Dramaturgos / Manuela Oyarzún Grau  

 

 


Tracey-Ridícula (Reloaded)

de Manuela Oyarzún Grau

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Introducción
Primer acto
Segundo acto
Tercer acto
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De Manuela Oyarzún Grau

Personajes (en orden de aparición)
Adán: (padre de Tracey)
Eva: (madre de Tracey)
Tracey: (la protagonista niña, joven, adulta)
Tatuador: (intervención del espacio)
Alfonso: (crítico y esposo de Tracey)
Agustín: (director y esposo de Atractiva)
Atractiva: (gran actriz y esposa de Agustín)
Silvio: (acomodador)

(Algunos de los actores pueden hacer más de un personaje)

La presente obra fue escrita a partir de un cuadro ("Something More") de la artista visual Tracey Moffat desde cuya atmósfera nace una ficción teatral.
La protagonista (figura central del cuadro) desea ir en busca de un destino que dé cuenta de su identidad en los límites que la realidad de este mundo configurado le permite.

La anécdota de la obra sigue a la joven que escapa de su casa paterna iniciando así una serie de encuentros en el mundo exterior. Este viaje se entiende como un viaje iniciático en el que nuestra heroína va sorteando etapas interesante del camino hacia la madurez. Así, se tatúa como signo de autonomía sobre su cuerpo, encuentra el amor creyendo ver en él el potencial hallazgo de sí misma, entendido éste como el descubrimiento de una vocación que, finalmente, se revelará como parte de una ficción más del espíritu adolescente que intenta proyectarse.

La conciencia naciente de este fracaso es, precisamente, la que permite a la heroína descubrir su verdad completando así el ciclo mítico hacia el ser exiliado de su sueño, de su autoficción y renacido a la verdad de sus propios límites y autocrítica.


Introducción

Tracey entrando en personaje

Tracey: (desde el cuadro) Nací en un país con límites, geográficamente estrecho, militaricamente histórico, eclesiásticamente ciego. De aquí son mis abuelos, mis padres y mis hermanos, pero de aquí nunca nacerán mis hijos, y eso que todavía puedo tenerlos... Me ha costado ser princesa en tierra de machos, la vida es exhibicionista pero no te muestra el culo, hay que ver, los calendarios al rayar el día se matan con un buen trago... Entonces salgo a escena; delgada, con cara de nada, como un gusano que se come las manzanas porque se ven dulces en el árbol, flaca, con un poco de guata, me siento rara con ese dilema, todo tan típico. Me escapo de mi casa sin escribir ni mandar postales, sin drama, sin desperdiciar miguitas porque sé que en un futuro voy a pasar hambre, no me despido de nadie, tampoco hay ganas. Agarro mis cosas y no me siento independiente... veo una señal y no me siento predestinada... y me digo; estoy incomoda, no sé cómo moverme ni sé cómo se imposta la voz, no tengo idea de cómo es mi cuerpo, mi zorra, mi lengua sucia nunca ha dicho nada, como se usa... y aprendo algo... y lo comprendo... y siento la emoción... el miedo... el pánico... (Escénico), confieso que hoy no actúo como la primera vez, sino la última. Pero este es el principio... quiero perder la memoria, me golpeo la cabeza para olvidarme, para olvidar, para olvi... ya no quiero seguir hablando, quiero actuar... (Se da media vuelta) ¡ah! Y si me la creen, tanto mejor, les agradezco, ¡ah! y si no, ya saben (otro tono) chúpenlo.

Tracey huye...

Lo demás es pintura, ella es real. Todo esta quieto pero todo respira.

Eva: Ahhhh... Una vez más, nuestra vida nunca va a cambiar...
Adán: ¿y qué tiene eso de malo?
Eva: todas las veces será igual.
Adán: ... Así es este trabajo.
Eva: Ella no sabe, ella siempre improvisa (Tracey intenta trepar el árbol)
Adán: Ella es buena, solita se dará cuenta.
Eva: Ella ve muchas películas, me preocupa si sufre
Adán: Entonces que llore, después de un tiempo se pasa.
Eva: ¿y si finge y nadie le cree?
Adán: que se corra el maquillaje, aprovecha y relájate... ella sabe lo que hace.
Eva: (la interrumpe) ¿Tracey?
Tracey: ¿Eva?... ya sé lo que voy a hacer...
Eva: ¿Adónde vas?
Tracey: No me preocupa a dónde ir, es a donde quiero llegar.
Eva: Tú no vas a ninguna parte.
Tracey: Necesito plata.
Eva: Cálmate, cálmate, cálmate...
Tracey: Estoy como ahogada. ¡Necesito plata! ¡Necesito hacer un viaje! ¡Dónde está la plata! Voy a cerrar este capítulo y cambiarme la carátula. (Sale)
Eva: Yo sabía, yo te dije Adán que esta niñita estaba mal influenciada por las cosas que ve, tantas películas, te dije Adán, ten cuidado con lo que a la niña le muestras, ten cuidado, porque se puede poner colérica con tanta violencia que tú les has dejado ver, esos filmes son para mayores, te dije, y tú no, dale que dale con que las niñas crezcan más rápido.
Adán: ¿qué pasa Eva?
Eva: Que se fue pues, Adán.
Adán: va a volver, relájate, va a volver.

(La agarra por la cintura. Nos dan la espalda. Pausa)

Eva: Ah... ¿y qué hacemos nosotros ahora?
Adán: Tomémonos otra cerveza.
Eva: No te digo que se fue y se llevó la billetera.

(Adán como una sorpresa saca felizmente una botella)

Eva: Hoy día no, estoy a dieta.
Adán: Relájate, hoy es domingo.
Eva: Te digo que no, mi dieta es mi dieta, si tomo la escupo, me ha costado un mundo seguir los ejercicios de ese vídeo que me regalaste, ¿no te gustaría intentarlo conmigo gordito, mi amor...?

(El hombre gordo la golpea)

Adán: Me llamo Adán, ¿entendiste? ...

(Miran a lo lejos cómo se achica Tracey en el paisaje, Eva siente que la vida nunca cambiará, y se deja)

Adán: Me llamo Adán, (golpe) abre la botella, sirve dos vasos, y relájate...
Eva: ay, se me corrió el rouge...


Primer acto

Tracey intrépida...

El local dividido en dos, una galería que es una sala de espera con más gente, y la otra parte el "consultorio" o lugar donde harán los tatuajes. El tatuador nunca se ve, sólo vemos partes tatuadas de él.

Tracey: (desde la vitrina) Uy, pero si eres como una obra de arte, que impresionante... parece que no fuera cierto... ¿a ver?... Mis ojos ya empezaron a ver, yo no soy tonta, salgo de mi casa y ya el mundo se me presenta de otra manera. Viéndote, me siento capaz de cualquier cosa, no sé de qué, pero si sé que necesito un cambio drástico, como el tuyo... ay no puedo dejar de mirarte, de esto tengo que acordarme... me llego a marear con tanta raya...
Tatuador: Tatuajes, princesa.
Tracey: Ah... ya sé, eso duele.
Tatuador: Ven, no pienses en el dolor. Faltan personas que digan que no les duele nada.
Tracey: ¿no necesitas gente que te ayude, o sabes de algún trabajo que necesiten?
Tatuador: Por ahora no, pero si sé seguro te aviso.
Tracey: Necesito encontrar trabajo.
Tatuador: Ok, ¿Y? ¿Te atreves? La mayoría se queja, pero depende mucho de la resistencia de cada uno, y de la voluntad. Tienes razón, un tatuaje duele, y lo digo personalmente, (saca un brazo completamente tatuado) Toca, ven, ven, sin miedo, apriétalo, este dragón no muerde, este fuego no quema, más, más, vas a ver que no se mueve ni se borra... ¿ves? (la pincha) ¿te dolió? Ah, claro que no... Tengo manos de ángel.
Tracey: quiero sentir ese dolor porque yo busco emociones.
Tatuador: no me digas, ¿emociones? Ya, ya te entiendo, cosas nuevas... ya, vamos a ver que se puede hacer... Tienes las cosas claras... entonces debes saber donde quieres la marca.
Tracey: ¿Puede ser en cualquier parte del cuerpo...?
Tatuador: El dolor, según la parte, aumenta o disminuye, mi reina.
Tracey: (se saca la polera) En la espalda. Unas palabras.
Tatuador: ¿cuáles?
Tracey: "soy lo que quieras"
Tatuador: A ver guapa, siéntate que te voy a anestesiar un poco para que no te duela tanto.
Tracey: No gracias, prefiero saber cómo es ese sentimiento. Estoy en sus manos.
Tatuador: Trata de pensar en otra cosa mientras hiera

(El Tatuador comienza, Tracey se aguanta y habla y habla entre dientes)

Tracey: Pienso... que de ahora... en... adelante... mi vida... va a ser mejor... seguro... que mi cuerpo... va... a cambiar... y entonces... voy... a sentirme... distinta... mas radical... que mis... brazos... extendidos... se abrirán... y que... ya... no colgarán... al costado... de mi... tronco... que... dejaré... de ser un árbol... que no se mueve... y mis pies... despegarán... desde la tierra... voy... a arreglar... las cosas... por... mi propia... cuenta... esto es así... voy... a terminar... con esto... de raíz... arrancarme... ¿terminaste?
Tatuador: (hundiendo la aguja en su espalda, sangrando abundantemente) eres delgadita...
Tracey: Me gustaría verme más flaca para ser más interesante, que todos se imaginen que sufro más, que soy oscura en mi pensamiento, ¿Tú crees que me debería teñir el pelo negro?
Tatuador: ¿y tus padres?
Tracey: ¿Pero tú encuentras que mi color me quita la edad?
Tatuador: ¿Qué haces el fin de semana? (corre más sangre)
Tracey: Veo películas. Eso es justamente lo que no quiero, a ver ¿Cuánto aparento?
Tatuador: Unos 20, 21... ¿Te gustan?
Tracey: Nunca he sabido por qué, pero esas son las únicas cosas que me hacen llorar, sueño despierta, sueño que soy la protagonista, que soy amada por un héroe buenmozo, y en ese sueño tengo un viaje... y vivo el presente, y lo que quiero... quiero... uf... ¿20? No pues, ay, no me pinches si duele... (Se desmaya al ver la sangre real)

(El Tatuador la toca y le roba la billetera, cuenta la plata)


Tracey principiante...

Alfonso: (ayudándola) Me llamo Alfonso ¿Cómo te puedo llamar?
Tracey: (desde el suelo) Tracey...
Alfonso: Ah, ¿Es tu nombre verdadero o es el nombre de una artista?
Tracey: (adormecida aún) Seré una artista muy luego. Y ahí me cambiaré el nombre.
Alfonso: ¿Cuál te gustaría?
Tracey: No sé. Un nombre simple para que todo el mundo se acuerde, pero con un apellido complicado. No sé... como... Farrow... Me gusta tu corbata.
Alfonso: Si, es muy fina, ¿Viste la marca?
Tracey: Mi padre nunca ocupó corbata, en realidad nunca se vistió tan elegante, Nunca me entendió, y yo no supe nunca de qué me hablaba.
Alfonso: (Se ríe) puedes hablar conmigo lo que quieras...
Tracey: ¿Hablar? ¿De qué?
Alfonso: (Se ríe) si, tengo harto tema.
Tracey: ¿En serio?
Alfonso: Sí, yo pertenezco "al ambiente" ¿me entiendes? Ya, lo confieso, no exactamente al ambiente pero siempre fue mi sueño, ¿comprendes? Soy el que escribe en este diario.
Tracey: ¿Del diario?
Alfonso: Shiiit, (Baja el volumen) Ese es mi oficio, ver cosas, cosas buenas, cosas malas, bonitas, feas. De tanto y de todo. Eso.
Tracey: ¿Y porqué te vistes así?
Alfonso: Porque me siento amenazado, no quiero que me reconozcan... me odian
Tracey: ¿Te odian? Pero porqué tendrían que odiarte...
Alfonso: Qué tiene de raro, tu eliges algo, hablas de alguien, ¿sabes lo que significa eso? (Ella niega con la cabeza). Tu tienes que saber, hay que saber...
Tracey: Del diario...
Alfonso: Un día tal vez debas leer lo que se ha dicho de ti, y te guste o no, así es la cosa, es una profesión de putas... es delicado, es difícil, te gusta el cuento o no te gusta.
Tracey: ¿Cómo qué cuentos?
Alfonso: Hay muchos.
Tracey: Cuéntame uno...
Alfonso: Ah! Si... eh... ah... ahora no recuerdo ninguno, pero si me das más tiempo te contaré muchos, nos podremos encontrar de nuevo y te contaré más que cuentos, te lo contaré todo, todo lo que sé, te llevaré, te haré una artista, tengo contactos, yo puedo hacerlo...te veo y estás pintada.
Tracey: ¡Pero si ese es mi sueño! (Se entusiasma con tanta promesa)
Alfonso: ¿Tu sueño? Ten cuidado con eso, los sueños, sueños son como decía De La Barca.
Tracey: ¡Buena! esa mi pasión.
Alfonso: ¿tu pasión? Ojo con eso, la pasión fundamental es el miedo, dijo Thomas Hobbes. Yo me paso todo el tiempo con sentimientos encontrados, pero no, no sé, como explicar lo que siento, me nace de aquí... tengo...
Tracey: Hambre.
Alfonso: Hambre, si, mucha, tengo hambre, eso, ¿No te gustaría comer a ti un... como se llaman... uno de estos pastelitos dulces hechos en casa? Ay, lo tengo en la punta de la lengua... son blanditos...
Tracey: ¡empolvados!
Alfonso: ¡Sí! ¿Como me entendiste...?
Tracey: No sé, estamos conectados...
Alfonso: O tenemos los mismos gustos...

(Pausa, cambia el tiempo, de otoño-invierno a verano y hace calor)

Alfonso: Te quiero.
Tracey: Si.
Alfonso: Eres mía.
Tracey: Soy lo que quieras.
Alfonso: ¿Tracey?
Tracey: ¿Alfonso?
Alfonso: Quiero decirte Mía para siempre.
Tracey: Claro, si soy mayor de edad, así que me puedo cambiar el nombre si quiero, puedo besarte si quiero... puedo tocarte si quiero... puedo abrazarte y compensarte... perdón... no quise hacer eso...
Alfonso: ¿Por qué?
Tracey: Es que... no sé... te encuentro tan grande
Alfonso: Estás nerviosa
Tracey: No...
Alfonso: ¿Te enseño?
Tracey: No. Aprendo sola. (Tracey audaz)

(Un panel dibujado con hoyos en las caras, con dibujos de posturas del kamasutra, ellos ponen sus caras de goce)

El set de la ciudad

En un living que parece set de televisión. Agustín es un director. A su lado Atractiva, su mujer, que ensaya los textos de la obra que deberá representar, ella es la gran intérprete. Y ahí, en una esquina observándolo todo, está el acomodador, Silvio, que hace de ayudante. Este ser de la oscuridad, algo parecido a un drácula, podría ser comparado con la estatura y el porte de Silvio Meyer, actual director de escena del Teatro Nacional.

Agustín: Acá empezaremos y acá terminaremos. ¡Luz! ¡Luz! (Director ordenando la escena para empezar). Concentración, prevenidos, acción.

(Va repitiendo los textos en silencio, su teatro es casi más que la actuación de ella)

Agustín: Te demoras mucho... (Ella avanza y se tropieza con la alfombra)
Atractiva: Señor, mire la alfombra. Mire como está.
Agustín: Si fueras menos gorda no caminarías como gorila y entonces no arrastrarías los pies y por lo tanto no habrías roto esa alfombra. Esa alfombra ha estado 50 años en el mismo lugar y no creo que sea una coincidencia que desde que llegaste se ha estado destiñendo... y además siempre pasas por el mismo lugar no podrías variar, pasar por el costado y no siempre exactamente por el mismo lugar, no te aburres, ¡no te aburre que constantemente esa alfombra amanezca todos los días más fea, como tú que cada día amaneces más gorda, porque no paras de comer, te vas a morir de un ataque al hígado y yo no te voy a llevar a un hospital porque vas a pesar tanto que será imposible sacarte de la cama. Mujer por dios, por la chita, por qué no te cuidas, por qué no te cansas de comer porquerías.
Atractiva: (a punto de llorar) perdón, pero así yo no puedo continuar, no voy a seguir aceptando gritos ni insultos en los ensayos porque me pongo muy sensible con los estrenos y necesito estar concentrada.
Agustín: Por favor Atractiva, tercera vez, estoy actuando, "actuando", no soy yo, yo no te estoy gritando, es "el personaje", es que ya no sé cómo ayudarte con estos textos, siempre te confundes, nunca más, nunca más, lo prometo, es nuestro último trabajo. Y continúa por favor continúa y no pares.
Atractiva: Nunca dijiste que iba a tener que ponerme ese vestuario...
Agustín: No hay "una" acotación que diga lo contrario.
Atractiva: Sí, pero cuál es el fundamento, Agustín, no tienes, ves, dónde está el plan de trabajo, te pasas poniendo caritas y criticando, y yo lo paso mal, yo veo como te entretiene eso, pero, no, a ver, cambia la cara Agustín que yo no sigo ¡Qué quieres que haga!
Agustín: ¡Hablar mujer! ¡Hablar! ¡Pero los textos! ¡Estos textos!
Atractiva: Es que no te entiendo.
Agustín: Me vas a volver loco. Siempre haciéndome más difícil la vida.
Atractiva: Si quieres actúa tú entonces, porque para mí la vida, mi vida, es el arte. Y si no soportas la libertad de creación, hazlo tú, a ver, a ver como te sale. Sigamos por favor que Agustín ahora va actuar, tenemos que preparar el reemplazo. Vas a tener que ponerte unas tetas falsas si, porque así, así, nadie te cree.
Agustín: Cortémosla por favor...
Atractiva: Tú eres el que me está haciendo perder el tiempo, ridículo, tengo que ir a prepararme el plato del almuerzo antes de ir al teatro. Sigamos, "Señor, tome su desayuno".
Agustín: (Agustín revisa el diario, haciendo callar a Atractiva) shiiit, oye, este comentarista de segunda categoría, qué se cree, no tiene idea cuáles son las nuevas formas, los nuevos talentos, cómo se le ocurre escribir este rasquerío cuando ni siquiera sabe de la verdadera esencia que tenía la escena, ni siquiera se acercó a hacerme una entrevista, a leerse el texto ni a conversarme de la propuesta, mira, y sólo habla bien de ti, bella y sublime, la actriz se desplaza con una elegancia incomparable, potente es su voz y lleva la emoción hasta el punto de hacernos llorar.
Atractiva: Qué dulce...
Agustín: Si supiera que ese día te comiste una escena completa, qué tipo de crítica es esa, que ganas de topármelo un día y matarlo. Es que no se puede tolerar comentarios como ese, ignorancia pura, cualquiera sabe que detrás de una gran actriz que se destaca como lo hizo ella, debe haber un gran director como lo fui yo en esta obra, sólo un director puede hacer relucir esta actuación y ese director he sido yo. Eso debería haber escrito.

(Atractiva descansa jugando con un espejito de cartera)

Atractiva: ¿Sigamos pasando texto? Me cuesta tanto aprendérmelo.
Agustín: (Empieza, se ve que esto le entretiene mucho más a Agustín que a ella) "Oye, te has fijado lo gorda que estás. Es impresionante, mujer, te vas a reventar. Mira como tienes la alfombra."
Atractiva: "Pero si ese es el gato"
Agustín: No, no, no Luz. Hoy mismo te tropezaste cuando traías el desayuno, venías como un gorila, apenas, arrastrando los pies, si ya no tienes fuerzas para sostener la bandeja te las gastas en comer. Y comes tanto que...
Atractiva: Sabes Agustín, es que... no me está gustando el texto, lo encuentro feo, ordinario y frívolo ¿podríamos cambiarlo? Pensaba que sería mejor poner un texto ahí, de Joan Anouille, mira, estuve mirando...
Agustín: Sigue, sigue, sigue, va bien, va bien... tienes que tener más confianza en el texto, lo importante está en el desarrollo, no en cada cosa que tú dices, egocéntrica...
Atractiva: No es egocentrismo Agustín, me ofendes, es que por qué dice esas cosas. No entiendo la escena. No entiendo de qué habla. Son sólo ideas sueltas, la situación Agustín, cual es la situación.
Agustín: Sigue por favor o terminamos ahora...
Atractiva: (mirándolo fijamente) ¿Usted pidió algo?

(Pausa, Atractiva se queda esperando el pie, el pie del Acomodador, encargado siempre de decir los textos de aquellos personajes pequeños)

Atractiva: Agustín, ¿por qué le pides ayuda a este imbécil?, Agustín no, así no se puede, este ensayo es un fracaso. Después de la escena de maltrato tú tienes que decirme, dime solamente café, ca-fé. ¿Muy difícil, cuesta? Café para que me des esa huevá que andai trayendo en la mano por la conchesumadre...
Acomodador: perdón Señora, "café, gracias, ca-fé"
Atractiva: Por favor... (Ademanes e indicaciones del director de seguir la escena. Ella es muy peleadora, siempre pasa)... "¿dígame, como se lo traigo?"
Acomodador: "Negro, bien negro." (Lo hace muy mal y eso a ella le da más rabia)
Atractiva: (a Agustín) Sigue mijito por favor...
Agustín: "¿Es la primera vez que usted viene por aquí?
Acomodador: "Si, me vine caminando, así puedo conocer el camino, yo me mantengo bien. ¿Qué hora es?"
Atractiva: (le da la hora real) Oh! Me tengo que ir, tengo un compromiso.
Agustín: ¿Para dónde vas?
Atractiva: A una entrevista, es un compromiso, no puedo romperlo. (Sale)

(Agustín y el Acomodador se quedan solos, Agustín saca su escopeta y la desarma, se propone limpiarla para cumplir con su hobby mayor, el de la cacería.)

Agustín: tú que crees... Matar. (Sale)
Acomodador: (Helado) Me va a disculpar pero eso me parece obsceno... (De un sobresalto) Tengo que ponerle pilas nuevas a esta linterna... es que me pongo muy nervioso con los estrenos.
(Sale).

Tracey malhumorada...

Tracey ha madurado. Está sola en su casa de clase media que se reduce a un estante lleno de videos vhs. Ve cómo la vida se le pasó encima como una rueda de camión, ella fuma pero con carisma, ella fuma pero con ardor, como postulando a algo que la llevará a ser la gran estrella, que cuando joven soñaba ser cuando vieja. Entrando por la puerta Alfonso.

Alfonso: Fumaste
Tracey: No
Alfonso: A ver, tírame el tufo.
Tracey: No, Alfonso.
Alfonso: (la besa) Dónde está mi cajetilla. También la sacaste y te la fumaste. Cuantas veces te tengo que decir que no me gusta que toquen mis cigarros.
Tracey: Alfonso, pero si tu no fumas.
Alfonso: Pero me sirven para ofrecer, imagínate que en una entrevista me piden y yo no tengo. Tú no comprendes, no puedes comprender.
Tracey: Me aburro Alfonso. Me aburro demasiado aquí, no hay nada que hacer en esta casa, lo único que puedo hacer es fumar para contar las colillas después. En eso me entretengo...
Alfonso: ¿por qué mejor no hablamos de otra cosa?
Tracey: Hazlo.
Alfonso: Qué hago
Tracey: Lo que tengas que hacer
Alfonso: Hay mucho que hacer en esta casa... no me esperes temprano...
Tracey: Espera Alfonso...
Alfonso: Voy saliendo
Tracey: ¿A dónde vas?
Alfonso: Al teatro

(Con profundo dolor, me doy cuenta que es lo más cerca que la pude poner a ella de las tablas, más cerca que las tablas que construyeron su casa, Mía ahora, con profundo dolor y rabia)

Tracey: No es cierto. ¿Por qué llevas puesta esa corbata? Esa corbata es mía, llevaba mi nombre el día que nos conocimos.
Alfonso: Esta corbata es nueva Mía. Es un estreno.
Tracey: Y tiene que ser hoy. ¿Qué vas a ver?
Alfonso: Un drama
Tracey: ¿cuál?
Alfonso: No lo conoces
Tracey: Y como sabes, puede que lo haya leído en un diario, en las noticias, o por último en la cartelera de ayer, tú crees que porque no salgo no sé como son las calamidades y las historias macabras por las que tiene que pasar esa gente, si no supiera cómo son, no estaría viviendo en esta casa, sería uno de los actores que las representan. Tú crees que yo soy una enferma complicada con la fecha puesta esperando en la última fila. No fíjate, en los diarios, en la radio, en la tele, sobre todo en las películas, yo veo todo lo que pasa y estoy bien enterada te diré.
Alfonso: No lo entenderías Mía, este es un tipo de teatro muy moderno.
Tracey: ¿Tú crees que el teatro es muy moderno? No has visto las películas, las que traen de afuera, el cine, la industria, esas sí que traen renovación, esas sí que son historias de verdad, con sentimiento, con efectos especiales, aventureras, modernas como ninguna cosa que yo haya visto.
Alfonso: No hablo de esa modernidad, hablo de las nuevas formas Mía, de las nuevas formas...
Tracey: Oye, ¿Y para qué vas, si ya tienes resuelta tu crítica? "nuevas formas", tanto que la defiendes si después la destrozas...
Alfonso: No es lo mismo. Tengo que entenderla.
Tracey: Sí es lo mismo. El teatro es muy caro y no tenemos plata para eso.
Alfonso: Me conseguí entradas. ¿Quieres venir conmigo?
Tracey: No sé.
Alfonso: Entonces chao
Tracey: ... Espera, ¿Cómo te las conseguiste?
Alfonso: Las canjeé en la entrada, tú sabes que tengo derecho a ver las obras para después poner mi columna en la revista.
Tracey: ¿tu columna?
Alfonso: ¡Los artículos, Mía, los artículos!
Tracey: ¿Qué te dijeron?
Alfonso: Que podía ir con alguien
Tracey: ¿Y con quien vas a ir?
Alfonso: Solo, si tú no quieres voy a ir igual.
Tracey: Espera, es que... no tengo vestidos para caminar por la calle... sin mostrar la basta que... les queda ridícula... por las hilachas que les cuelgan.
Alfonso: Qué importa, somos así, es la realidad.
Tracey: Pero tú tienes zapatos y corbata nueva, yo no. Nunca me compras.
Alfonso: Tú no sales nunca de la casa.
Tracey: Porque no me dejas. Y yo te he planchado toda la vida.
Alfonso: ¿Debería ser mi papel acaso?
Tracey: No, pero el mío tampoco.
Alfonso: Claro que no, tú eres mi heroína cotidiana. (La abraza)
Tracey: Dime cuando me has llevado a alguna parte.
Alfonso: bueno, bueno. Terminemos con este cuento ¿Vienes o no?
Tracey: No sé...
Alfonso: Faltan 15 minutos

(Tracey prende un cigarro)

Alfonso: Apaga ese cigarro. Sabes que cada cigarro que fumas te quita 5 minutos de vida. Si estamos atrasados...
Tracey: Alfonso quizás no te has dado cuenta, pero en esta casa vives con un cadáver, encerrado, en tu propia casa, Alfonso no tienes miedo...
Alfonso: Yo nunca he sentido miedo...
Tracey: Alfonso... Dime la verdad ¿De dónde sacaste esa corbata?

(Pausa)

Tracey: Qué suerte Alfonso, tú lo tienes todo, me tienes a mi, a tus corbatas... (Lo toma por la corbata)
Alfonso: Suéltame, suéltame, no toques mis corbatas... (Salen apurados)



 

Tracey amateur...

(En el fualle)

Alfonso: Tú espérame aquí que quedé de hacer una entrevista antes de la obra.
Tracey: ¿Y cómo entro?
Alfonso: Espérame, si vuelvo al tiro
Tracey: ¿Y si no vuelves?
Alfonso: Voy a volver Mía.
Tracey: promételo
Alfonso: Es una promesa, por qué te pones así.
Tracey: Estamos en un teatro, aquí puede pasar cualquier cosa, yo he oído las historias que se cuentan, son preciosas, pero a veces son terribles historias, he oído que se han quemado teatros con la gente adentro, que asaltaron una vez uno de ellos y mataron a hombres, mujeres, y niños, con razón... ¡Ay! Qué sé yo, que razón si inventan cualquier cosa en los teatros, sé que mezclan la política con el teatro y eso me provoca desconfianza Alfonso, tú sabes, que tiene que ver una cosa con la otra, yo sé que es importante pero nunca tanto, además he oído que los actores se enamoran en sus escenas y que los besos pueden ser hechos con mucha verdad y eso me da asco. Cómo se puede confundir la realidad con el teatro. No me dejes sola, tengo el alma en un hilo, este lugar me da mucho miedo, mira las paredes son tan altas, y los colores no me gustan, todo se ve tan anticuado y todo parece de mentira, ay ya no me aguanto, si me quedo parada acá me voy a hacer, y no quiero pasar vergüenza, y no tengo mas vestidos para cambiarme, están llenos de hilachas y yo Alfonso, tengo el alma en un hilo, quédate acá.
Alfonso: Tienes que aprender a fingir.
Tracey: Si, pero tú dijiste que la pasión era el miedo
Alfonso: Haz lo que quieras, pero no vuelvas a hablar así, tanto histrionismo y tan poco artista.
Tracey: Alfonso, si pudieras entender, yo voy a perder la razón pensando ser actriz toda la vida, ser una real artista, ya me leí todos los libros posibles que me enseñaban el arte de la actuación y nada comprendí en las mil páginas que me mostraban. Tú me aconsejaste y me decidí a buscar en las novelas, en los cuentos, desde el más antiguo hasta el más reciente, y nada, nada me decían las publicaciones de los más notables escritores. Hasta que llegué a las películas... Las películas, ellas sí me han alargado la vida Alfonso, la vida que es una desgracia. En ellas puedo ver lo que no existe, lo que no es, en ellas puedo conocer el mundo y saber cómo se celebran las otras fiestas. Yo quiero una historia como esas, cruzar el mar, ser engañada, después la guerra, matar los hijos, y volver volando a mí casa. Quiero poder decir que vivo de mi vocación, pero no he saboreado la duda ni el temor de morir por algo que deseo con locura, quiero hacer huelga por si me falta trabajo, pero trabajo todo el día, a jornada completa, y no sé en que consiste mi oficio, he barrido más basura que todas mis codicias juntas. El arte de representar es sólo para unos cuantos, y yo actúo en la vida con tanta fe, sí, yo creo y creo que algún día podré tener mis propios diálogos y algún monólogo, pero me canso. Hasta rezo porque llegue el día en que Dios me distinga y me saque de este infierno. Estoy cansada de ser un perro que ladra hacia lo alto para ladrar las quimeras y sólo tragar las lágrimas que caen al suelo, indicándome que lo que viene de la tierra vuelve a la tierra. Eso. Tengo miedo, mucho miedo.
Alfonso: No me vengas a hacer teatro. Esto es Teatro. No quieras que me de pena...Yo te adoro y no quiero hacerte daño. Yo quisiera comprarte abrigos pero no se puede, quisiera tapizarte los muebles y no se puede, quiero darte lo que tu quieres y nada de eso se puede, es simple, no tenemos tanta suerte...
Tracey: Yo no hablo de la suerte Alfonso... era otra cosa lo que te quise decir, pero ya no importa...
Alfonso: Claro, otra cosa, claro, ya no importa... Estas corbatas por ejemplo, son tan lindas Mía, mientras tú exiges y exiges yo podría tener cuántas... (Mira el reloj) Me atrasé con la escena que me hiciste. Ya vengo al tiro, quédate aquí sentada, nadie te va a hablar y tú no tienes que preguntar nada. Yo voy a volver y estaremos en cinco minutos sentados en las butacas, vamos a ver una obra de teatro. Y ahí si vas a poder llorar, pero de emoción Mía, de emoción, ahora no. No hay nada raro aquí, este es un lugar normal, mira, estamos en medio de las formas auténticas.

(Alfonso sale, Tracey se queda parada en medio del foille, sola, saca un cigarro, poco a poco corre agua por sus piernas)

Tracey: Esta vida es larga y sucia. Tiene olorcito a maravilla, pero no es maravillosa.


Segundo acto

Tracey engañada...

(Atractiva sobre la escena, sentada, muda. A lo lejos pero ni tanto se escucha el primer aviso del timbre, Atractiva no se inmuta, se concentra, sobre la pared, colgados como trofeos de cacería, sobresalen las cabezas de los grandes del teatro, Kantor, Artaud, Brecht, Aristóteles, Margarita Xirgú... puede incluirse uno local. Por la puerta empiezan a entrar mágicamente plantas, sillones, mesa y sillas, luces, reflectores. Cada vez que suene el timbre el escenario cambia completamente y se abre la puerta. Entra Alfonso como si fuese un decorado más.)

Alfonso: ¿Por qué se dedicó al teatro y no a otra cosa?
Atractiva: ¿Por qué usted no se dedica a preguntarme otra cosa?
Alfonso: Perdón ¿Cómo define su teatro?
Atractiva: (Con mucha propiedad pero no se le entiende nada) bueno, primero que nada mi teatro pertenece al terreno de la creación intuitiva, es decir, yo me empapo de visiones, de recuerdos, de sensaciones y ambiciones por qué no decirlo, y al mismo tiempo las represento ¿Me sigue? bueno, la representación es un área delicada para mi, puesto que la confundo, la representación, como dice la palabra es una suerte de imagen simbólica que suplanta a mi imagen real onírica, quiero decir con esto que mi presencia, la que usted ve presente no es sino un instrumento de carne dispuesto a comprimirse en un sin fin de significados posibles, por tanto una madre, una hija, un alma en pena, una cualquiera, una infinidad de tipologías que pueda usted imaginar se originan en mi de una manera natural y... cómo decirlo... eee... fértil, si, fértil, evadiendo claro está, el riesgo y la posibilidad de volverme loca (Se ríe), o sea, quiero decir, que entiendo entre realidad y ficción obviamente, aunque por segundos, momentos ínfimos, creo estar presente ante un acto absolutamente teatral... como este... eee... quiero decir, a veces siento que he asistido a un verdadero acto que no me pertenece y en ese momento me doy cuenta y pienso... ¡Guau! que ha sido de mi vida en estos últimos segundos y así me vuelo sin saber... qué linda su corbata...
Alfonso: (Se sonríe) mmm. si.
Atractiva: (Continúa)... Parece que la gente no ha tenido buenas ideas para mí... Todo lo que me proponen es mediocre comparado con lo que he hecho antes, "el amor es más frío que la muerte", por eso he preferido mantenerme al margen. Pero ahora tengo el presentimiento de que este papel será apropiado para mí. Mi vida siempre ha sido así: cuando el deseo surge de una forma fuerte, le sigue la ocasión.
Alfonso: ¿Y cómo encarnará esta nueva obra, cómo se prepara?
Atractiva: No puedo decirle. Sólo puedo decirle que sí, preparo, pero en secreto.

(Se emociona solo de pensarlo)

Alfonso: (Ofrece un cigarro)
Atractiva: Que coincidencia, son los que fumo.
Alfonso: Yo también (Encienden uno)
Alfonso: ¿Qué espera usted del teatro en la vida?
Atractiva: Si uno pudiera vivir cada día como si se tratara del último, podría tener una vida fabulosa, pero a menudo uno se olvida de la muerte. Alguien, no recuerdo quien, dijo alguna vez, "en nuestro trabajo, igual si trabajamos en el teatro, que si escribimos, lo principal no es la gloria, ni el brillo, ni aquello con lo que se soñó, sino el arte de saber sufrir. Hay que saber llevar nuestra cruz y tener fe... yo tengo fe y ya no siento tanto dolor y cuando pienso en mi vocación, no le temo a la vida". Mi vocación es la vida, ni a la muerte le temo ahora. ¿Me comprende? Como el resto del mundo, vivo en una continua lucha contra el tiempo. Siempre con ese sentimiento absurdo de no tener más que segundos, ¿Usted no lo siente? No sintió que al preguntarme y yo no saber que responderle, perdíamos un segundo valioso destinado a otra cosa, hay tantas cosas que podríamos estar haciendo en este momento y sólo hablamos de ello...

(Se escucha el segundo timbre de aviso, Alfonso se sobresalta y va hacia la puerta)

Atractiva: No es nadie
Alfonso: Está segura
Atractiva: Es el aviso para prepararme. Nos queda poco tiempo.

(Al mismo tiempo vemos a Tracey en algún lugar esperando, aparece el Acomodador)

Acomodador: Señora, tiene que apagar el cigarro, acá no se puede fumar
Tracey: ¿Y dónde se puede?
Acomodador: en el baño.
Tracey: ¿Y me podría decir donde está el baño de señoritas?
Acomodador: Para allá
Tracey: Ya... (No se mueve)
Acomodador: Perdón ¿Tiene algún problema?
Tracey: No nada, realmente nada, estoy bien, es que estoy como sofocada, y de sólo pensar en moverme me da un calor, para allá me dijo, ah oiga, ¿A qué hora empieza la... ay como me dijo Alfonso que se llamaba...?
Acomodador: La obra, Tracey ridícula
Tracey: (Sorprendida) ¿No le puedo creer? Sabe que yo me llamo así, quiero decir mi nombre, ese es mi nombre en la vida real...
Acomodador: ¿Qué tiene otra vida?
Tracey: Mi otra vida es puro sueño, mi vida en el arte.
Acomodador: en 5 minutos...quiero decir, en 5 minutos comienza la obra. Si quiere le guardo un puesto para que pueda ir tranquila al baño.
Tracey: ¿Lo haría? Qué amable
Acomodador: Es mi trabajo, por unas monedas llevo a los espectadores al lugar exacto que han reservado para ser público de las historias más fantásticas y reales que cuenta esta sala de teatro. Puedo llevarla tan cerca como tan lejos, si elige la primera fila verá el sudor de los cuerpos golpeándose en las cortinas, si elige el fondo de la sala, la última o penúltima fila puede tocar la mano de otro asistente y hacer algo íntimo... puede tener experiencias... puede experimentar un peligro semejante a la escena.
Tracey: Qué bonito todo lo que habla... me encandila con sus palabras... ¿Es el dramaturgo de la obra?
Acomodador: No, soy el acomodador, se encandila por la linterna ¿Qué puesto le guardo?
Tracey: No sé, no sé.
Acomodador: Dígame una letra y un número.
Tracey: (muda)
Acomodador: Tome. (Le pasa un pañuelo). No se preocupe. Se puede sentar al último, yo le guardo un puesto, ahí nos vemos.
Tracey: ¿qué habrá querido decir? ¿Para dónde era el baño? No me puedo mover... me recorre un frío por la espalda... me recorre... lo siento... me siento mal... me recorre algo helado... me siento con frío... tengo frío y no tengo abrigo... ¿Qué hago? ¿Dónde estará mi Alfonso? La entrevista... si... eso dijo... ¿Para dónde será? ¿Para allá? ¿O para allá? (De pronto sale una mano de algún lugar extraño, el brazo de el Tatuador que le indica hacia dónde son los camarines donde se encuentra Alfonso) Hacia allá... muchas gracias... (comienza su camino y se detiene percatándose y al darse vuelta el brazo ya no está) él me habló de un dolor en la espalda... el me dijo algo que no recuerdo muy bien... algo de un dolor... que parece mayor al hacer cicatriz... porque lo que se ve parece ser más de lo que se siente... (Camina y se da vuelta) ¿O era al revés?...

(Se va. En otro lugar, en el camarín Atractiva y Alfonso han tomado más confianza hablan como si su conversación fuera realmente interesante)

Atractiva: Es difícil su pregunta. Realmente difícil... (Se calla)
Alfonso: Tiene expectativas, es usted una mujer atractiva, es hermosa, inteligente, apasionada, su pelo es largo, tupido como un bosque, y rubio, como el de una artista excepcional... Usted no es feliz.
Atractiva: Qué quiere que le diga... (Llora) Si yo le dijera abráceme, que haría usted.
Alfonso: Le diría que hay demasiada gente que puede ver ese abrazo y eso sería comprometedor
Atractiva: Y si yo le pidiera en algún momento, cuando la gente se haya ido, que ya puede usted abrazarme sin miedo, porque por fin estamos solos y que no necesito estar a solas.
Alfonso: Le diría tal vez que puede entrar su marido por la puerta y nos puede encontrar abrazados.
Atractiva: Y si yo le dijera que no tengo marido
Alfonso: podría ser una mentira.
Atractiva: Pero y si fuera posible que usted creyera esa mentira
Alfonso: Entonces podría ser que nos besáramos apasionadamente
Atractiva: No se lo aseguro, pero de que podría pasar, podría.
Alfonso: ¿Podría?
Atractiva: Claro que podría.
Alfonso: Entonces podría acercarme a usted y abrazarla con más emoción que en el principio.
Atractiva: Podría
Alfonso: Y si ensayáramos la posibilidad de que pudiendo abrazarnos no entrase su marido ¿Podría?
Atractiva: Podría... ser peligroso.
Alfonso: ¿podríamos ensayar que nos abrazamos o podríamos abrazarnos?
Atractiva: Cual es la diferencia.
Alfonso: Cuando usted ensaya, imagina o actúa.
Atractiva: ¿Cuál es la diferencia? No se olvide, que le muestro el lugar delicado y frágil que es el instante de teatro. Somos nosotros ahora, los dueños del lenguaje.
Alfonso: ¿Me habla usted de vanguardismo?
Atractiva: No es vanguardismo, es la forma que tiene su aliento

(Alfonso concluye para su artículo escribiendo en off, mientras todo pasa entre ellos dos)

Este no es el espectáculo. Este no es el show. Esta no es la música. Estos no son los vestuarios. Estos no son los personajes. Los actores se sienten atrapados. Estas son las luces, bajen las luces, apáguenlas. Esto es lo que no se puede ver. Esta es la escena cortada. Este es el show. Este es el hecho. Este es el espectáculo.

Alfonso: ¿Qué prefieres tú?
Atractiva: Que suceda
Alfonso: ¿Qué?
Atractiva: ... el espectáculo...
Alfonso: Hagámoslo.
Atractiva: Tenemos tiempo... y espacio...
Alfonso: Sólo hemos pedido un abrazo, un abrazo entre mil palabras que hemos dicho, ¿Qué delito pueden cometer esas palabras que nadie recordará?
Atractiva: Estamos cada vez más cerca.
Alfonso: ¿De qué?
Atractiva: De lo real
Alfonso: ¿Entonces?
Atractiva: Abrázame.... ya somos infieles cochinos adúlteros e ilegales.
Alfonso: ¿Así?
Atractiva: Alguien como tu podría hacerme mucho bien
Alfonso: ¿Alguien?
Atractiva: ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la primera vez que estuvimos juntos que ya no me acuerdo ni de tu nombre?
Alfonso: Al... alguien sin nombre.
Atractiva: ¿Alguien sin nombre...? Entiendo, es mejor no saber.
Alfonso: Para ahorrar un poco de tiempo.

(Se escucha el tercer y último timbre, en ese instante entra Agustín y el acomodador.)

Agustín: Disculpen ¿Qué escena es esta?
Atractiva: Nada, sólo me ayuda a ensayar Agustín... Agustín... No dejes que entren los tramoyas ni los técnicos... Yo soy una actriz y merezco mínimo respeto... No quiero ver a nadie, nadie tiene por qué saber cómo me preparo y me concentro, ¿Estamos? Nadie... Agustín, tú no tenías que entrar, ¿Por qué siempre me rompes la mística? Siempre asesinándome el personaje que tanto me ha costado prepararlo... frente al espejo... a cada rato... te he dicho que no me gusta que nadie me vea antes con mi vestuario puesto, no ves que da mala suerte... Salgan, salgan de aquí, ahora necesito estar sola...
Alfonso: Señor, perdón usted debe ser el esposo de Atractiva...
Agustín: Si, pero también dirijo, ¿O acaso no podría hacerlo? Ese es el problema que usted no tiene ojos más que para ella, no es capaz de ver el contenido y sólo puede gastar palabras en la forma. Forma que por lo demás no tiene ninguna estética, su corbata por ejemplo, no combina en absoluto con su traje, es lo más horrendo que he visto hoy ¿No escuchó los timbres? Afuera la gente espera y a mi se me secan las flores en la mano mientras espero que terminen su actuación aquí adentro. Tengo aquí, grabadas, las estupideces que ha escrito ¿Y sabe qué? No me las puedo sacar de la mente, día y noche con sus palabras. Hasta hoy sólo escuchaba la mía ¿Sabe que decía? Que si algún día me lo topaba...
Atractiva: ¡Agustín, cállate!

(Agustín saca su arma y dispara)

Alfonso: ¿Y eso? ¿Qué fue?
Agustín: Los aplausos, "que abran las jaulas..."

(Alfonso cae al piso)


Tercer acto

Tracey realista...

El cuerpo de Alfonso sin movimiento. Agustín alza su escopeta y apunta hasta el corazón de su musa, así a quemarropa, le dispara a sangre fría.

Agustín: Y tú, porqué estás tan callado...
Acomodador: Estoy escuchando
Agustín: ¿Y?
Acomodador: Pienso.
Agustín: ¿En qué?
Acomodador: En qué pasará con la obra, ya no la podemos presentar, y qué le diremos al público, y qué dirá el público a la salida si no vio nada. Nos hemos pasado hablando de teatro y... Me estaba acordando del rescate del Teatro de Moscú, parece un título, no sé si lo leyó, sobre la tragedia de Nord Ost que costó la vida de unas 130 personas, algo así como los que caben en este teatro, los espectadores rusos, los "chechenios", y las tropas con sus metralletas, todos eran de verdad, que maravillosa angustia, se deben haber muerto de miedo... ¿Habría niños?... bueno, quizás... ojalá hayan pensado que era un juego. (Entra Tracey)

(Agustín dispara contra Silvio, el acomodador, Tracey lo contempla, Agustín le dispara a fusilar, ella no muere. Ella los mira, mira los objetos que la rodean, continúa recorriendo la vista por las butacas, es el teatro, estoy en un escenario, estos son los actores, me han engañado, que será todo esto, se pregunta Tracey ridícula, entendiendo, se permite un ensayo póstumo)

Tracey: ¿Por eso no muero? ¿Por eso soy porfiada y no muero? ¿Y los otros? ¿También tienen la sangre dulce y pegajosa como los huevos? No entiendo qué pasa, ni donde estoy. Si llegué hasta acá fue porque tenía algo que decir, alguna incidencia en la escena, alguna... por pequeña que sea... ansiecilla de poder transformado en una garra subterránea. Quería estar acá, me inventé todo un cuento sólo para ser escuchada. Yo también tengo asuntos que resolver. Ahora lo que me queda es resistir este balazo, ¿Ah?, ¿Qué alternativa es esa? Yo me termino al final de este cuento, o sea la muerte, o sea mi última historia, cómo explicar esto... ¡Que caiga el telón...! ¡Levanten las manos! (a Agustín) ¿Eso es lo que debo hacer? ¿Y cómo moverme? ¿Cómo resaltar la frase correcta? ¿Qué emoción encajo en mi cuerpo? Tú podrías contestarme esas preguntas, tú debes saber con tantos años de experiencia, tú me puedes explicar... Puede decirme donde está mi esposo... se me perdió... se parecía a él, pero el mío respiraba profundo.
Agustín: ¿Le molesta si me hago un café?
Tracey: Él amaba el teatro como yo... Yo ya no amo ni lo necesito tanto. Todos ustedes me caen mucho mejor cuando están acá, cuando mentimos, cuando nos encienden y vociferamos. Dígame si me equivoco, usted preparó un espectáculo con mi nombre... y el espectáculo... ¿Aún no empieza?, Usted nos ha engañado a todos. Usted es como un antagonista ¿Ve? Yo también sé. He estudiado. Todo se ve mucho más grande desde acá, hasta los botones de su camisa... (Se sienta cómoda) Ha pasado tanto rato y todavía tengo tantas preguntas que hacerle... olvídese, ya no tiene sentido, me duelen los huesos y la vejiga se me hinchó de nuevo con el vestuario que llevo puesto... (Muestra su espalda y en ella la frase) Mire, siendo bien sincera y poniéndome bien cómoda, todo lo que han hecho a mis espaldas me hace sentir patética. Encuentro ridícula la muerte de este hombre que se hace pasar por mi esposo, no me da pena, me da vergüenza, porque le di más de la mitad de mis parlamentos, durante mi vida, que dura esto, y ante usted, que se hace pasar por un desconocido, siendo que yo misma lo vi atrás de esta pared de cartón, y se hizo el ciego, y yo lo vi, no me saludó, y me hice la sorda, y me la creí, que tonta... me la creí toda... que imbécil... ¿Cómo se puede alguien creer todo esto? Creer en este soplo de segundo que me dio no sé quien, me pregunto. ¿Dónde estará ese que me dio la vida? En qué espacio desconocido se escribieron mis palabras, que venga el que me dio la luz y me hizo comprometerme entera. Te has preguntado de donde vienen tus deseos, ¿te lo has preguntado? Ese recuento de saber porqué realizaste tus actos y... Porqué no empezamos de nuevo, a ver si cambiamos los roles y probamos otra cosa, me hubiera gustado ser la otra para ver cómo se siente. Como se siente que te lo chanten mientras la otra se mea en los calzones. ¿Cómo se siente que te hablen golpeado? Nada de héroes, ni maestros, ni ricos, gente común... gente que trabaja en su país, que busca eso del oficio o algo que le guste y lo convierte en su trabajo, gente que ayuda a la patria con su vocación, que ridículo... esa actitud de trabajar para tu tierra para que la tierra crezca... la señal, me llamaron a servirle a la patria, a emocionarme porque soy una esclava, ¿Qué es esto, yo quiero la belleza pero soy una esclava, me parece tan raro, porque finalmente es lo mismo que ser un soldado, reclutado para servir. Esa es la cosa (le da sueño, como si una pastilla hubiese hecho efecto) Ya... (Toma con sus manos el arma) será pues, entonces: ¿Cómo me mato? ¿Cómo hago de este asesinato una trágica comedia? ¿Porque así termina o no? Pero no... Sabe que no... sabe que yo soy fome, en serio, y fome es todo lo que me entretiene, y fomes son todas las historias que conozco y cada una de las intrigas que me sé de memoria. Me voy a quedar sentada acá... yo admiro a los que todavía vienen y creen que esto tiene algún sentido. Por eso voy a cantar un rato para entretenerlos... (Canta rockera teatro, tu vida es puro teatro...) (La gente afuera aplaude) (Muere o no).

Tracey abandonando a Mía, actriz abandonando el personaje
Desde el público. Se levantan haciendo sonar sus manos. Puede ser esta escena simultánea o a la anterior.

(Tracey no se para...)

Adán: me llenó de lágrimas
Eva: casi me morí cuando le dispararon, si parecía tan real... no puedo explicarlo
Adán: tiene pasta mi niña
Eva: tiene talento, se nota
Adán: tiene una voz maravillosa
Eva: y esos movimientos, son tan graciosos
Adán: me la creí toda
Eva: me quedé con ganas de más
Adán: no quería que terminara nunca
Eva: ¿no querías? A mí me tenía nerviosa, tan flaquita, tan solita, casi me paro para apoyarla
Adán: ... pero dime hija, cómo te sentiste...
Tracey: (Tracey se levanta, muda, invadida por una tristeza originaria, llora desconsoladamente)

¿Por qué no me preguntan como me siento ahora? Si lo que sentí, ya pasó.



Fin


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006