Dramaturgos / Karen Bauer  

 

 


Ser cobarde en Paris

de Karen Bauer

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Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Versión de impresión

 

 

 De Karen Bauer

Personajes
Ralf
Ana
Alexandra
Adolfo
Teo



Uno

La casa familiar


(Una pared llena de fotografías, a lo lejos el sonido de una retroexcavadora que se acerca)


Ralf: ¿Este quién es?
Ana: Tú
Ralf: ¿Alguna vez tuve el pelo largo?
Ana: cuando entrabas al colegio
Alexandra: Traje flores
Ana: Ha venido poca gente será mejor prender la radio
Ralf: Él se quería morir, si te sirve de consuelo
Ana: nunca tuvo a una mujer
Ralf: Eso no es verdad, nos tiramos a unas hermanas entre los dos
Ana: ¿Es tu novia?
Alexandra: Linda casa
Ana: Gracias
Ralf: Si
Alexandra: Alexandra. Encantada
Ana: ¿Van a casarse?
Ralf: No
Alexandra: ¿Era el mayor?
Ana: si
Ralf: No
Ana: Ese eres tú
Ralf: No, yo nunca he ido a Paris
Alexandra: ¿cuál fue la causa?
Ana: hace dos años que su enfermedad empeoró, se fue consumiendo poco a poco
Ralf: desconocida. Yo nunca he ido a Paris
Ana: una enfermedad desconocida que lo fue consumiendo
Alexandra: es una lástima, era muy joven, morir justo en el día de su cumpleaños, empezar y terminar en el mismo punto
Ana: desde niño
Ralf: este no soy yo, yo nunca he estado en este café, lo recordaría
Ana: trajiste esta miniatura de la torre Eiffel y te robaste este pedazo de la mesa de Hemingway
Alexandra: yo no conozco Paris
Ralf: yo tampoco


(Suena el timbre)


Alexandra: no se moleste yo voy


(Entra Adolfo)


Adolfo: hola
Ana: hola, es Adolfo, su mejor amigo
Adolfo: Mi más sentido pésame a todos, que cosa tan horrible
Ralf: ¿fuiste a Paris?
Adolfo: hace dos años, con tu hermano
Ana: ¿quieres tomar un whisky?
Alexandra: la ayudo
Adolfo: ¿tú eres su hermano? ¿346x3?
Ralf: si
Alexandra: 2672
Adolfo: yo su amigo, su mejor amigo un gusto de conocerte
Ralf: ¿te tiraste hermanas con él?
Adolfo: no sé si eran hermanas
Ralf: ¿se robaron un pedazo de la mesa de Hemingway?
Ana: toma. Adolfo va a vivir aquí.
Alexandra: ¿cuántos años cumplía?
Ana: los mismos que tiene Adolfo
Adolfo: tengo 23
Ana: vamos a botar esta pared, a construir un segundo piso, a traer un retroexcavadora para la nueva piscina...
Adolfo: la pieza...
Ana: La pieza vacía no será tocada.
Adolfo: se transformará en un pequeño estudio... en realidad aprovecharemos el terreno... El auto
Ana: vamos a vender el auto e invertir el dinero
Adolfo: yo vendería la casa pero entiendo que es una herencia familiar, además Ana no quiere, ¿tú Ralf volverás a Concepción?
Ralf: ¿tendré que irme?
Ana: dijiste que lo harías
Ralf: acabo de llegar
Adolfo: hasta que arregles tu situación.
Ana: tu cambio de carrera.
Adolfo: hasta que te estabilices
Ana: hasta que encuentres una nueva pensión
Ralf: yo...
Alexandra: hablamos de vivir en mi departamento, herencia de mi abuelo
Ralf: Alexandra Esquivel era mi novia, siempre usaba vestidos, era fácil hacerle el amor, me gustaba levantarle solo la falda, ella siempre prefería desnudarse completamente.
Era agradable y culta, siempre que hacíamos el amor permanecía callada, solo me miraba y me abrazaba, yo la observaba.
Una tarde cansado de hacer el amor sobre la tierra, decidí llevarla a un motel, la habitación era de paredes burdeo y la cama en los mismos tonos, Alexandra recorrió la habitación, entró al baño y salió riendo, creo que estaba feliz, yo no. ¿Este lugar te parece agradable?
Me respondió que si y me pidió que la besara, lo hice. Su cuerpo se relajaba y se volvía blando, la besé con más intensidad y sus hombros se contrajeron, sus piernas rígidas y sus dedos crespos, como si no tuviera huesos, la solté y la miré, pensé que diría algo pero no lo hizo, me abrazó.
Sentí ganas de mear, ella me quería acompañar, le expliqué que era un asunto privado, que prefería hacerlo solo pero insistió, le pedí que no siguiera con eso, que no tenía sentido, pero ella insistió ¡entonces no mearé! La besé con mucha fuerza, puso su pierna sobre mí y el roce de los sexos me calentó y me dieron más ganas de mear, me meaba, me paré y corrí al baño, ella me siguió, me observaba mientras trataba de bajarme los pantalones, no lo logré, le pedí que se fuera, le rogué que me dejara, se agachó frente a mi y me miró fijamente, yo temblaba, ella quiso desabrocharme los pantalones, le pedí que no lo hiciera, le detuve la mano, le rogué que se fuera, le rogué, le rogué, le rogué tanto. Ella me vio mientras me meaba en los pantalones.
Ana: me parece perfecto, tendrás que buscar un trabajo
Adolfo: podríamos trabajar juntos, me dedico a la compra de autos, de motos, de vehículos en general, pienso instalar un garaje o una compraventa de vehículos nuevos y usados, no solo nuevos
Ralf: no soy bueno para las ventas
Alexandra: ¿cuándo es el entierro?
Ralf: mañana
Adolfo: ¿va a pasar la noche aquí?
Alexandra: ¿dónde más?


Dos

El Hermano muerto


Teo: el árbol se va a caer, ¿puedo acostarme contigo?, no quiero morir solo
Ralf: ¿por qué no cortan el árbol?
Teo: tranquilo duérmete
Ralf: finjo que me duermo y escucho su respiración alterada pero no le pregunto si tiene miedo.
Teo: trata de pensar en otra cosa, cuando tenga la suficiente fuerza voy a cortar el maldito árbol.
Ralf: se para frente a la ventana, y lo enfrenta a un duelo... yo nunca he viajado a Paris porque tengo miedo de volar, de eso estoy seguro, nunca he tenido el pelo largo porque siempre se me ha caído.
A los dos nos gustaba la rubia, pero te prefiriere a ti
Teo: te sonríe a ti
Ralf: se ríe de mí
Teo: mmmm... te está mirando, se toca el pelo y te ofrece las tetas...anda, no seas tonto
Ralf: estoy demasiado borracho
Teo: apuesto a que se muere por bajarte los pantalones y chupártela delante de todos, uuuuuuuuuuuuuu... ahí viene... te dejo solo.
Ralf: La chica se me acercó y me preguntó por ti, igual me besó y si, me bajo los pantalones, no te equivocaste, pero para morderme, la empujé y cayó al suelo. Me miró como una perra rabiosa. Me mordió muy fuerte
Teo: perra
Ralf: no sé por qué
Teo: ¿la alcanzaste a tocar? Era bien linda
Ralf: no sé por qué me mordió, anduve cojo como una semana
Teo: faltaste dos semanas al colegio porque le tenías miedo
Ralf: miedo a que se riera de mí. ¿El de la foto eres tú?
Teo: si
Ralf: el de todas las fotos eres tú... El de Paris, en la casa de los abuelos, sentado junto a mi madre... viajaste cuando eras estudiante, te regalaron un pasaje
Teo : te mandé una postal
Ralf: de la torre Eiffel
Teo: conocí a una francesa increíble
Ralf: yo quería ir, fue cuando pasé de arquitectura a derecho por segunda vez
Teo: me mataron
Ralf: yo nunca fui a Paris
Teo: eres el único que lo sabe, eres mi hermano mayor y debes vengarme
Ralf: yo no conoceré Paris porque le temo a los aviones, mi madre siempre ha dicho que soy un cobarde.
Teo: me mataron. Pero la culpa no la tuvo ella.


Tres

La procesión, camino al entierro de Teo


Alexandra: ¿no tienes ganas de llorar?
Ralf: muchas
Alexandra: ¿y por qué no lo haces?
Ralf: no me salen lágrimas
Alexandra: a mi si. Tu madre, ¿hace cuánto tiempo que está con él?
Ralf: desde hace mucho tiempo
Alexandra: no parece muy afectada, no parece que a alguien le importe la muerte de tu hermano, ¿de qué murió?
Ralf: Dicen que estaba enfermo
Teo: me mataron, esos me mataron, los que se están besando, los que comen chocolates, los que piensan comprar un auto nuevo
Ralf: puta
Teo: pero la culpa no es de ella
Ralf: perra
Teo: a ella se lo ordenaron
Ralf: quiero que se muera
Teo: no es su culpa, mira como la besa, como le sonríe, como la envuelve, como la seduce
Ralf: es un pendejo
Teo: era mi mejor amigo, el mejor alumno, el mejor vecino, el mejor estadista, el mejor orador, el mejor político, el más sabio asesor, el más erudito logista, el más perfecto pendejo.
Ralf: Se me acerca y pone su boca junto a la mía, me hundí en una masa blanda, la muerdo y trago una carne insípida tragué y tragué, me separé de ella y me miró sonriendo, sentada en la orilla de la cama me miraba, blanca y le temí a todas las mujeres que pude imaginar... yo tenía otra historia
Teo: yo también, de otra manera... pero al fin la misma historia
Ralf: es un vuelco demasiado grave, cómo me quito las pesadillas, la carga ancestral de los antepasados, el discurso silencioso de nuestro padre
Teo: los golpes
Ralf: los correazos, las preguntas pendientes
Teo: el gusto desenfrenado por poseer mujeres y dejarlas humilladas
Ralf: el miedo a las mujeres
Teo: el gusto por el porno, por el posmo, por el canal de las estrellas
Ralf: por el alcohol
Teo: hasta cuando matamos al padre y a la madre
Ralf: sueño con verla sumergida en un charco de sangre.
Teo: yo también
Ralf: y la amo
Teo: y la amo, no no no, vamos a encausar la historia
Ralf: no podemos escapar es bíblico, solo se mata lo que se ama... y qué hace este güevón metido en el medio.


Cuatro

La automotora


Adolfo: siéntate y tómate un whisky conmigo
Ralf: transformaste esto en un bonito lugar
Adolfo: ¿te gusta?. Odio las demoras, al primer golpe una pared, al segundo el techo, en un dos por tres paredes de fibra de vidrio, sillones de cuero, piso alfombrado, y a las 2:30 la reunión con un inversionista, así está la vida hoy... espera un momento estoy recibiendo un e mail... ¿pensaste en lo que te dije?
Ralf: no he tenido tiempo para nada, debo recoger las cosas de mi hermano, su pieza estaba... ¿aquí?
Adolfo: si no me equivoco un metro más hacia tu derecha, pero no te preocupes ya me encargué de eso, quise ahorrarles el dolor de las despedidas y lo doné todo a los pobres, no era mucho, pero te guardé esto... ustedes junto a unas mellizas, siempre fue un maldito sucio, ¿se las cambiaban?. Lo hicimos un par de veces, perdona, no es bueno que te diga estas cosas soy casi tu padrastro... no, ¿no es cierto?. El siempre se acostaba con las dos. Eres muy tímido, bebe, bebe. ¿Qué tal este lugar?. Vas a comprarte zapatos nuevos, una chaqueta y elegirás el auto que quieras...se lo debo a tu hermano, por él conocí a tu madre, por él conocí lo que es tener un hermano y... un hijo
Ralf: eso es una imbecilidad tenemos casi la misma edad
Adolfo: es verdad es una imbecilidad, una bella imbecilidad el amar a tu madre, una artimaña del destino el que mi amigo muriera en la flor de la vida, cuando podríamos estar haciendo todo esto juntos, estaba en nuestros planes, juntos en un convertible, en un club nocturno, en un spa, en un sauna, con un puro, nosotros siendo familia... yo se que es extraño, pero ¿qué es el amor sino una patología?...(Suena su celular) Aló preciosa... a las 2:30... encuéntralo y tráelo ahora... mi flor, nos vemos... tu madre... ¿Entonces aceptas?


(Silencio)


Ralf: acepto


Cinco

La espera


Alexandra: nos acabábamos de conocer y fuimos a un hotel, a hacer el amor. Ahora me trae a conocer a su madre y a ese amigo que vive con ella, la vieja es muy caliente. Pero no hicimos el amor, lo acompañé al baño porque quería decirle algo pero no me dejó, no podemos hablar, yo lo quiero y no me puede hablar, me va a volver loca ¿por qué no me habla?. Tiritaba y se meó en los pantalones, lo ayudé a secarse y me miraba, es muy caliente la vieja... me miraba con odio, quedamos de juntarnos...y es vieja...voy a despedirme, aunque estaría más en nuestro estilo el desaparecerme, voy a darle una oportunidad, aquí solo hay dos posibilidades, quédate o adiós...loca...que mujer más loca...tiritaba como si me fuera a decir algo...

(Entra Ana con un cartel que dice Kurt Shobert)

Ana: ...por qué no lo haces tú... lo sé, lo sé... a las 4:30, si si lo hice, si está bien escrito, nombre y apellido... con k, si, si lo sé, lo levanto si bien, lo... en taxi, pero si no viene, si, si... aló... aló
Alexandra: hola... ¿cómo está?
Ana: ¿pasan taxis por aquí?
Alexandra: si... ¿no se acuerda de mí? Estuve en el entierro de su hijo
Ana: había mucha gente, ¿me dejarías tomar primero el taxi?. Estoy muy apurada.
Alexandra: yo ya me voy, no puedo seguir esperando a Ralf... estaba esperando a Ralf... si lo ve ¿podría decirle que lo estoy buscando? A Ralf...


(Alexandra se va, suena el teléfono de Ana)

Ana:... maldito alemán de mierda que no le entiendo nada!... si, si voy para allá, Ok... no, claro con don Adolfo. Un gusto hacer negocios ... Cresta. ¡¿Y tu qué haces aquí?!

(Entra Ralf con un cartel que dice Kurt Shobert)

Ralf: tengo reunión con un inversionista alemán voy al aeropuerto y después a almorzar al Ritz
Ana: se niegan a hablar español.
Ralf: jo abans hi se’ va veure molta coneu coneix veure mai ell liv
Ana: ¿no ibas a irte?
Ralf: decidí tomar la oferta de Adolfo


Seis

La franja negra sobre los ojos


(Alexandra llega a la automotora)


Adolfo: ¿tú por acá?
Alexandra: ¡Qué pasó aquí! ¡Qué piso! ¡Qué luz!...¡Qué fibra de vidrio!
Adolfo: qué pelo, que piernas... qué dientes... ¿vienes por el aviso?
Alexandra: no, busco a Ralf, soy...Alexandra... su...amiga, tu y yo nos conocimos en el cumpleaños – entierro de Teo
Adolfo: Él está trabajando ahora, ahora él trabaja para mí
Alexandra: ¿aquí?
Adolfo: te pareces a la chica de Blade runner
Alexandra: ¿yo?
Adolfo: la rubia que saltaba y tomaba la cabeza del hombre entre sus piernas
Alexandra: ¿yo?

Adolfo: la de la franja negra en los ojos... me gustaría mucho que te pintaras esa franja negra en los ojos.
Alexandra: yo
Adolfo: tu
Alexandra: no tengo pintura... ¿a qué hora podría encontrar a Ralf?... creo que no tengo pintura negra
Adolfo: yo si


Siete

Madre e hijo


Ralf: lo que pasa es que usted
Ana: ¿usted?
Ralf: lo que pasa es que usted
Ana: no lo que pasa es que usted
Ralf: ¡usted!
Ana: ¡usted!
Ralf: lo que hizo usted!
Ana: hizo usted!
Ralf: lo que no le he dicho es que usted!
Ana: y lo que debe saber es que usted
Ralf: y lo que no me ha dicho es que usted
Ana: es que usted
Ralf: y usted
Ana: usted
Ralf: usted
Ana: no usted
Ralf: no usted
Ana: lo que es usted
Ralf: y usted
Ana: no puede usted
Ralf: usted no puede
Ana: no usted
Ralf: cómo pudo usted
Ana: qué sabe usted
Ralf: él y usted
Ana: ¿qué sabe usted?


Ocho

Los muslos de Alexandra


(Alexandra sostiene con sus muslos la cabeza de Adolfo)

Adolfo:...levantáte de ahí o te vas a morir de frío, a la orilla del riel se quedó dormido, borracho, drogado, yo también lo estaba, pero nunca como él, no como él, traté de que se levantara, ya poh Teo, levántate por la cresta, borracho de mierda...¿crees que sería capaz de dejarte aquí?. Sabes la cantidad de gente que se muere así, sabes la cantidad de veces que podríamos habernos muerto así, borrachos, muertos de volados viendo visiones...los enanos del año nuevo que nos perseguían por la playa, hijo de puta que tuve que sacarte del agua morado, pensé que te habías muerto, en verdad lo pensé, maricón me ibas a dejar solo, tu dijiste que seríamos amigos para siempre y te estabas muriendo ahí frente a mi, le saqué la ropa y le di calor hasta que abrió los ojos, no podía dejarlo morir. ¡Levántate por la cresta! Estaba borracho, no me lo podía, no pude levantarlo....¡borracho de mierda...levántate borracho de mierda!...de pronto se levantó y el tren pasó...me sentí feliz, no, no, feliz de pensar que se podía morir, que el tren lo iba a partir en dos... pégame hijo de puta, me lo ordenó, le enterré los dientes en el brazo y parece que le arranqué un pedazo porque aún tengo sabor a sangre en la boca, fue de improviso, créanme no fue planeado, nadie tan joven puede tener tanta mierda para planear algo así...Yo lo quería era mi amigo mi mejor amigo mi amigo de la infancia mi único amigo y yo lo quería. Conmigo se tiró a la primera mujer, conmigo dio su primer beso, conmigo tuvo su primer orgasmo. Ahora me está llamando hijo de puta asesino... soy un cobarde debería haberte reventado la cara con un ladrillo...y enterrarle los dientes en la cara porque aún tengo sabor a sangre en la boca, el que me daba de su colación, con el que me tiré a la primera mujer, el que me impidió tener mi primer orgasmo... no puedo eyacular, soy un hombre que no puede eyacular...ayúdame, ayúdame, ayúdame eres la única que puede ayudarme. Yo no hice nada soy un cobarde amaneció en su cama frío, sácame estos litros de llanto, sácame estos litros de semen, estállame, déjame estallarte de sangre, de semen, yo puedo, yo puedo, yo puedo. Dilo dime que yo puedo, que yo puedo, yo puedo mi primera víctima asesinada, yo la quiero, yo lo quiero, los quiero, aprieta más, Yo también merezco tener una madre, yo puedo, dime que yo puedo


Nueve

Devuélvete


Ralf se esconde

Teo: devuélvete
Ralf: no puedo
Teo: devuélvete, diles que tú no fuiste, que tú no lo rompiste, que fue un accidente
Ralf: no van a creerme
Teo: devuélvete no tengas miedo
Ralf: soy cobarde
Teo: esta vez no me echaré la culpa, esta vez debes hablar, nacimos perdidos, expulsados al mundo, y yo ya estoy muerto, diles que tu no fuiste, que tú no lo rompiste, que fue un accidente, habla no tengas miedo. ¡Devuélvete!


Diez

Ana

Ana: ¡¿qué estás haciendo?!
Adolfo: ella es la amiga de tu hijo
Ana: mi hijo nunca tuvo amigas
Adolfo: eso es lo que tú crees
Alexandra: soy amiga de su otro hijo, de Ralf
Ana: ¿qué estaban haciendo?
Alexandra: confesando
Adolfo: conversando
Ana: quiero un auto, en verdad ya no quiero trabajar, lo mínimo que puedes hacer, es hacerte cargo de todo... voy a recostarme. Ya no están las escaleras...¿la pared? Quiero apoyarme...
Adolfo: ven querida
Ana: suéltame ¿dónde está mi pared con fotografías?...estás parada sobre mi cocina, la cocina de mi madre... querida ¿podrías traerme una taza de té?. Pusiste un notebook sobre la cama de mi padre, sobre la cama del abuelo de mi padre, sobre mi padre, sobre mi madre...
Adolfo: esto es mucho mejor mi amor
Ana: esto está saliendo tan mal
Adolfo: siéntate
Ana: suéltame. Te acostaste con esa sobre la cama de Teo.
Adolfo: yo no me he acostado con ella es la novia de Ralf, ¡vamos! somos familia
Ana: te has revolcado sobre la mesa del comedor, el sofá, el diván, el taburete, el escritorio...
Adolfo: déjate de estupideces y siéntate conmigo
Ana: voy a contar
Adolfo: te escuchamos
Ana: yo soy una mujer
Adolfo: yo lo estaba envenenando, lo hice todo
Ana: cansada de amar y de buscar amor
Adolfo: lo envenené lo hice solo
Ana: hay cosas sobre las que no se debe hablar, historias...es de mal gusto. Gracias querida. Tengo otra historia, con él. Nada que decir, yo no opino sobre la vida de nadie y nadie debe opinar sobre la mía, nada que decir. Cuantas madres hay que han perdido a sus hijos en la guerra, desaparecidos, extraviados, yo pienso mucho en ellas, mientras pienso en mi hijo. Dolientes para toda la vida, la vida no se acaba con la muerte por eso me inscribí en clases de pilates.


Once

La invitación


Teo: shhh, no hagas ruido, cuando tenga la suficiente fuerza voy a derribar ese maldito árbol, duérmete.
Les invito a una cena de gala a celebrarse en la casa familiar el día 23 de julio de 1976.


Doce

La celebración


(Todos sentados en una mesa improvisada con los muebles de la automotora.
Todos ríen y conversan)

Adolfo: debo decir que me he llevado una grata sorpresa con Ralf, en este último tiempo ha sido mi amigo, mi hermano mi más fiel mano derecha.
Ralf: no exageres querido Adolfo
Adolfo: por qué no decirlo, mi hijo
Ralf: todo lo que he hecho ha sido por Teo, se lo debemos ¡salud por Teo!
Todos: ¡salud por Teo!
Ralf: Quiero aprovechar este brindis y este maravilloso faisán para preguntarle a Alexandra si quiere casarse conmigo

(Silencio)

Alexandra: no

(Silencio)

Ralf: Alexandra me vio mientras me meaba en los pantalones...

(Se levanta y sale)

Adolfo: no es necesario casarse, ya somos familia
Ralf: ¿no?
Alexandra: no, devuélvete


(Ralf se sienta)

Ana: sírveme un poco más querida
Ralf: mi hermano murió
Adolfo: no recordemos la muerte, la mejor manera de recordar a Teo es comiendo, bebiendo, haciendo negocios y buscando a una gemelas.
Ralf: Teo murió envenenado por el joven amante de mi madre, murió en el día de su cumpleaños después de agonizar durante dos años de una enfermedad que le causó su mejor amigo, el más perfecto pendejo, mi padrastro. mi hermano está sepultado bajo nuestros pies, sobre su colchón se construyó un edificio de fibra de vidrio donde se venden autos, sobre su historia, este hijo de puta se tiró a su madre, sobre su nombre este mal nacido hace negocios con inversionistas extranjeros y gana mucha plata.
Adolfo: también quiero brindar por nuestro éxito familiar ¡salud!
Todos: ¡salud!
Ralf: hay algo que debo decirles, me voy a Paris
Ana: pero si ya fuiste
Ralf: no madre, yo no conozco Paris porque le temo a los aviones
Ana: cobarde
Ralf: porque tú siempre has dicho que soy un cobarde
Adolfo: ¡salud!
Todos: ¡salud!
Ralf: y yo soy un cobarde, pero en Paris es más feliz ser un cobarde
Adolfo: ¡salud!
Todos: ¡salud!
Ralf: Usted madre y usted Adolfo mataron a Teo para construir esto, lo sé, todos están enterados de lo que hicieron, tengo ganas de asesinarla madre, pero no lo haré, me iré a Paris con Teo y Alexandra


(Se escucha el sonido de una retroexcavadora)

Adolfo: ¡Permiso municipal!. ¡A la puta su permiso municipal!. ¡Pare con puta máquina! Van a instalar una antena para celulares... saben lo que significa eso, la gente huye de ellas como si fueran mortales, el cáncer de la sociedad, lo voy a extirpar como el mejor cirujano plástico. ¡Pare con la puta máquina! Yo quiero plata y por eso vendo autos, ellos quieren plata por eso ponen antenas. ¡Acaso no podemos ganar plata en paz!. ¡De manera limpia!. ¡En un juego amplio de ofertas, pero dejando vivir al otro...
Ralf: ¡salud!


(Un aeropuerto en París)


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006