos. Más lejos. Lejos de ese lugar donde estás tú.
Paso 1: Tomar el cuerpo y voltearlo en una alfombra.
Paso 2: Arrastrarlo hasta la tina. Botar el agua sucia.
Paso 3: Poner muy muy fuerte la canción de Beyoncé que nos cargaba. Abro la puerta del auto. Saco la bolsa y la arrastro cantando fuerte con los audífonos bien puestos. Subo la colina de Pony.
Paso 4: Besarlo sin llorar.
Paso 5: Jalar el cuerpo con fuerza para dejarlo en la tina.
Paso 6: Limpiar todo y echar harina cruda para que absorba la sangre.
En cada azulejo te veo reflejado.
En el espejo me veo yo… derramada.
Paso 7: Tomar el cuchillo eléctrico.
Paso 8: Correr la cortina para que la sangre escurra dentro.
Paso 9. Cortar con fuerza. Trozar con decisión.
Donde dice Tendencia Suicida pongo Noventera.
Donde dice Sergio pongo Bárbara.
En el teclado la A, la M, la O y la R están borradas. Que cursi. La pala la haré tanque en mis manos, la batalla está en el campo, en la cima de mí. En los Audífonos suena Speechless, la que nos gusta: In your arms lost for words You’ve got me!. Cada trozo de tí, es como un recuerdo incrustado en lo mas profundo de mí. Caminando por la orilla de la playa de estacionamiento, me iré corriendo como atleta con mis pies sudados, pensando en que te amé y que la línea final quedó atrás, llegué a la meta, la atravesé y estoy acá al otro lado de mí, pensando en que voy a hacer ahora con todas estas cosas que me dejaste, éstas cosas que ahora ya no son tuyas. Te quiero decir al oído que no se por qué lo hiciste, porque no te fuiste a Avignon con ese amigo que tenías, por qué dejaste de creer que todo iba a pasar con unos saludos al sol y meditación. Anoche miré fuerte a los ojos a mi amiga y me lo contó. Me contó como que se acostó contigo. Me gustó saber que pudo probar lo malo que eras en la cama, lo que no me gustó fue que lo hicieras en la mía. El amor y la muerte los dos temas de occidente. Cuando camino mirándome en los vidrios de los autos algunas veces estás tú. Trozado a mi lado, así como te dejé en esa colina, en esa tumba en la pradera.
Donatella poseída por Bárbara: Quiero meterme los trozos de ti, lentamente en el cuerpo, uno a uno, babearlos y metérmelos suave y otros fuerte, un dedo primero luego el otro, después la muñeca hasta llegar al codo, pasar por tu cadera, y succionar lentamente tus piernas, ir metiendo lentamente tu cuerpo, penetrándome entero. Rozar los ísquiones y llegar al sacro, tu sexo, llenarme saciado, hasta no tener mas saliva con que bañar los trozos, entonces comenzaré a llorar, lloraré como loca y con cada lágrima mojaré tus labios, tu pelo, tus orejas para llevar finalmente la cabeza a mi cuerpo dilatado. Miraré mis piernas sangradas y por fin seré mujer, bailaré con la sangre chorreada por entre mis muslos de hombre joven, como bruja en luna llena.

Se desmaya

Bárbara: Después de caminar y beberme un champaña completo en tu nombre, quiero sentirme libre, y lavarme estos sueños borrosos. No hay culpa, no hay remordimiento. Llegar a tu casa y encontrarte tirado, ahí, suicidado, ¿No me extrañó sabes?. Siempre supe que la muerte más usada es colgarse. Como lo hizo Matías hace dos años atrás. Pero nunca pensé que te envenenarías. Tan romántico!!!. Ahora entiendo lo cursi. La mancha no desaparece. Me gustaría ser una bárbara y reconquistarte yanqui reculiao. Esto no se si ponerlo. Me gustaría que todo fuese una canción yanqui, una canción lenta con harta guitarra filuda y una negra estupenda con piernas de Barbie cantando eróticamente que quiere que se lo metan hasta el fondo, nada de puntitas o mitades, todo o nada. Cantando suave casi como si lo hiciera en tu oído y que no sonara más en mi cabeza que esa canción, esa negra que quiero ser. Quiero ponerme perra y dejarme follar por todos, quiero olvidar tu olor en cada cuerpo, otro. Quiero encontrar a Donatella y decirle que lo que ella me enseñó cuando chica nunca se me olvido, lo que si olvidé es a mi detrás de ese cuerpo de hombre. Abierto a ese cuerpo. Ya! Quiero encontrar a mi amiga y pedirle que me lleve, que me pierda, necesito perderme una, mirar otros ojos donde poder verme. El espejo que tanto hablan. ¡Donatella vales oro a la distancia!. Me compraré el disco, iré a la casa, buscaré algo de ropa de mi mamá, saltaré en la cama, cantaré fuerte, lo más fuerte que pueda y sé que vendrás. Me sentirás donde estés. ¡Amiga aparece!.

5 años después

Bárbara: Times new roman, tamaño 12, doble espacio, occidental.
Cinco copias en San Camilo, me queda al lado, camino una cuadra de la pega y las dejo. Cuarenta páginas numeradas. Después de cinco años nadie se acordará que este texto lo escribió él. Ha pasado suficiente tiempo, suficiente agua bajo el puente. Demasiados árboles han crecido sobre su tumba. Mandaré el texto al concurso y tengo que ganar, por ti, por mí, pero sobre todo por mí.
Donde dice Sergio pongo Bárbara.
Donde dice " Noventera" pongo "Callejera”.
Un texto sin política, palabras contadas con el menor fin contingente, un texto que apela a la simpleza de los recuerdos y a lo complejo de la memoria. La vida se va y nosotros seguimos cayendo del piso 11.
Te he buscado tanto amiga, tanto que ya no me puedes imaginar. Te he repasado. Me he paseado por las noches todos los días, he trabajado hasta envejecer, he caminado con tacos hasta caer y sólo me falta ver, esa cara llena de cicatrices, llena de labios gruesos borroneados con rojo. Donde estás Donatella?. Siempre que tengo algo dentro pienso que tú lo tendrás en otro lado, siempre pienso que me piensas de lejos. Si es así, amiga aún no pierdo la esperanza de encontrarte.
Donatella en segunda posesión: Quiero hacerte uno, juntar los pedazos de ti, quiero separarte de mí de a poco, dejar un dedo en el paradero, una boca en la silla del metro, una rodilla en la sala de cine. Eres un espejismo. Y si fuera mala suerte romperlos, yo sería la peor de todas. Tendría siete mil años de mal sexo.
Carta para Bárbara: Espero que en estos momentos estés bien. Que puedas hacer tus cosas a pesar de todo. He jurado 7 veces frente al espejo que esto lo voy a superar, que voy a estar bien. Y no me resultó. Creo que es la prueba más difícil que he tenido últimamente. Es la más difícil de mi vida. Eso si que lo sé. Quiero decirte que te amé, y te seguiré amando toda la vida, pero ahora se que puedo amar más, eso es perfecto. Quizás eres el amor de mi vida o quizás el amor de mi vida todavía existe en algún lugar. Los recuerdos, esos guárdalos en un lugar seguro, ya no habrá otra persona, ya no habrá otro amor que quiera recibirlos. Ahora me siento un poco mas liberado, pero no se lo que te estará pasando a ti en estos momentos. Todas mis cosas son tuyas. Tu vida constrúyela de la mejor manera y aprovéchala, porque de ahora en adelante ya no me tendrás a mi, renuncio, yo también necesito vivir sin ti. Sergio Tobar.
Donatella: Me operé y perdí la antena, me operé el sexo y se me quitaron todos mis poderes, ahora sólo me siento poseída, sólo me poseen todos y todas, existo sólo para saciar. Ahora que ya no tengo mi torre ENTEL, mi CTC, mi Obelisco, me siento sola, huacha ¿Michelangela, me entiendes amiga?. Este vacío no se llena con un "charge".
Michelangela: Seré tu clon, pero hueona no soy. Todos estos viejos casados, estos mariconazos que nos visitan siempre terminan pidiéndote una, se hacen los machitos, los recios, los fuertes... con hijos... con mujeres de verdad los hueoncitos, no con simulacros como una, pero al final siempre se ponen de guatita y te lo piden, ahí, moviéndose como gimen los machitos cuando se la meten; como focas, ballenas, una cosa media marina que les viene. Así que yo ni cagando. Tendremos nuestras diferencias. Ahora ya no somos la misma.
Donatella: ¿Sabes que necesito?. Necesito un quirófano, el último y terminar con mi pasado para siempre. No mirarme al espejo y ver a ese angelito que era, soy un demonio, una diabólica y satánica mujer. Quiero ser la más mala, no me confundas con la Divine, Soy Espléndida esplendente, como Donattela Rettore operada y feliz, la más noventera de todas.
Michelangela: ¡Pero si no eres mala!, y ni cagando resistes una operación más, este hotel nos da plata, es cuico, es caro, mucho extranjero, subimos de pelo hueona eso si, pero una operación más y te vas cortá. Quédate así, media rara, con esa cara llena de tajos bien maquillados.
 Con esas tetas lecheras, eres una vaca de las mejores de la cuidad. Te falta tener tu programa de tele y listo, serías la más top.
Donatella: Pero no me basta, el pico no lo es todo en la vida. ¿Amiga, es que no lo entiendes?
Michelangela: Donatella baja la voz, que nos echaran.

Donatella: Hueona me estoy volviendo loca, más loca de lo que te imaginas, las hormonas me zapatean la nuca, la hormona disidente + el agujero en el entrepierna + tu hablando huevadas + estos viejos impotentes = muerte.
Michelangela: Ahí viene el guardia hueona quédate callá.
Donatella: Ay, ya, vamos al baño mejor.

(Mirándose al espejo del baño)

¿Dónde está Almodóvar que no aparece?
¿Dónde está Gael Garcia?
¿Dónde está mi príncipe azul millonario?
¿Qué me pasó?
¿Cuándo me perdí?
¿Cuándo te encontré?
¿A quién se le ocurrió la idea de cortarse el pico?
¿Por qué te hice caso?
¿Por qué estás siempre a mi lado?
¿Quién te pidió que fueras ese día nublado en la azotea?
Soy una virgen de metal con agujeros, una negra caliente cantándote al oído. Cantando fuerte con audífonos subiendo la colina.
Michelangela: Ya para hueona, ya te pusiste noventera altiro. Esa entre comillas "TENDENCIA SUICIDA" que tienes, te cortaste el manguaco y andai con la rule todo el día, no podís ser tan mujer.
Donatella: ...
Michelangela: ¿Qué te pasa?. Cuando no hablas es por algo, ya desembucha.
Donatella poseída: Mi amiga me está buscando
Michelangela: ¿Qué amiga?
Donatella poseída: La Bárbara, mi entre comillas "otra amiga". La escucho cantando fuerte la canción en la cama, saltando, pidiendo que vaya con ella. Se me queda pegada la Beyoncé cantando fuerte con sostenes sobre una cama, saltando al vacío...

(Se desmaya)

Michelangela: (Llorando de felicidad) ¡Amiga volviste!
Bárbara:
(Canta a Lhasa)
Ahora me levanto
De esta cama
Ahora
Abro la ventana
Y entra la luz
Con el viento
Ahora te siento
Y estas tan lejos
De aquí
Si un día te vas
Y ya no vuelves más
Si un día me voy
Y ya no vuelvo yo
Que largo es el mundo
Es infinito
Ayer te tuve
En mis brazos
Y hoy
Como un grano de arena
En algún suelo ajeno
Estas escondido de mi
Si un día te vas
Y ya no vuelves más
Si un día me voy
Y ya no vuelvo yo
Que gran silencio
Todo en suspenso
Que vértigo de no verte
Retumbo
Como una campana
Abro la ventana
Y entras tú
Entras tú...

Bárbara: Donatella anoche soñé contigo. Nos encontrábamos en el lóbulo de una oreja, muy grande, en el borde de una oreja limpia, rosada y surrealista. Habían muchas niñas ahí. Y estábamos las dos. Todas ellas se tiraban una a una por el resbalín de la oreja, caían en ese agujero oscuro y peligroso, pero todas se tiraban felices, todas eran suicidas, como las "Vírgenes suicidas" esa peli yanqui. Ahí nos encontrábamos, nos mirábamos más allá del ojo, más allá de cada una y sonrientes nos lanzábamos juntas por el resabalín hasta perdernos en la oscuridad. El soñador sabe que sueña aún cuando no lo crea, o no quiera creerlo.
Donatella: Sabía que te encontraría alguna vez, pero nunca pensé que trabajando en la calle. En mis antiguos barrios, yo de arribista, tú sabes, uno no baja después, de Vitacura pa' arriba. Bárbara necesito decirte que estoy triste y vacía, hueca me dirías tú. Uno piensa que se llena con pico, con moco, es mentira, dura menos que un candy, la ansiedad te oxida, o te vuelves gorda o drogadicta, pero algo te pasa con la huea, yo pensé que había perdido todos mis poderes, pero mira tú, me llego la señal súper atrasada, como la luz de las estrellas, bueno en fin, esto era lo que necesitaba, saber de ti, saber que ha pasado durante todo este tiempo.
Bárbara: Se mató un día, lo encontré, lo enterré, vendí todo y me putié. Acá estoy buscándote hace cinco años. Lo único que guardé fue un libreto que me dejó, lo mandé a un concurso, ahí se verá. He practicado todo lo que alguna vez me ensañaste y me quede pegá.
Donatella: Yo se por qué me buscabas. Y me encontraste justo, desmembrada, media top, medio mula.
Bárbara: ¿Lo encontraste?
Donatella: Si. Once blancos pisos. Ya estuve ahí una vez y no pude. Faltabas tú.
Bárbara: ¿Vamos?
Donatella: Vamos.
Tobar:
 Lo prohibido, da a la acción prohibida un sentido del que antes carecía. Lo prohibido incita a la trasgresión, sin la cual la acción carecería de esa atracción maligna que seduce… lo que hechiza es la trasgresión de lo prohibido como dice Bataille. Está prohibido morir. Es el ciego instinto de los órganos.
¡Callejera eso es lo que eres!



Fin







Author Information:Valenzuela Valdés, Sergio, 1978-
Key Words:Dramas Chilenos. Dramas Chilenos. Siglo XX. Libretos

 

 

Cita:
Valenzuela Valdés, Sergio. Callejera. Dramaturgia chilena contemporánea.



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