Dramaturgos / Juan Claudio Burgos  

 

 


La défènse

de Juan Claudio Burgos

Contacto:
Si usted desea obtener los permisos para el montaje de esta obra contactar a: juanclaudioburgos@gmail.com
Primero
Segundo
Tercero
Cuarto
Quinto
Sexto
Séptimo
Octavo
Noveno
Décimo
Undécimo
Duodécimo
Décimo tercero
Décimo cuarto
Décimo quinto
Décimo sexto
Décimo séptimo
Versión de impresión

 

 

 
"
Y miro a las abejas que se paran con las patitas llenas de polen, unas sobre las otras, en equilibrio sobre los pistilos. Los pistilos son delicados pero aguantan a las abejitas, unas sobre las otras" .

 

Personajes:

Pintor -Pintor cátedra

Dogo

El Rey

La Reina

Audrey

La Quiltra

La niña

Las Meninas

Machado

Agustina

Vega

Isabel

Bárbola

Uno

Dos

Tres

Cuatro

Cinco

Seis

Siete

Ocho

Nueve

Diez

Once

Doce

Trece

Catorce

Quince

Dieciseis

Diecisiete

Dieciocho

Diecinueve

Veinte

Mujer uno

Mujer dos

Otro Velázquez

El Alemán

Un judío

Un pintor holandés


Primero


Los siete estados del boceto

En la cabeza del pintor, en la tela, en el estercolero, en el aserrín, en la mierda. El pintor un topo.

1 El ejemplo (boceto del lenguaje)
¿Qué veis?
¿El ejemplo?
No hay ejemplos
No hay nada que mostrar
Árbol que no da frutos
Hay que cortarlo
Me equivoco, no me equivoco, me equivoco, me
equivoqué, nunca, no, no me equivoco.
¿Qué hice? ¿Qué hice? ¿Qué hice?
¿Me equivoco?
Yo copio. No tengo imaginación. Tengo la cabeza seca

(Puntos suspensivos)

El ejemplo parece agotado.
Piensen un poco: todo vueltas, Madrid al revés,
Sacudan Madrid
Componedle cráneo, poned los agujeros de la
Calavera en perspectiva.
Aquí donde me veis,
No hay ojos, huecos, huecos, huecos, huecos.

2 RemBrAnDt

"Debéis comenzar con el blanco del ojo"
"los ejercicios de los ojos"
"una página llena de ejercicios de ojos"
"Ojos calle, ojos nave, ojos ballena, ojos perro, ojos cielo, ojos nube, ojos..."
"La reglamentaria almendra que contiene la córnea, el iris, la pupila"
"una protuberancia donde ubicar los lagrimales" "la cáscara de carne de los párpados"
"los brotes mínimos de las pestañas"
"las cejas"
"Partir por el ojo..."

3 La niña en el recuerdo mujer del pintor

DIGO, POR EJEMPLO
QUE SOBRE EL CUERPO LA HERIDA
NO, ES SOBRE LA HERIDA QUE PONGO LA cicatriz, una
línea débil sobre la cicatriz, sobre los pezones
Entremedio de los pezones otra línea
Es el hueco por donde asoma el corazón
y la mujer aparece en mi paleta
MÁS ejercicios: MUJER BARBA, MUJER OJO, MUJER ESCAPULARIO, MUJER RANA, LA MUJER, LA MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER, MUJER...

4 Los antecedentes de la historia

(Puntos suspensivos)

NO, nunca el mismo palacio
ES POR EL SOL
POR LA LUZ
el cerdo de dos cabezas SE LAMENTA
EL CIELO DE MADRID
EL CIELO DE MADRID
EL CIELO DE MADRID
EL CIELO DE MADRID
Con Madrid no puedo

(Puntos suspensivos)

Madrid no puede pintarse
Estoy aquí para inventar
Nunca antes existió Madrid
Palacios quemados
Carbones cocinas
Guerra de puertas
Alcázar destruido
¿Qué puedo hacer?
¿Qué puedo hacer?

5 Interpelación al público, al observador, a ¿Cómo se llama al público de un cuadro?

¿NO ENCONTRÁIS NADA QUE PAREZCA POSIBLE EN LO QUE VEIS? RECONOCÉIS FIGURAS, DOBLES SOMBRAS, ¿BROCADOS? TENGO AGUJEROS QUE NO OJOS Y NO PUEDO DECIROS LO QUE VEO.

6 La acción en los ojos de un pintor: teatro7 la tela en blanco

MIS OJOS SON AGUJEROS: DENTRO DE ELLOS SE DESARROLLA LA VERDADERA ACCIÓN, PUEDEN ASOMARSE DENTRO de MIS OJOS NEGROS, VEREIS LAS FIGURAS, LAS FIGURAS CORRIENDO POR LOS NERVIOS, LOS CARTÍLAGOS, EN LAS UÑAS

(Puntos suspensivos)

NO ME SIRVE. NO HAY NADA.
LAGRIMALES. PIES. MANOS. TELAS. NARICES. BRAZOS. TRIPAS. OREJAS. ALAMBRES. TÍMPANOS. HÍGADOS. HUESOS. UNA CARNICERÍA.

(Puntos suspensivos)


Segundo

La habitación de los Reyes

DOGO MEDIO HABLA LA CARTA
Ay, ay, por dentro, voy a parir, mi boca
Los dientes gritan palabras enormes
Ay, mi lengua me duele, me duele, me duele
¿No te compadeces?
Dime algo
Grítame, grítame, grítame, grítame
No te mires en el espejo y dime algo
No soporto tus ojos
Siempre, siempre haces lo mismo
Qué desconsuelo
Te importa más tu pelo que mi boca
Mi boca por tu pelo
Mi boca por tu pelo
Tu peine, tu agua, y tu raya en medio
Tu pelo se desliza, mi boca se pudre
Siempre tu pelo
Siempre las púas de tus peines
Siempre tus pinzas
Tus rizos
Tus vellocinos
Tus manos blancas
Tócame a mi. Tócame a mi. Tócame a mi
No puedo soportarlo
Qué segundo desconsuelo
Mis dientes, los dientes de mis boca
Me duelen
ME DUELEN,
mira
me duelen como escalofríos, escalofríos, escalofríos


Tercero

Tercero
La imposición de la venda

El pintor se acerca a Audrey, la supuesta Reina, y recibe, la venda sobre los ojos.


Cuarto

Cuarto
La entrada de la Quiltra

El pintor conduce a la niña al centro del cuadrado, Las Meninas acompañan, Audrey y Machado sólo observan. Los Reyes en el espejo. El espectáculo de Las Meninas ante las personas reales.


Quinto

Quinto
Nana para un Rey

Las figuras van dejando el cuadrado. Agustina, Audrey y Machado, y la figura del margen en torno a la Quiltra. Pasión Vega por los altavoces.


Sexto

Sexto
La Quiltra sola

Una delgada vocecita se escucha, rompe el silencio. Sólo la Quiltra con la boca cerrada en medio del cuadrado.

Niña: Sí, Yo, Yo, Yo, Yo la del centro del cuadrado
Yo niña donde ponéis ojos
la maquillada, máscara, pequeña Cordelia
la ojo bulba, bulba abierta
la que no dejáis de mirar
cuerpo roto
CUERPO MEDIO COMPUESTO
me véis?
ojitos nácar, la niña
puercos, puercos, puercos
DEL viejo alcázar
del estercolero DEL VIEJO ALCÁZAR
YO, boca trazo lápiz
¿me veis?
No, no, ¿no me véis?

Un alarido de la niña sorda, pies de alambre, caricatura warner, manitas muertas, boquita laxa.


Séptimo

El vestidor

Por un costado del cuadrado asoman sus narices Las Meninas

Agustina, Isabel: Señorita...
Niña: No, no, no, no quiero...
Isabel: Que no, que niega con los ojos
Que NIEGA con el cuerpo
Que quiere gritar de dolor y la cintura Y EL PECHO DE ALAMBRE, no le dejan
La cintura que no tiene
La boca boceto
Agustina: Señorita...
No, no, no, no quiero...
Isabel: Que no, que no, que no, que no
Que no ves que dice mal el género
Que no sabe de perros ni de gatas
NI DE MACHO NI DE MACHA
Que no sabe de ni de varón ni de hembra
Que confunde sustantivos
Niña: YO, YO, YO, YO...
Agustina: ¿Sí, mi niña?
Niña: Vuestros ojos me confunden
¿Por qué me miran así?
SOY YO, LA QUE ASOMA deditos pintura, DEDITOS TRAZO entre. MIERDA. MIERDA. MIERDA. Deditos pomelo, deditos rosa, deditos espina, deditos caracola
Isabel: ¿Ves? ¿Ves?
todavía no es mujer, deditos, gata
Niña: YO no, yo
Todavía yo no soy esa

(Puntos suspensivos)


Octavo

Los Reyes o el apareamiento

Audrey y Machado enamoradísimos, al fondo, refocilándose con sus cuerpos de cinesmascope, con sus cuerpos resina, vinilo viendo. La Quiltra alrededor de las figuras gira fuera de su centro.

Audrey: Métete por mis ojos, ¿quieres, mi amor?
Te los puedo dar
Cómemelos todos
No me dejes pestaña
Ni párpado
Ni córnea
TODOS, TODOS
MÉTETE DENTRO
Métete dentro, mi amor
Métete dentro, mi vida
Quieres reposar, quieres dormir?
METE LOS OJOS
BIEN ADENTRO
METE LOS OJOS DENTRO
Allí, allí, allí

Un gritito de placer de los del espejo detiene los afanes de la niña, por primera vez tuerce su cabeza y descubre a sus padres en el acto mismo.

Machado: No puedo
Audrey: Sí que puedo, sí que puedes
Puedes, si quieres, sólo si quieres
¿Lo ves?
¿Lo ves?

Se repite el gemidito de placer. Ahora todos no sólo la niña giran sus cabecitas de óleo. El coito de los Reyes tras el vidrio. El dogo gime, todos gimen. Silencio. Silencio. La danza del silencio. Oscuro.


Noveno

Reflejo de los Reyes o de los padres en el espejo.

Niña: No, deténgase por favor
Mis padres ¿allí delante?
sus dientecitos
Desnuda, DESNUDO
TODO TAN FEO, feo esto en medio del cuadrado
El ruido aturde,
aturden,
no, no, no, no, que me aturde
No me gusta. No me gusta. No. Que no pase eso.
BÓRRELO. GÍREME LA CABEZA A LA IZQUIERDA, SEÑOR VELÁZQUEZ.

El pintor no lo hace

Quiltra: No me gusta. No. No me gusta. NO. OTRA ESCENA, escena. QUEDA TIEMPO. OTRA ESCENA. Mi cuerpo ES de donde sale la luz? Mi cuerpo trazo más grueso del boceto?. TÁRJELO, TÁRJELO, TÁRJELO, SEÑOR VELÁZQUEZ.

El pintor no lo hace. El perro y Bárbola rien

Bárbola, Dogo: JA... JA...

Ahora la risa contagia a todas las figuras. Ella misma de nuevo, metiéndose en la mierda en la risa de las figuras, una verdadera galería, un retablo, un pudridero de figuras hilarantes. LA LECCIÓN O EL DIBUJO DEL OJO.

Pintor Cátedra: ¿queréis dibujar a un loco o a un idiota?
Usad ojos pequeños, rayas sobre la sien, carcajadas sobre una boca abierta lo más que podáis, DENTRO huecos negros, si queréis echad negro sobre el agujero
boca, si queréis que hieda añadid un matiz verdoso como ciénaga.
Dibujar un ojo es el comienzo del arte
.
Las figuras radiográficas alumbran sus partes con linternitas
Delimitar contornos.
La pupila, el iris.
Ojo rutinario.
Ojo almendra.
Ojo estudio.
¡Ojo príncipe, ojo buitre, ojos dentro, ojo estómago, OJO PUTA, OJO PERRO!
¡Una galería de ojos!
PUTA, PERROOOOOOO

Las figuras radiográficas iluminan el cuerpo cremallera de la Quiltra.

Quiltra: ¿Yo? Cuerpo escena, mano escena, ¿ojo escena? Mi ojo, mi ojo, mi ojo, MI OJO, MI OJO, MI OJO, MI OJO, MI OJO...


Décimo

Poética de la imperfección

Ante la figura de Machado, pincel en ristre. Las figuras preparan el tablao, ensayan la comedia.

Pintor: Quiero un poeta, una enana y una loca
Un repertorio de artistas
UN REPERTORIO DE ACTRICES MONSTRUOS
QUE GRITEN
QUE GESTICULEN SUS CUERPOS ALAMBRE...
QUIERO CUERPOS ENFERMOS para la corte QUIERO ENANOS CON SUS CARAS BOCAS PERROS...
Nariz quebrada, gafas rotas, irregularidades en mi ojo táctil, mi ojo mano, mi ojo dedo, mi ojo lengua, mi ojo nariz, mi ojo sobre necrosis, sobre carne enferma.

Los pinceles escriben deterioro. Cerdas duras, cribas de pelo de cola de ratón dibujan cuerpos, úlceras, caras, orificios, pulmones, sombras, sonrisas, bocas negras, el cuerpo, alquimia, cuerpo deshecho.

Las figuras se vuelven esperpentos

Pintor: NO, NO SIRVE
VAMOS A OTRA...

El pintor cae en medio del tablao. Las figuras representan sobre el cuerpo del artista.

(Puntos suspensivos)


Undécimo

La representación o la danza

Es la lección de la naturaleza. Dentro del cuadrado representan. La Quiltra un aparato más dentro del teatrillo. Todas las figuras mal remedan a Lorca en una danza frenética. Las figuras radiográficas dicen sin orden.

Uno: ¿Dónde estás que no me escribes?
¿Dónde, mi amor, dónde?

Audrey y Machado entran al palco

Uno: ¿Dónde estás que no me escribes?
¿Dónde, mi amor, dónde?
Dos: En el teatro
Juntando dinero
Queaquinohaydená
Tres y Cuatro: ayquever
AYQUEVER
AYQUEVER
Ayquever
Ayquever
Ayquever
Conlascosasdelquerer ayquever
Cinco: En medio de la gente
Pidiendo subvenciones
Seis: aquí
nose
puedehacerteatro
Siete: porqueenespaña
nosepuedehacerteatro
Ocho: Debajo de tu vestido
En medio de tus piernas
Fingiendo la comedia
Nueve: PORQUEAQUÍNOSEPUE
NOSEPUÉ
NOSEPUÉ
Diez y Once: Quetristezamásgrande
Quetenemosquehacerunaobradeteatro
pa"laniñapa"lareina
ypato"oslosaquíreuni"os
ycomoelmiristerionodasubvenciones
nodadinerillo
posnolepodemoshace
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Posnó
Posnólepodemoshacer
Posnó
Posnólepodemoshacer
Posnó
Posnólepodemoshacer
Doce: (Cantao)
nadenánadenánadenánadená
pa esohacefartadinerilloseñorvelásquez
ydinerillo
Nadená,
nadená
Trece: me pongo la nariz colorá
Catorce: me pinto la cara
Quince: me vuelvo payaso
Dieciséis: Queloquesellamadinerillo
Diecisiete: Posnohayna
Dieciocho: nadenádenádená
SEÑOR,VELÁQUEZ
Diecinueve: ¿CIERTO, Mi payasa?
Veinte: CIERTO, Mi payasa

Silencio. Aplausos. Silencio

Quiltra: ¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
YO LA TONTA AL SUELO
De bruces al suelo
¡QUÉ ASCO!
YO la tonta CLUECA CORDERA
yo, yo misma
no, no, no
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO!
¡QUÉ ASCO
!

La Quiltra cae a la danza, a la mierda, a la acequia, cae dentro del agua, cae en las pezuñas del dogo, bajo su barriga, las meninas con sus manitos vejez palpan la herida de la Quiltra, descubren la cremallera de su sexo, las costuras de su cuerpo, la cicatriz de su pecho, la cremallera de sus senos, se fingen Ofelias.

(Puntos suspensivos)


Duodécimo

Madre e Hija

El pintor desaloja el cuadrado de figuras y acerca el boceto de la Quiltra a Audrey. Lo que dicen en un abrazo de color. Sólo el dogo gime.

Quiltra: Mis padres.
Los espejos, cuando me miro dentro de ellos parecen.
Mi nodriza que me coge la mano para que no me vaya dentro del agua blanca de espejo, también parece.
Parezco yo y voy pereciendo en este parecer perpetuo
.
Audrey: Métete por mis ojos, ¿quieres?
Te los puedo dar.
MÉTETE DENTRO.
Métete dentro.
Quieres reposar, quieres dormir, quieres dejar de ver.
METE LOS OJOS DENTRO.
METE LOS OJOS DENTRO.
Allí puedes, si quieres, sólo si quieres, reposar.
¿Lo ves?
¿Lo ves?
Quiltra: Me sigue no gustando.
Es demasiado poco prudente lo que se dice.
No. Definitivamente el cuento va por otro lado.
Definitivamente.
Sí.
¿Si?
Audrey: Ni los PERROS que gimen y que gimen y que gimen y que gimen me sacan de este sueño que me viene cuando te miro, cuando te escucho, cuando me escucho leer esto que oís.

El perro husmea y gime

Quiltra: CALLA ESE PERRO

El perro desobediente husmea y gime.

Quiltra: CÁLLALO DE UNA VEZ
NO QUIERO, NO QUIERO NI EL AGUA NI LAS NARICES DE ESE ANIMAL NI MIS PADRES NI MI ENANA NI NADA, NO QUIERO, ¿ENTENDISTE? ¿ENTENDIERON?

(Puntos suspensivos)


Décimo tercero

Carnaval de los mandiles

Estalla el carnaval de enmandiladas. La Quiltra se describe. El dogo escucha. Una mujer enmandilada y otra manipulan el cuerpo de alambre de la Quiltra. todo esto en una verdadera danza.

Mujer Uno: ¿Me acomodas el mandil?
Mujer Dos: Tienes que aprender, QUILTRA
Mujer Uno: Pues no sé, no sé
Mujer Dos: Si es fácil, ¿ves?
Mujer Uno: Mejor no me lo coloco, no quiero colocármelo
Mujer Dos: Es cuestión de práctica
Mujer Uno: No sé cómo se enrosa el tirante, no me lo enseñaron.
Mujer Dos: Tienes que amarrarlo nada más, que lo cubra todo
Mujer Uno: ¿Todo el cuerpo bajo el mandil?
Mujer Dos: Todo cubierto, todo, senos, talle, piernas, sexo porque los hombres
Mujer Uno: Los hombres qué
Mujer Dos: Son perros, no quieren otra cosa
Mujer Uno: ¿Estos dos pechitos?
Mujer Dos:
Mujer Uno: Esta mi espaldita
Mujer Dos:
Mujer Uno: ¿Yo, todita entera?
Mujer Dos: Sí, niña, sí
Mujer Uno: Yo, sin tutora, sin maestra, sin lección, ¿Sin manual que me enseñara los modos correctos de cubrirme el cuerpo?
Mujer Dos: Sí, sí, sí todito ese cuerpito que dios te dio, todito entero
LA MUJER SIN JARRITO
Piel y hueso
LA MUJER CON JARRITO
Nervio y carne
LA MUJER SIN JARRITO
Sangre y vena
LA MUJER CON JARRITO
Tiene que cubrirse, tiene que cubrirse
LA MUJER SIN JARRITO
Sus pequeños pezoncitos
LA MUJER CON JARRITO
Su barriguita
LA MUJER SIN JARRITO
Su culito virgen
LA MUJER CON JARRITO
¿Señorita?
Quiltra: Debo colocármelo, ¿debo cubrirme?
LAS DOS MUJERES
Síííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííííí

Las dos mujeres enmandiladas visten a la Quiltra de gestos y ademanes. La mujeres entonan cancioncillas de letra tonta mientras enmandilan a la Quiltra.


Décimo cuarto

El Dogo para la niña

Habla por primera vez el dogo, tirado sobre la alfombra mira la acrobacia de las mujeres enmandilándo, enmandilándose, y en su parsimonia de lebrel real dice:

Dogo: ¿Un hombre? ¿Una mujer? ¿Un exiliado? ¿Un rehén de guerra? Puede ser una mujer de damasco, una mujer abandonada en el camino de damasco. Puede ser un hombre que parte con ojos llenos de lágrimas, que deja padres y hermanos, que olvida el camino, que mata a un anciano cuando vuelve por el mismo camino por donde camina su padre. Una mujer que espera para que la monte un hombre. Una mujer que mientras monta sobre el macho cuenta historias. Una mujer que recibe al hombre tendida en un catre de bronce. ¿Ven lo que hay abajo? Un brasero. ¿Ven qué pasa afuera? Niños que juegan a cubrirse el cuerpo de barro, mientras la mujer arriba del hombre en un catre calentado por un brasero.

Bárbola hace nada

Dogo: ¿Por dónde tengo que comenzar? ¿Lo hago bien? ¿Nadie se aburre?

Bárbola hace nada

Dogo: Sigo: no, es definitivamente una mujer de pies a cabeza, una mujer de teje y maneje, una Penélope cualquiera. No ven cómo teje y desteje la mortaja del hombre que llega de la guerra, que es padre del niño que tiene medio cuerpo metido dentro de la cequia, por donde en otro tiempo pasaban animales muertos, bolsas de basura. No se dan cuenta que es una mujer vestida con traje de lunares rojos, verdes y amarillos, que pide que no la tiren más al canal, porque sus lunares, porque la seda, porque todo con el agua y el barro se estropea. No ven que no es más que una cordera, que una Quiltra, que una perra, que una ramera. ¿No lo ven? ¿No lo ven?
Quiltra:  ¿Quieres que me describa, perro?
¿En serio quieres que me describa, perro?
Puedo tardar horas ¿describiéndome?
¿Vas a tener paciencia?
En serio, ¿me vas a aguantar, perro?
EL
Dogo: Ssssssssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, cabra de mierda. Sí, te dicen.

Las figuras giran. La Quiltra el centro del cuadrado de nuevo. La Quiltra deja sus pechos fuera. El dogo observa, mide, pondera.

(Puntos suspensivos)


Décimo quinto

Cambio de perspectiva: el nuevo Dogo

Dogo: Yo. Mis ojos. Quiero perspectiva. Voy perdiendo perspectiva. Perspectiva. Perspectiva. No saben hablar. No saben hablar. No saben. CON LOS OJOS, ni escribir. No saben. ¿De qué sirve? HABLAR, HABLAR, HABLAR
Quiltra: Me duelen los ojos
ME APRIETA EL TIRANTE
SE ME SALE LA CHALA
SE ME SALE LA CHALA


Décimo sexto

Enfermedad como una de las bellas artes

El otro Velázquez en último plano, baja un peldaño más y presiente el peligro. Dibuja por última vez sobre la tela.

Otro Velásquez: El pintor es un cobarde. No se atreve a decir a la niña que está en medio de la pintura, que tenga cuidado con el dogo que está bajo sus pies. Como la niña está afanada corrigiendo la rosa que cuelga de sus pechitos de cremallera, no advierte el peligro. Y el pintor, que está de pie junto al lienzo, detrás de ella, a unos pocos metros de su oreja, prefiere callar. Podría incluso llegar a gritarle que se cuide porque si llega a pisar la pata al perro, si llega a poner su piecito sobre la pezuñita del dogo, va a sentir un dolor enorme. Pero el pintor no hace nada. Sólo imagina. Aunque no quiere ver sufrir a la niña y detesta pintar más sangre en la escena, no dice nada. El pintor sale de cuadro, gira levemente la cabeza, no quiere ver que los deditos de la niña van a ser atravesados por los dientecillos engolosinados del dogo, del perro, del can, del perro de la casa, del lebrel de oro que lame las piernas de sus majestades cuando toman té, cuando deliberan en el salón redondo, cuando fornican, del lebrel de oro, del perro fino, del dogo, del dogo, del dogo que no tiene noción de altura y que carece de perspectiva. El pintor cierra los ojos para no ver que la niña sin saber, acerca su pie hacia el hocico del dogo que muerde sin compasión la patita, la zapatilla de charol de mozambique de margarita dispuesta a ser retratada por el pintor. El grito de la niña hace temblar el pincel de Velázquez sobre la tela.

Los Reyes desfigurados por el alarido de la Quiltra rompen el espejo donde se reflejan. Las mandileras recogen los vidrios rotos. Una hilera de sangre brota del cuerpo de los monarcas e inunda la pintura.


Décimo séptimo

Mándame palabras o cuadro final, donde no se defiende nada ni se saca a nadie de ninguna mierda.

El alemán, Audrey y Machacho pasean por la ruina del imperio. Audrey bajo el parasol. Machado sentado sobre sus dogos leyendo el periódico.

Audrey: Mándame palabras, mándame palabras, mándame palabras, MÁNDAME PALABRAS
Necesito escribir
En serio que las necesito
Machado: Adiós

Silencio. Por entre las ruinas aparecen los supuestos autores, únicos personajes reales en esta fantasía: un judío y un pintor holandés.


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006