Sandra Cepeda Acevedo  

 

 

Reseña biográfica

por  MARIA ALEJANDRA CLARO VICUÑA

Chilena. Nacida en Santiago, en 1965. Periodista de la Universidad Católica de Chile, con Postítulo en Dirección Teatral de la misma universidad. También, realizó estudios de sicología en el Instituto Chileno de Psicoterapia Analítica y talleres de dramaturgia y guión con los autores nacionales Jaime Miranda, Sergio Vodanovic y Orlando Lübbert. Fue periodista de los departamentos de prensa de Chilevisión y TVN, y de diversos programas informativos de la RED. Editora de la revista de economía y negocios “Gestión”, de las Revistas de la Feria Internacional de Santiago y de la revista Del Colegio de Abogados de Chile, en la década de los 90. En los últimos diez años, se ha desempeñado como socia de la empresa de asesorías en comunicación y periodismo, Claro y Rojas Editores. REFLEXION SOBRE LA EXPERIENCIA DE DIRECCION DE LA OBRA “SACATE MIS ZAPATOS O TE MATO”. Enfrentar la dirección de la obra “Sácate mis Zapatos o te mato” era desafiante, ya que su texto presentaba, a mi juicio, importantes sub textos, que no eran fáciles de percibir a simple vista, y que requerían de un gran esfuerzo y sutilezas actorales, para lograr transmitir dichas complejidades, así como una compenetración del público para ver más allá de la estructura no lineal, la carencia de transiciones y el lenguaje poético del texto. Con los actores, se realizó un intenso training corporal y un trabajo de voz para que sus cuerpos fueran, más allá de las palabras que emitían, símbolos concretos y tangibles que reflejaran las intrincadas y perversas madejas de poder que se dan en las relaciones humanas en diversos ámbitos de la sociedad, y que muchas veces aparecen como indestructibles, lo que, en mi opinión, es la gran temática de la obra. Se presentó a “La Vieja”, devoradora de la energía de los demás para rejuvenecer, y seguir viviendo cien años más, en un camuflado carrito con ruedas, en el cual se desplazaba ágil e intempestivamente por los dos niveles del escenario y la rampa que los unía, dominando así con su fuerte presencia el espacio y a los otros tres personajes - su nieta, un enfermero y el visitante, un cantante frustrado-, que encarnaban las debilidades humanas que hacen posible estas relaciones tortuosas. Este juego escénico fue uno de los aciertos de la puesta en escena, ya que le dio sorpresa y dinamismo. Otros elementos como la escenografía, con roídos paneles de metal y fibra de vidrio que permitían la transparencia, el intenso juego de luces y la música provocativa, se pensaron y unieron para crear una atmósfera pesadillesca, en un estilo que bordeó lo grotesco. Vestuario, maquillaje y prótesis no realistas reforzaron esta atmósfera. La presencia de una alegre canción popular, con una letra especialmente creada para el montaje, permitió matizar los momentos de intimidad y fuerte dramatismo, con otros de gran algarabía y movimiento escénico, donde los personajes cantaron, bailaron y vivieron situaciones de humor. En resumen, creo que se logró un montaje teatral de este thriller sicológico, con atractiva e intensa presencia de elementos audiovisuales, con una estética grotesca, pero elegante, y una puesta en escena que se asemejó al vodevil., aunque con un cariz más moderno.

 

 


Desarrollado por Sisib, Universidad de Chile, 2006