Dramaturgos / Alejandro Moreno Jashés  

 

 


Tengo un nombre y quiero otro
de Alejandro Moreno Jashés

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Si usted desea obtener los permisos para el montaje de esta obra contactar a: Alejandro Moreno chatopex@yahoo.com
Uno
Versión de impresión

 A Alejandro Moreno Prohens, mi padre que me da todo, absolutamente todo.

  Personajes:
  Niño
  Joven
  Hombre
  Madre
  Padre
  Dueña de la pensión
  Mujer exótica

Fiesta de disfraces: (Diálogos que se presentan simultáneamente dentro una parte de la obra)

 Personajes:
 
Bombero
 Leñador
 Ardilla
 Fuego
 Árbol
 Pájaro
 Niño

Introducción: La introducción es una situación de juego violento (de nacimiento y muerte). Vemos a la madre de Neruda y al padre (que luego será castigador con la criatura). El espectador no tiene por qué saber que son familiares de él. El niño anda por ahí y el padre lo corretea con rabia. La madre espera dar a luz. Hay un joven pobre, muy delgado y un hombre mayor bastante gordo (ambos luego aparecerán en la obra, ya que representan al mismo niño, es decir,   Neruda). Estos dos, el joven y el hombre, ayudan al niño a escapar de los correteos VIOLENTOS que hace el padre. Durante toda la secuencia de introducción se escucha que cae la lluvia, que los ferrocarriles avanzan, que mas lluvia cae. Esto puede ser una coreografía, con voces en off, etc.   El padre y el niño se caen al suelo varias veces, producto de los correteos, se hacen daño.


Uno


Coro de nacimiento:
 Los dolores del parto encarrilan un mundo mojado
y desde  la altura vemos que un ferrocarril va y otro viene húmedo
estos dolores son los necesarios
pero este parto esta cargado de muerte
porque queda uno mojado
Padre: (grita) Nooooo que se quede ella
y otra se muere
húmeda
en este parto   hace frío y los dolores no entibian nada
y una cabeza aparece que se mueve en un cuerpo que se enferma
transpira
y nace un niño
(que es el del juego)
Padre: Nooooo que al niño no lo conozco
Coro: pero la madre se enferma y tísica cae
húmeda
y el padre la mira toser sabiendo que ese parto fue innecesario
que es muy pobre
Padre: No, no yo no puedo criar a un niño solo
Coro: que no se entiende
el mundo y las hojas caen
mojadas
por la lluvia que riega el pueblo donde nace
un niño que
con sangre
y su madre muerta
con sangre y por eso la cara del niño, su aspecto y su hambre
por eso la vida que lleva y las cosas que hace
por eso las cosas que escribe y la letra que se le sale
entre una cosa y otra mira las terceras cosas
y sabe que la lluvia es un enjambre de abejas desterradas
y se pondrá otro nombre no el que sale
en una acta de nacimiento que esta hace 100 años en montón de papeles, junto a la otra acta, la de defunción de la madre.
Padre: Noooo que se quede ella que es la madre de mis otros hijos
Coro: Así él tiene un nombre y quiere otro quiere
otro nombre para que se le llame
para que desde lejos le apunten
para que así figure en la lista de sus viajes
para que así se le lea en árabe
y en los ojos de su padre es el niño que mata a su madre
y se disfrazará de obispo y de alcalde
de emperador romano y de panadero
y se siente siempre culpable
pero el nombre que quiere el niño titulará las calles
Padre: ¡¡¡noooo!!!

Fin del juego muerte de la madre, padre indignado desde un rincón. La lluvia deja de caer. El niño está exhausto. La mujer que  representa a la madre, el hombre gordo y el joven flaco desaparecen.Está el  padre con el niño sentado a la mesa. Pueden venir incluso cansados de la escena anterior, no hay continuidad espacio-temporal en esta obra.

Padre: (Sentándose  a la mesa) Cómo te quiero cabro de mierda, dime tú cómo tengo que quererte, mira espera que no tardo, voy a la estación, no para recoger a nadie, para subirme a un tren y perderme. No te muevas de acá y no hagas escándalos, no te pongas enfermo, por favor no hagas nada. Voy y vuelvo. Tengo que ir hacer la plata para alimentarte. Y agradece estar acá y no afuera trabajando como yo. Y si te estas riendo también agradece y agradece si lloras y también si duermes, deja de quejarte y en vez de hacerlo agradece que hay gente que no puede reírse, ni ponerse a llorar, ni menos dormir, así que agradece en las mañanas que te has levantado y no te has muerto en el sueño y que puedes levantare y echarte algo a la boca y agradece aunque sea poco, porque hay gente que se levanta con  ganas de volverse a dormir del hambre, así que agradece que puedes ir a una escuela y aprender algo. Y si tienes frío agradece haber nacido tan al sur, agradécele a la lluvia que si no fuera por ella tú no tendrías que comer y a  la tierra que tiene que aguantar al pueblo en el que naciste. Agradécele a este  pueblo que va a dejar que tus huesos y los míos se pudran en él. No te olvides nunca que eres pobre.
Niño: Quiero un pájaro verde y uno rojo, quiero tener una mesa más grande que ésta y vasos de colores, quiero un cuadro gigante y una ventana que de al mar, nooo quiero el azul del mar por la ventana, eso quiero y quiero tener un escondite. Quiero ir de aquí para allá.
Padre : Cállate cabro de mierda.

(El padre sale y aparece el hombre gordo. Está de espaldas al público y el niño se cuelga a sus brazos a pedirle cosas. Las mismas cosas que decorarán las múltiples casas de Pablo Neruda).

Niño: Quiero ese
Hombre: También ese
Niño: Sí, ese y este otro (Asiente)
Niño: No, quiero cambiar ese, por dos de los azules
Hombre: Entonces quieres éstos dos pájaros azules en vez de esas revistas viejas
Niño: No, también quiero las revistas y quiero que sean rojos los pájaros
Hombre: Si, igual llevaremos los rojos que son bonitos
Niño:
Hombre: Si ese es muy bonito
Niño: Si ese también lo quiero (Quiebre)
Niño: Dime que estoy contento
Hombre: Estás contento
Niño: Dime que estoy feliz de tener la edad que tengo
Hombre: Estás feliz por tu edad
Niño: Dime que voy a crecer
Hombre: Vas a crecer
Niño: Dime que voy a ser grande
Hombre: Vas a ser grande
Niño: Dime que voy a ver agua y no le voy a decir agua
Hombre: No vas a llamar agua al agua
Niño: Ni al frío, frío
Hombre: No le llamarás como todos al frío
Niño: Dime que siempre le voy hablar a la muerte
Hombre: Siempre Niño: Dime que estoy durmiendo
Hombre: Estás durmiendo

(El niño se queda dormido y de inmediato empieza con estertores producto de una pesadilla.)

Hombre: No te asustes ni de mis palabras, ni de los ladridos, que tampoco son tantos, que mis mentiras sólo son para exagerar un poco las cosas. No hagas caso a todo lo que digo, pero si tenle pánico a  la lluvia, porque ahora sueñas que todo se inunda y por eso saltas ahora en tu pesadilla. No le tengas miedo a los monstruos que están para eso, para asustar solamente, pero tenle miedo a la lluvia que se lleva todo lo vivido. No te pongas a llorar ahora que es una pesadilla y tus lágrimas te dan más frío. Tenle pánico a tu origen. A lo que ves desde esos ojos, que son nidos, que son tus ojos durmiendo en tu cuerpo tan poco crecido, que es el único al que te podrás llevar cuando te despierte el destino. No le hagas caso a todo lo que digo pequeño mío, no me creas tanto y pídemelo todo.

(El niño ya no tiene estertores. Entra el Joven delgado)

Joven: Estás mejor, que bien, me alegra porque seguirás durmiendo mientras yo voy a enterrar al hombre que fue mi padre, voy vestido de negro como irán mis tíos. Voy por una ciudad que se me repite porque me la comí, como en tus pesadillas. Esta tierra que está delimitada por dos signos de interrogación hoy se tragará a mi padre, que no será ya raíz de nada, solo del frío. Se ha muerto mi padre y llueve también en el cementerio. El cajón se abrió y llueve sobre mi padre muerto, el agua partió las flores y regó a todos los muertos tendidos.
Hombre: (Desde otro espacio, una cena elegante) Gracias por venir hoy, otra vez me siento honrado, pero justo al frente… (Habla del Palacio La Moneda, se escucha un helicóptero) Gracias por venir y finalmente después de cada cosa que digo aplaudir, me siento entre ustedes seguro, pero justo al frente… quiero decir muchas cosas, pero ahora no puedo, no se si debo, porque justo al frente… Siempre los homenajes son alegres pero hoy, mi muerte, justo al frente.

 

(Se va o desaparece) (Entra el padre)


Padre: Acabo de volver por entre los rieles y aún no sé cómo quererte, dime cómo lo hago, cómo se inventa lo que no se siente.
Niño: Tengo un nombre y quiero otro
Padre: ¿Qué? Cállate
Niño: No quiero mi nombre quiero otro
Padre: Qué nombre
Niño: Otro
Padre: Mira en vez de cambiarte el nombre abrígate y deja de comer que vamos a tomar un tren
Niño: A donde
Padre: A tomar un tren
Niño: Pero para qué
Padre: Cállate y ven
Joven: Para tomar un tren no hay motivos. Se puede inventar todo, menos el tren y los rieles. Para subirse a un vagón no hay motivos. Se puede inventar el paisaje que lo ves en rallas de colores, el viento, inventar como se mueven los árboles, se puede inventar incluso que el tren va lento y que llegamos tarde. Se puede tomar un tren en cualquier dirección si se inventa el destino. Inventar que te esperan, que te vas dejándolo todo, que llegarás a un pueblo que conoces o que es primera vez en el que estás, puedes inventar el nombre de las calles, pero no puedes  inventar la lluvia y su furia, eso no. También puedes decidir a quien ver a tu llegada. Puedes mirar lo que viene y recordar lo que has visto. Se pueden hacer maletas y llevar las cosas de un lugar a otro en tren. Puedes, una vez llegado al destino, no volver nunca al lugar de donde partiste sin saber a dónde  ibas.
(Desaparece)
Padre: Mira ves esa casa
Niño: Sí
Padre: Esa es tú casa…  ¿Ves a esa mujer?
Niño:
Padre: Esa es tu madre
Niño: ¿Mi ma-madre?
Padre: Sí…Y esa niña que está ahí
Niño: Si, quién es
Padre: Esa es tu hermana (El niño está atónito y mojado)
Padre: Anda, entra que estas mojado (El niño entra)
Padre:  Ahora tienes que dormir, mañana al levantarte no te olvides que esta es tu madre y esa tu hermana.

(El niño se duerme y nuevamente tiene pesadillas. Habla el Joven delgado que se arregla. El hombre gordo se viste de traje elegante ó podría ser bonito que el hombre gordo vista al joven delgado muy pobre y el joven viste al hombre gordo de traje elegante)

Joven: Naciste en un momento, en un rato salpicado del tiempo. Te llovieron mucho antes de nacer y ahora no estas
Hombre: Ni tú ni yo
Joven: No estamos
Hombre: No estamos
Joven: En este momento que ya pasa y el otro que también pasa y este mismo que ya pasa. No figuramos
Hombre: No estamos
Joven: Es así…Nunca podemos estar y no es cosa rara
Hombre: No estamos aunque nos vemos. Aunque mientras comamos y engordamos no estamos en el peso del presente, que es dudoso segundos antes y segundos después
Joven: No estamos, ni siquiera hablamos aunque yo diga, aunque ni siquiera sepamos
Hombre: Pero hacemos viajes y ganamos premios. Nos enamoramos y nos creemos dueños
Hombre: Nada (El hombre se va)
Joven: No es nada por eso escribo y escribo de todo porque nada está porque aparecen en las letras que son las únicas que no se van y son del presente que nosotros escapamos así rueda de bicicleta te agradezco y fuerza del que pedalea los días no como yo que no estoy, ni siquiera bajo la rueda y me entristecen las grietas y de las manos y de las paredes la de los terremotos y la de mi piel que tampoco está salvo para aparentarme y en el cuerpo adentro todo es negro y funciona perfecto y la luz del día y la luz del sur de Chile diamante puesto en tu mano celeste el color dorado del sol del norte triste y triste por las grietas de los cerros que engañan y engañan y hablan y hablan y yo que ahora creo que hablo escribo y ya no estoy salvo el letra anterior a la que salivo.

(Padre y joven)

Padre: Quiero explicarte que la vida es dura
Joven: La vida es una piedra
Padre: Quiero explicarte que no puedes perder el tiempo
Joven: Entonces como me acuerdo
Padre: Quiero decirte que no creas demasiado en tus juegos, que no te conviene, que es mejor que te dediques a algo que te sirva, en donde puedas ganar algo de dinero. Siempre seremos pobres, pero tratemos de no serlo, eso es lo que yo hago desde hace tiempo entre los rieles. Te veo tan poco ágil, eres tan escueto, no quiero que confundas las cosas, deja de perder el tiempo, mírame a mí que siempre voy y siempre vuelvo. Quiero que estudies algo que te de por lo menos. No estoy pidiéndote que seas sabio, sino que puedas hacer algo correcto. No quiero que sigas con esos juegos, ni esa obsesión por cambiarte de nombre. No quiero ver más papeles escritos con cosas que no entiendo. Te suplico que botes esos cuadernos, te obligo que los arrojes, que no te sirven y escúchame lo que te digo: que ese juego te va a dar a ti por muerto.

(El joven empieza a vestir con un gran terno negro al niño que se pierde en esa ropa tan grande)

Padre: ¿Por qué te pones eso?
Niño: Porque voy a enterrar a mi padre, voy a enterrarte así, de negro, voy como irán mis tíos, mira como llueve, da lo mismo que tú estás muerto. Voy al cementerio de esta ciudad con lluvia a  dejar tu voz y a creer en el viento. Voy a despedirme de mi padre. De ti, de tu acento. De tus miedos, de tus lamentos. Voy a enterrar al hombre que fue mi padre con los pies demasiado fríos como para caminar por entre miedos de las tumbas cercanas al lugar en donde pierdes absolutamente todo el movimiento.
Joven: (Continúa con la misma línea discursiva) Y ahí quedarás. Reposarás mucho más tiempo del que se te fue permitido moverte en tus jornadas laborales.
Ahora vas a escuchar desde abajo, como viene un tren desde lejos. Vestido de sur te dejo.
Hombre: (Siempre desde la cena elegante) Gracias a todos lo que hoy han venido, para mi es un honor recibir este reconocimiento. Yo se que alguno de ustedes tienen sueño. Yo muchas veces pesadillas, pero es la lluvia, es el invierno, gracias por venir, por mirarme con esos ojos, pero no me miren así que me enamoro y me pierdo. 

Ahora se retrata la vida de Neruda en las pobres pensiones de Santiago de Chile, sin dinero y muy delgado. No me he podido olvidar al escribir esto de la falta de alimentos que sufrió en esta época. Es por eso que estas secuencias que escribo a continuación tienen dos planos escenográficos. Un espacio es una habitación muy pobre de pensión y el segundo es una mesa muy refinada, que alude a la cantidad de recepciones que se le hacían al poeta en grandes banquetes, en embajadas y hoteles.Ambas en distintas épocas y estilos.

 

 

Pensión

Joven: Nada me anima, nada que se mueve me sorprende, nada que veo me alucina, esta pieza es un horror y la lluvia dice muerte, después de repetir en su trayecto mi nombre, nada me moviliza, no tengo más ganas que las de mover la mano, no puedo estar así por más tiempo, no se que hacer, escribo cartas las envío y me llegan, no puedo soportar más esta pobreza, que es hambre, pero también es miedo, no se que pasará mañana, no puedo contentarme con hoy, este hoy que  esto. Miro por la ventana y me inventan en esta calle sucia. Trato de moverme, pero no puedo… no soy claro en las cosas que digo , ni en las cosas que veo, miento demasiado y pagaré por ello, estoy pagando ahora también otro suceso, estoy pagando lo que imagine con furia, estoy pagando, sé que algo estoy pagando.
Estoy pagando el haber nacido tan al sur como el trueno. Estoy pagando mi nombre y no me alcanza para pagar mi acento, estoy pagando con mi cuerpo la vida que me invento. Robo de hambre y robo de los días algunos hechos, pocos y simples… mientras estoy pagando veo como me endeudo. Necesito cosas raras, para poder creer de nuevo. Quiero otras cosas no las que estoy viendo. Quiero otro día, otro día que no sea tan de invierno.


 

Entra a la habitación la dueña de la pensión

Dueña de la pensión: Si usted no paga no se puede quedar, yo lo siento, no es  que lo quiera echar, pero yo necesito el dinero
Joven: Pero es que le pago mañana
Dueña de la pensión: Es que si no me paga mañana se va, con el dolor de mi alma, lo echo, sus pocas cosas las junto y las tiro. Usted no es mi hijo y no tengo porque hacerle favores.
Joven: Mañana
Dueña de la pensión: Usted dice siempre mañana (Se va) y yo quiero hoy.
Joven: Hoy, hoy estuve pensando y me dolió la cabeza como ayer cuando salí a dar un paseo y me dolieron las piernas, hoy me pongo frente a las cosas de esta casa, que es una pensión pobre,  todas las cosas de esta pensión y veo que cada una tiene un peso y de inmediato pienso que puedo reemplazar todas las cosas que tengo en esta casa por piedras que pesen exactamente igual a las cosas que le han dado a este lugar una apariencia.
Madre: (Aparece la madre muerta) Estás tan delgado que te podría llevar un poquito de viento, sólo un poco de él.
Joven: Y miré por la ventana y sentí que las cosas pesaban, y me di cuenta de que no tenía casa, sino una gran número de piedras. Por la ventana vi el peso de las piedras que caminaban, por la calle que se inventa detrás de la ventana.
Madre: Estás en los huesos y eso debieras dejárselo a las calaveras
Joven: Hoy, no saldré a caminar porque nuevamente me dolerán las piernas. Hoy me doy cuenta de que los días no son piedras, sino plumas, son plumas de un pájaro ordinario, de ninguna ave exótica son las plumas de los días. Me topo con alguien que no es piedra y nos tratamos mal. Hoy me gustaría sentarme y descansar, que mi cuerpo se olvide de mí y que se sepa al mirarme que soy piedra y no yo.
Madre: Eres tan flaco, tan sencillo, pero no eres como cualquiera.
Joven: Hoy me doy cuenta que nunca escribí un diario, uno así de dolor infernal como lo de los meses pasados y pesados de piedras.
Madre: Ay, los huesos de mi hijo
Joven: Hoy que pretendo ser piedra y no de ti, me caigo al suelo más de lo debido. Me doy cuenta de que mi vida es lo que hice y que he hecho muchas cosas mal y ahora todo se tratará de tocar a una pluma suave y otra dura del cuello. Ahora que estoy ausente, que no me veo ni me parezco quisiera empezar de nuevo, pero vivo en una ciudad de piedras y de plumas que no me lo permiten. Hoy que soy bueno, ya no creo en dios y me doy cuenta de que mis errores no puedo remediarlos. Es así. Es la pobreza
Madre: Hijo, come lo que sea. Llénate de pan, engorda. Ay su calavera, ay su monumento.
Joven: Es la vida por la superficie tonta la que da vueltas. Es la vida innecesaria la que pedaleamos y ahora que es la vida real la que sueño estoy en una pesadilla. No exijo nada de nada, de nada, de nada, de nada, y si repitiera esto mil veces sabrías dónde estoy y que deseo. (A la madre) Perdona mi espectáculo tan pobre. Y me interesa que sepas que no me obsesiono con tu personaje, sino que te dimensiono. Y lo único que hay de común entre el teatro y la vida son las emociones: y yo no las oculto. Y el miedo a perder la sensación de haberte liberado de mí es lo mismo que repetir un ensayo, que sepas que se muy bien, ahora, qué es la vida y cuál su espectáculo. Quisiera aliviarme, como digo, como me digo, como me digo ahora que no me llamas y ahora con hambre y tener hambre es algo que a uno lo pilla desprevenido, no sabemos realmente cuando la sentimos, es algo terminal como el deseo, es salvaje, el hambre... desde el hambre se entiende al mundo y no comido se sobreactúa. Este es el cuadrado (Lo dice por la ventana de la habitación) pobre desde dónde aprendo y miro. Cada vez que miro me doy más cuenta de lo pobre, que es esta triste habitación. Me complica mucho que esta habitación vaya ser mi vida. Pienso que las paredes de esta habitación se descascaran como yo pienso que pasan los días. Esta mesa es sencilla y cuando tengo rabia digo que esta es una mesa de mierda y pobre. Estas paredes tienen un papel del que no se distinguen ya los motivos. Desde esta habitación yo me veo. Este suelo está limpio, pero es un suelo feo y sucio. Este suelo es deprimente y cuando tengo rabia digo que este es un suelo de mierda, y me acuerdo de cómo le digo a los suelos con agua de mi infancia. Después paseo los ojos por los libros que hay en esta pieza y sé perfectamente cuales he leído y cuales releídos. Desde esta habitación uno al mundo lo imagina horrible.

(Entra el niño a la habitación de la pensión vestido con el traje que le queda inmenso)

Niño: Yo acá pondría la parte delantera de un barco.
Joven: ¡Yo también! y acá ¿Qué pondrías?
Niño: Una mesa azul con vasos de colores
Joven: Yo pondría acá, por ejemplo, una estantería gruesa de color rosado
Niño: Y le ponemos fotos de otros países
Joven: Tenemos que hacer los viajes
Niño: Acá yo pondría un cuadro
Joven: Y dentro de el ¿Qué habría?
Niño: El retrato de una mujer que me guste mucho
Joven: Tendrás que conocerla para saber lo que verías
Niño: No, porque voy a tener varias
Joven: Entonces tendrás que esconder lo cuadros después de cada orgía
Niño: Yo acá voy a poner una escultura gigante
Joven: ¿Tú crees que acá cabria?
Niño: No, porque esta no va ser tu casa
Joven: Entonces tampoco la mía
Niño: No y sabes que vamos a tener varias
Joven: ¿Y cómo las reconocerías?
Niño: Poniéndoles nombres
Joven: Claro, así se sabría

(Se activa otro espacio del escenario en  donde esta el gran banquete y vemos una mesa enorme llena de comida y muchos cubiertos, etc.)

Hombre: Gracias por venir, perdón por mi retraso. Estoy feliz de estar entre ustedes y doce cubiertos con cinco tenedores a un lado y cuatro cuchillos en otro. Estoy feliz, eso es lo primero y me acuerdo de mí patria, eso es lo segundo, pero también estoy triste por ello y así que lo mejor será que decir que estoy feliz entre ustedes, sí, eso es lo más importante que tengo que decir: que estoy feliz que me miren con esos ojos y hablar sobre mi por horas. ¿Qué? ah, sí, Birmania, realmente Birmania es un país inventado, raro, rarísimo. Con unas costumbres y con unas palabras, ay Birmania ¿Dónde estás que no te veo?. Gracias, gracias por brindar por mi y no me miren con esos ojos que me enamoro... soy un árbol que se pega las hojas... Salud y salud también por ustedes. Soy un árbol que se pega hojas...Gracias por estar acá, por venir a verme, por estar entre ustedes en esta cena jamás imaginada, esta noche es una noche alucinante y en la oscuridad de esta noche, lejos de esta fiesta ¿Qué árbol soy? y entre ustedes bellas personas, si, bellas personas que brindan por mí, porque hoy me he ganado un premio, que no es menor y lo disfruto junto a ustedes. Estoy feliz y estoy borracho, no, no quiero comer muchas gracias,  gracias, esta todo delicioso, pero se me quita el hambre cuando me acuerdo de mi juventud, no, que he comido antes de salir y perfumarme, muchas gracias, gracias, gracias, de corazón, no se como agradecer y es un dilema ridículo.

(El hombre en una servilleta mete la comida y la esconde, esta acción debemos registrarla para poder entender la escena siguiente)

Hombre: Vuelvo enseguida, un momento, tengo que hacer una llamada a Chile, es importante.(El Hombre se  va a la habitación pobre del joven delgado)
Hombre: He traído algo
Joven: ¿Qué, además de años qué?
Hombre: Te traje esto (Le da el paño con comida)
Joven: No la quiero gracias
Hombre: Pero mira como estas
Joven: Pero mírate a ti, finalmente engordo
Hombre: Pero tienes hambre ahora
Joven: Y tú tienes una lastima que seguro si la como, vomito
Hombre: ¿Qué te pasa?
Joven: Que no te conozco
Hombre:  Ah
Joven: ¿Qué dirás de mí cuando vuelvas a la mesa?
Hombre: No hablaré de ti, que te pasó en Birmania
Joven: Prefiero que te vayas porque estoy escribiendo

  (Se va y vuelve a la mesa elegante)

Hombre: He tenido que hacer más de una llamada, perdón por mi retraso... uf que son cinco o seis horas menos allá. Qué... que les cuente de Birmania (Neruda no quiere hablar de eso, porque le ha dicho al joven Neruda que no lo hará) Ah, si... Como ya les dije ¿no?... Bueno… Bueno ella fue una mujer impresionante, como si hubiese sido inventada, algo raro, rarísmo…

 (Vuelve a la pensión)

Hombre: Sabes que me he emborrachado…
Joven: Sabes que el niño tiene pesadillas
Hombre:
Joven: Y tú te emborrachas
Hombre: Sí y además tengo una mujer y tengo otra
Joven:
Hombre: Sí tengo una vida y tengo otra
Joven:
Hombre:
Joven: Tenias mucha hambre
Hombre: Sí
Joven: Te acordaste de la lluvia
Hombre:
Joven: ¿Estás borracho?
Hombre: Si... ¿Qué pasó en Birmania para poder contarlo?
Joven: Duérmete...Yo voy a robar algo de comida
Hombre: Pero si te he traído algo
Joven: Si, pero yo tengo hambre ahora. Hoy te ganaste un premio guatón. Debes volver a la mesa (El niño se despierta y vemos que sale) ¿Dónde vas tú?
Niño: No, yo no puedo dormir, hoy se murió mi padre, voy de inmediato. Llueve, acá y en el cementerio, irá poca gente y si no voy se notará. Voy de negro como irán mis tíos, delgados como se ve la vida ahora que mi padre está tendido, y llueve sobre su silencio, voy a enterrar a mi padre con frío, con los pies húmedos y el cuello mojado. Me entrará agua por el cuello...y no sentirá más de lo que sabe, porque esta así , deudo, entre otros que vivieron como él, y las líneas de un tren muy cargado pasan a metros de él, para que no se olvide. Muere en el sur el que fue mi padre que ya no será raíz de nada, sólo del frío. Dueña de la pensión: (Irrumpe) No ha pagado hoy. Sus cosas están afuera. Lo siento. Váyase Entra una mujer hermosa, es la mujer que Neruda conoció en Birmania, la exótica Josie Bliss, aquella que lo amo con furia y que a él le terminó por asustar tanto que tuvo que arrancarse, por miedo a que lo matara. A esa mujer el joven Neruda no la conoce, entonces resulta ser una aparición. Una premonición que se volverá realidad escenas más  adelante.
Mujer exótica: Voy a inventar un país al que vendrás dentro de poco
Joven: ¿Y para qué?
Mujer exótica: Para que veas que no todo esto es igual a tu pobre habitación
Joven: Qué país inventas
Mujer exótica: Invento el país en el que me he criado
Joven: Y las costumbres ¿Estas hablando de Birmania?
Mujer exótica: Claro, invento las costumbres del país de donde vengo, también la lengua que hablarán todos para sorprenderte y cada vez que la quieras aprender aparecerán más palabras inventadas para que creas que nuestra lengua es inmensa como los campos de arroz en los que trabaja la mayoría de la población del país inventado
Joven: ¿Y cuándo iré?
Mujer exótica: Cuando salgas de esa pobre pieza
Joven: ¿Y qué haré?
Mujer exótica: Serás soldado, el soldado que vigilará los días y te sorprenderas de mi
Joven: ¿Por qué?
Mujer exótica: Porque soy salvaje y dolorosa
Joven: ¿Qué?
Mujer exótica: Sí. Te va a sorprender mi acento, mi manera de mover las manos y sobre todo te va a sorprender el color de mi piel
Joven: ¡De tu piel!
Mujer exótica: Sí de mi piel
Joven: ¿Y dónde has puesto a tu país?
Mujer exótica: En medio de otros tan extraño como este
Joven: Mi país también es inventado
Mujer exótica: No, tu país ya sufre desde hace mucho tiempo. Justo al frente. No oyes los gritos.
Joven: ¿Cuándo llego?
Mujer exótica: Cuando seas encargado de tu país en el mío
Joven: ¿Y qué haré?
Mujer exótica:  Me conocerás y te volverás loco. Yo soy una mujer extraña para ti y hago que  sientas que es extraña la vida y son extrañas las cosas y crees demasiado en lo que ves y ese es tu error. Yo soy una mujer, me invento rara para ti. También son raras para ti nuestras costumbres que se inventan para confundirte y aunque no entiendas para poder responder a mis palabras te van a volver loco mis abrazos, y me invento tan violenta que te espanto, que te asusto, y más te atraigo. Eso  pasó en Birmania.
Dueña de la pensión: (Irrumpe) No ha pagado hoy. Sus cosas están afuera. Lo siento. Váyase.

(El hombre vio la escena de él joven con la Mujer Exótica y vuelve a la cena).

 

 



Dos

Hombre: Perdónenme el retraso, estaba hablando con Chile, ay mi país. Ay Birmania. Que les puedo decir, noches de calor, mosquiteros, soledad y una mujer realmente salvaje y violenta. De qué más hablamos. Ay, estoy cansado y ya no me acuerdo. Gracias por venir, por molestarme. Sinceramente les agradezco, fue muy divertido, no saben como me he reído, ni como he comido,  ni lo bien que me la he pasado entre ustedes hablando estupideces. Si yo tengo que dormir, porque mañana parto a Chile a ponerle mi nombre a una calle, a otra, sí, a otra.

La fiesta se desvanece Neruda queda solo, pasa un tren, llega el niño

Niño: Se morirá mi padre, iré a su entierro con sueño, no tendré su nombre, no será el mismo al que le crece el pelo, este clima regará a mi padre tendido que ya no será nada, sólo raíz del frío.
Hombre: (Inauguración de algo, se escuchan aplausos) Quiero agradecer a las autoridades y a las personas que han dejado sus labores para venir a este homenaje, agradezco a todos lo que me han enviado sus felicitaciones y hoy estoy especialmente contento porque recibo un premio desde el lugar desde donde vengo, desde donde viene todo mi dolor, todo mi invierno.  Esta ciudad es pequeña y sus habitantes malvados y a ellos también les agradezco, les agradezco pensar que me enfermaba cada tarde, y que la lluvia era después de repetir en su trayecto mi nombre. Agradezco a las personas que no me conocen y me ven hoy celebrando algo que ni yo mismo entiendo. He venido en varias oportunidades y este reconocimiento me halaga mucho menos de lo que he sufrido, quiero comentar que he vivido en muchos sitios y jamás he olvidado a este pueblo tan austral que me tuvo pensando en el suicidio, es increíble salir de un pueblo que se puso al último. Agradecer a los malos consejos y a las maravillosas maestras de infancia. Agradecerle a Gabriela. A ella si que le agradezco. Agradecer también en esta oportunidad a todos los que han realizado ese desfile con tan poco ensayo y a la banda que ha tocado en apocalíptico trueno. Agradecer a las personas que son de mi familia y que jamás confiaron en mí. Agradecerle a los muertos, que más de una vez miré con miedo o desprecio. El que hoy se me haga este homenaje en la ciudad que me parió, me llena de miedo. Les suplico que me excusen un minuto o dos, que tengo que enviar un documento importante, es mi último libro y debo enviarlo hoy o sino llega tarde, perdónenme un momento.

(Mientras el Hombre recibe este homenaje, el joven esta en la mesa de los banquetes comiendo o devorando algo de comer. El niño se pasea con una almohada. El Hombre va hacía él. El joven los escucha desde la mesa de los banquetes. El hombre se va del homenaje que le hacen y se va a dormir al niño)(El hombre es Neruda y el Niño habla en los paréntesis)

Hombre: Es un hombre triste, (por qué) porque delante de él el paisaje es triste (por qué) porque tiene dueño (y el hombre) él viene de su casa al bosque y del bosque a su casa. (¿Siempre?) Habrá un momento en donde sólo habrá un trayecto y eso dará aviso de su muerte. (¿De qué muere?) de viejo (¿Y qué hizo en su vida?) El hombre vivió unos años explotado por los que se han creído dueños de un paisaje. El hombre vivirá en un país que también lo destruirán los hombres y mujeres. Ese hombre tendrá un paisaje inventado y en un país vivirá delimitado, no sólo por el bosque sino por los dueños de ese bosque. Ese bosque es grande como el mundo, pero el mundo no necesita a los dueños de ese bosque, ni los árboles tampoco. Ni la lluvia tampoco. Ni tú tampoco. (¿Cuántos de esos hombres hay?)
Niño: Yo no voy a tener un bosque, voy a escribir sobre él. No voy hacer un hombre, porque voy a ser varios. Yo no dejaré que nadie se crea dueño ni de un río, ni de los lagos.

(El joven delgado con una maleta y la boca llena, entra el padre)

Padre: Si tú no eres minero ¿por qué hablas de ellos? ¿Qué sabes tú que es ir y venir de un cerro a casa y de la casa al cerro?. No serás carpintero ni te clavaras los dedos, no sabrás mucho, de las cosas de las que hablas y escribes y ¿Qué te crees?, ¿Qué se puede saber cuando no has acabado en tu vida una jornada de trabajo?, dime cuál es tu trabajo, dime ¿Por qué crees que lo que escribes, es lo que es?. ¿Por qué supones tantas cosas?, tú no eres hombre, no, menos uno que trabaje, así que no inventes historias donde no las hay, no digas cosas sólo por verlas o sentirlas que así enredas más al mundo. Déjale al mundo las personas que trabajan, aunque no quieran vivir en él ¿Qué haces? ¿A dónde acarreas esa maleta?
Joven: Mi mano sujeta una maleta, voy con pocas cosas y tú estas muerto o te morirás dentro  de poco, con frío

(Niño y Hombre)

Niño: Entonces yo no quiero ver a los hombres
Hombre: Y qué quieres
Niño: Quiero una fiesta
Hombre: Muy bien, yo tengo que volver al homenaje
Niño: ¿Pero a la fiesta irán los hombres?
Hombre:
Niño: Entonces que vengan disfrazados

(El joven delgado ve que el hombre y el niño conversan, viene con una maleta)

Joven: Chao
Hombre: Suerte, son los mosquitos.
Niño: ¿Dónde te vas?
Joven: A otro país
Niño: ¿Cuál?
Joven: Rangún
Niño: ¿Dónde queda eso?
Hombre: En Birmania
Niño: Ah, te vamos a echar de menos, nosotros vamos a una fiesta
Joven: ¿Una fiesta? ¿Quiénes vendrán?
Niño: Hombres disfrazados
Joven: ¿Y qué clase de fiesta es esa?
Hombre: Una de disfraces
Niño: Sí, porque no queremos ver a los hombres

(Todos ríen, se van a un lado el hombre y el joven)

Hombre: Ten cuidado
Joven: Ya te contaré para que puedas decir que pasó en Birmania, cuando te pregunten
Hombre: Gracias, suerte.

(El hombre vuelve al homenaje y deja el tono cariñoso con el niño y se vuelve majestuoso e imponente)

Hombre: Los bosques de Chile y los ríos de Chile, ay los árboles de Chile, pero en Chile los terremotos y los incendios y las inundaciones, siempre, son como el viento, vienen todos los años, no se pierden ni una, vienen en la paz de la noche o en la furia del día. Así es Chile, rencoroso con el mismo, duro como lo que pasa al frente, triste, no perdona, como este pueblo que hoy me hace la pata, como dos hermanos celosos, lo tapa la cordillera, para que no vea el mundo este espectáculo entre los dueños de los paisajes y los dueños de los pobres zapatos. Les agradezco nuevamente esta ceremonia, todo esto ha estado perfecto, el homenaje ha sido para mí un aburrimiento.


Fiesta de disfraces:Obra infantil

(Esta fiesta de disfraces es una pieza infantil dentro de la obra, debe ser exageradamente  maqueteada, con vestuarios claros, es una obra dentro de la obra y que se va  a repetir en escenas siguientes)

Bombero: Yo soy un bombero
Leñador: Yo soy un leñador
Niño: Y usted quién es
Fuego: Soy el fuego
Niño: ¿Y usted?
Árbol: Un árbol
Pájaro: Yo soy un pájaro que está sobre este árbol
Niño: Los pájaros no son tan gordos
Pájaro: ni los niños tan preguntones

(La fiesta se empieza a volver cruel, los disfrazados son el bosque)

Niño: Quiero subirme al árbol, a pillar esa ardilla.

(El niño sube y el leñador corta el árbol y el niño cae)

Niño: Quiero tener ese pájaro en mi mano (El pájaro lo aplasta)
Niño: Quiero que el pájaro me suba al árbol (El pájaro lo sube y el niño desde el árbol dice)
Niño: Nadie es dueño de este bosque
Pájaro: ¿Qué?
Niño: Ni la ardilla, ni el bombero
Ardilla: El leñador quiere cortar el árbol
Niño: ¿Por qué lo cortas?
Leñador: Porque este bosque tiene dueño
Niño: ¿Quién es el dueño de este bosque?
Leñador: Pregúntaselo al árbol
Niño: Quiero hablar con el dueño
Ardilla: Corre mejor, que llega el fuego
Niño: ¿Por qué incendias este bosque?
Fuego: No es mi culpa, yo solo soy el fuego
Niño: No te acerques que hay una ardilla
Fuego: Sí, y también miles de insectos
Niño: ¿Nadie viene disfrazado de lluvia?
Ardilla: Mira ahí viene un bombero
Árbol: Habla con el fuego

(El fuego se abalanza sobre la ardilla que muere)

Niño: Ah muerto la ardilla
Fuego: Si no fui yo, solo mi movimiento
Niño: El leñador, dónde esta el leñador
Árbol: También está muerto
Niño: Este árbol empieza a estar caliente
Bombero: No te muevas
Niño: No me muevo

(El fuego se abalanza sobre el niño. Los disfrazados huyen)

(Sigue el homenaje)

Hombre: (Borracho) Se ha muerto mi niño, en medio de los bosques que guardan como fantasmas los secretos de este pueblo que hoy se paraliza para decirme cosas que me halaguen, cómo le decimos al invierno ahora que todo arde. Hoy que era un día alegre me pongo triste porque el tiempo pase y aunque me busque entre ustedes no me veo, aunque me ubique entre los últimos niños que están allá al fondo preguntándose con curiosidad ¿Por qué hay tanto alboroto? No me encuentro, gracias a este homenaje, en donde ha muerto mi niño. Si ustedes no quieren aplaudir los entiendo.



Carta desde Birmania del Joven:
Joven: Gordo, cómo esta el niño, como sigue la fiesta. Acá también están disfrazados, pero han disfrazado la ciudad completa, incluso están disfrazadas las calles, los gestos, es el disfraz del mundo, el juego gordo, qué tal el niño, he venido  acá con un cargo y ya estoy pesando más. Nada de lo que veo me recuerda a nada. Soy como un soldado que custodia los días. En servicio compruebo sus horas,  con estos olores, el calor, el sonido de los mosquitos, es salvaje, el idioma  es imposible y leo, después lloro lo leído, escribo lo que veo y hay una mujer, como si la hubiese conocido que se me acerca más de una vez y me está dejando sordo. No puedo hablar mucho, porque no me comunico, a veces llegan cosas de Chile que no son familiares, que tal el niño, creo que me estoy enamorando de una mujer invitada a la fiesta de disfraces de su país, tiene los pies oscuros. No sé que más contarles, que les extraño, que cuando pueda te diré que tienes qué decir en las fiestas cuando te pregunten de Birmania. Qué tal el niño, qué tal sus pesadillas. No puedo creer la mayoría de las cosas que veo. Te digo soy como un soldado destinado a no sé qué, a dar vueltas las páginas de un calendario. Se supone que luego haré un montón de amigos, pero estoy tan solo, supongo que a la fiesta de ustedes llegaría alguien que no tenía disfraz, ¿Cuando se disfraza uno, cuando esta igual al resto o se le parece? El sonido de los mosquitos no me quita el ruido de los trenes, pero es agobiante, bebo más de lo debido y te empiezo a entender mejor, perdona por no escribirte muy seguido. Al parecer no me llegan todas las cartas. Cuida al niño. Hazle fiestas de disfraces, invéntale cosas, que no se nos muera gordo, cuídalo, saludos Pablo.




Ahora el Hombre inaugura una estatua
Hombre: Gracias por hacer esta estatua, a las manos del artista que me dibujo narigón y feo. Veo que estudió con cuidado mi figura y me debe haber visto mas guatón de lo que soy, pero no me ofende sino que me da risa verme de piedra, me acuerdo que una vez, muy joven, pensé que en mí casa las cosas eran piedras y ahora que soy piedra realmente no lo creo, era una premonición, gracias al alcalde, a las señora del alcalde a la amante del alcalde a la puta que se acuesta con en alcalde y a este pueblo, gracias a los niños que se subirán en ella y a las palomas que van a cagar mi cabeza, de piedra por supuesto y muchas gracias a todos las personas que subieron esta piedra y a las manos benditas que la labraron. Ah y gracias por ponerle a esta plaza mi nombre, ojalá acá  descanse algún chileno, ojalá que el alcalde deje descansar en la plaza al chileno, y el cura que también deje en esta plaza descansar al chileno y que el chileno que descanse en esta plaza se olvide de su condición y sus limitaciones y que se tire al pasto a reírse de esta piedra que soy yo, y a los que rayen mi cuerpo de piedra les agradezco que perfilen mi cintura y a los enamorados que rayen en alguna parte de ella sus nombres también agradezco, a las personas que están  en este acto y a las que no vinieron, a las que ya descansan en esta plaza, nortina, esta plaza que esta hecha para que el chileno descansado mire a los cerros.




Joven desde Birmania
Joven:
 Colores fuertes, colores rojos, gente con trapos en la cabeza, mujeres con derecho a voto, raza rara indómita, también educada, ingleses insoportables lejos de todo, una fiesta de disfraces, eso tienes que decir cuando te pregunten por Birmania. Doy paseos por un teatro de cosas raras, es que todo es extraño, hay whisky, lo bebo, me visto de blanco y por las noches estoy con un calor inimaginable entre mosquiteros, hay una mujer que se pone flores en los pies, paseamos juntos, pero cada paseo se vuelve extraño, me gusta mucho, pero no sé que tiene que me da miedo. Es como si me inventara un sueño.



Homenaje al hombre

(Estamos en un acto escolar)

Voz off: Damos por inaugurado el año académico 1963 del cuarto de primaria, ahora veremos la representación "Bosque mío" escrito y dirigida por la señora profesora Olga Neyra, ella con un grupo de estudiantes se sienten homenajeados que en la apertura de este año académico este con nosotros el poeta, poeta que le da su nombre y su espíritu a este establecimiento.

(Se escuchan aplausos)

(Al escenario entran los mismos personajes de la fiesta de disfraces que atraparon al niño, esto al Hombre le provoca un miedo horroroso) (Empieza la representación)

Árbol: Yo soy un árbol
Bombero: Yo un bombero
Fuego: Yo el fuego
Ardilla: Yo una ardilla
Ardilla: Y este un pájaro gordo

(El hombre, que es Neruda, que esta mirando la representación, se levanta de un salto)

Hombre: Alto niños, no sigan con lo que ya han mostrado es suficiente, una bella representación hecha por la maestra (Se le olvida el nombre y por detrás ella le dice: Olga Neyra, pero ¿Qué le pasa?) nada que ha estado maravilloso, no saben el honor que me da a mí que este liceo público lleve mi nombre, me siento agradecido que mi perfil aparezca en la bandera y en las insignias, me honra demasiado que una estrofa del coro diga mi nombre, así que agradezco a la encargada de educación, al intendente a la vieja que hizo este acto, a los apoderados que se han gastado todo el dinero en la manufactura de estos disfraces, que están realmente iguales que la realidad, ustedes saben ya que yo soy del sur y ha sido eso, lo que me a provocado esta impresión tan grande, agradezco al director del liceo, este peladito, y a todo el cuerpo docente, a los pequeños alumnos y a los que ya están a las puertas de la madurez, de una pobreza cruel y salvaje, a esos alumnos a los que se gradúan a finales de este año, le quiero decir que es imposible retroceder los años y que esto señores, estos profesores, que la vieja esta (Olga Neyra) tiene una intención que no se acomoda a vuestras necesidades, así que estudiante chileno, aunque tienen un país largo, no debes pensar tanto en el destierro, todas esas clases, agónicas clases, largas horas de encierro, que somos animales siendo criados para un matadero, entonces quiero agradecer este acto de todo corazón, agradecer la representación y a la señora Neyra, a su mal gusto, por sus esfuerzo y los días de ensayo, en donde los niños felices perdían clases ... y a los  más pequeños, a los que ahora solo ven a un viejo loco con miedo, decirles que se olviden del invierno, que se acuerden de todo, que si lo que imaginan no es lo que ven, que se lo inventen. A ese que esta allá callado en la fila, que podría ser yo si no hubieses muerto por saber que los hombres se creían dueño del mundo, a ese paliducho que ahora mientras hablo bosteza le digo no me hagas caso, no me escuches, mira a esa niña que te gusta, a esa que te pones nervioso, por la que te perfumas y llegas oloroso, a esa niña mira, no me escuches, y a todos ustedes muchas gracias por este acto, maravilloso lleno de sorpresas, gracias por este regalo pobre que me hacen, que seguro lo olvidaré en el hotel, pero ahora que lo veo y lo tengo en mis manos me alegra, a ver, voy abrir este regalo, (lo mira) pero mira si es un reloj de pared horrible, es maravilloso, con este regalo han dejado de comprar libros para que yo me vaya contento, muchas gracias, lindos los disfraces, lindo todo, muchas gracias.


Joven: (Desde Birmania) Sigo acá , me enamoré de una mujer peligrosa, es tremenda (ella es la que me esconde las cartas, así que no sé si me has escrito), me persigue, esta soledad la está llenando ella, me esta llenando de miedo, es extraña, parece disfrazada, como si hubiese inventado todo esto para alucinarme, tengo un poco de miedo, escondo los cuchillos, los guardo por miedo a que me mate, sigo absolutamente conmigo, nadie más, hay whisky, si hay whisky y lo tomo, el calor me vuelve tan loco como esta mujer, ella se pone flores en los pies y mi cabeza se retuerce,  dormimos entre mosquiteros, no me deja salir y a dar paseos, creo que me iré, no puedo seguir con esto, estoy muy solo, ningún país que limita me da confianza, ninguno, ninguno de ellos me es familiar, esta parte del mundo esta disfrazada. Tengo miedo a que esta mujer me quemé con ácido la cara, creo que me quiere para siempre, creo que ella quiere decirme que el amor es violento y creo que le responderé con mi huida, luego te cuento gordo, seguro que no paras de inaugurar  monumentos. Qué tal el niño. Esto es Birmania. Pero ya vuelvo, arranco, se va el soldado.

(Niño y hombre)

Niño: Quiero ese
Hombre: También ese
Niño: Sí, ese y este otro(Asiente)
Niño: No, quiero cambiar ese, por dos de los azules
Hombre: Entonces quieres estos dos pájaros azules en vez de esas revistas viejas
Niño:  No también quiero las revistas y quiero que sean rojos los pájaros
Hombre: Sí, igual llevaremos los rojos que son bonitos
Niño:
Hombre: Sí ese es muy bonito
Niño: Si ese también lo quiero (Quiebre)
Niño: Dime que estoy contento
Hombre: Estás contento
Niño: Dime que estoy feliz de tener la edad que tengo
Hombre: Estás feliz por tu edad
Niño: Dime que voy a crecer
Hombre: Vas a crecer
Niño: Dime que voy a ser grande
Hombre: Vas a ser grande
Niño: Dime que voy a ver agua y no le voy a decir agua
Hombre: Vas a llamar agua al agua
Niño: Ni al frío, frío
Hombre: No le llamarás como todos al frío
Niño: Dime que siempre le voy hablar a la muerte
Hombre: Siempre

(Niño desaparece y entran al escenario muchas cajas)

Hombre: Los tenedores las cucharas hermosas, los cuadros de este salón, ustedes que son unos invitados fantásticos que hablan de mi con cariño, les agradezco tanto que hayan venido, porque sin ustedes esto no hubiese sido lo que ha sido, yo tengo que volver a Chile, el país catastrófico y suicida del que vengo, debo volver sí se que me tendrán envidia, pero es así, es la pena su amuleto... yo le agradezco esta noche los temas que hemos tocado y la cantidad de veces que han brindado por mí, ya incluso le dolerán los brazos de levantar tanto las copas. Juro que las próximas veladas yo hablaré de Birmania, pero en estos momentos no puedo, porque tengo que enterrar a un niño que ya sabe que son hombres, porque sabe que son ellos los que debilitan el pueblo que prometen. Lo siento, hoy estoy muy triste y también estoy borracho, tengo que irme de inmediato, donde está Chile ahora, ¿dónde? ¿dónde queda?, perdón, me puede decir alguien donde esta Chile en esta cena. No se sienta, no hay nadie que diga bien conchetumadre, ni nadie me va a echar una chucheada si digo algo, perdón por mí comportamiento lo que pasa es que estoy cansado, pero no dejo de agradecer a los organizadores y que una calle tan lejos de Chile tenga mi nombre es fantástico, ojalá sea una calle de la discordia, perdón de la concordia, que no atropellen a nadie en la calle que bautizan con mi nombre. Quiero llevarme todas estas rarezas, las revistas viejas y los pájaros de colores, quiero que me sirvan todas, no quiero dejar nada, que me las suban al barco, me las lleven que voy adornar mis casas, de cosas raras, porque raro es el mundo y más raro es que yo tenga casa. Quiero llevarme los cristales y los platos rojos, lo pájaros embalsamados y los anteojos de viejo, las revistas viejas, los pájaros azules y rojos, el portal de la iglesia y ese crucifijo, quiero hacer una muestra de cada uno de los oficios, que cada cosa tiene su rareza y esto puede llegar a ser maravilloso, quiero que tengan cuidado con esas cajas, que se llenan de cosas que jamás pensaron en posarse como adorno de mi casa que es guarida, de mi casa que es libertad, de mi casa que es jugueteo. Quiero estos juguetes para que vengan mis amigos, quiero que todos tengan un buen rato conmigo, quiero que se sorprendan todos los niños, quiero que los niños que festejan conmigo se diviertan entre estas cosas que no sé ya ni de dónde han salido. Porque van a ver fiestas en mi casa. Y van a venir los niños, que no se quede ningún juguete. No tendré una casa sino que tendré varias y la llenaré de cosas raras, porque es más raro el mundo que habita en mí que la tierra en esta galaxia.
Mujer exótica:Te fuiste creyendo que yo te amaba, si todo esto lo invente. Te fuiste y escribiste cosas de mí, como si yo no te hubiese dicho que el paisaje para ti es inventado. A gente después de tu huida se volvió normal y las palabras eran más sencillas, se fue el calor, tú te creías soldado custodiando los días y yo fui la que te inventó esto, esto que te pasó, alguna vez en tu vida. Ándate que no eres de acá. Piensa, piensa que esto es verdad, se que escondiste el cuchillo por miedo a que te matara, no te equivocabas, pero antes de hacerlo iba decirte que esto era falso, que no existía, que no era más que echarle ideas a toda tu energía, esa que tú revuelves y descargas en la tinta, ahora mi piel se aclara y quito las flores de mis pies oscuros. Soy una inventa hombre y tú no sabes querer.Te quise decir y no entendiste nada, quería explicarte y movías la cabeza, tú tratabas de pensar que yo te amaba y eso era lo que me prendía, lo que me hacia fuego. Ahora te inventaran otros países y tu creerás que estas viviendo. Orinaré la cama en donde nos acostábamos. Vas a contar muchas cosas, vas a inventar varias.

Ahora entra en la obra la clave espacial, es decir, esta obra Tengo un nombre y quiero otro se estrenará en el teatro Antonio Varas , este teatro nacional esta ubicado justo al frente del teatro la moneda, el que en el año 1973 fue bombardeado por las fuerzas que dirigía Pinochet. Este acto, que es el último, comenta el quehacer teatral, la representación, la ficción, la muerte de Neruda agonizada por las noticias del golpe militar. No olvidemos que a Neruda no se le explicó o no supo la real dimensión de los sucesos acaecidos el 11 de septiembre de 1973, su muerte está fechada el día 23 de septiembre del mismo año fatídico.
En el escenario la atmósfera cambia, la luz es mas difusa, los cuerpos, todos los actores entran a escena, como si algo les llamara. Fuera del teatro, a la entrada de la sala se escuchan sonidos de helicópteros, bombas, metralletas, etc.

Madre: Te hago
Padre: Te insulto
Joven: Uno va, llega, conoce, se espanta y huye y nuevamente conoces y te espantas y recuerdas que estuviste, que te espantaste, escribes sobre la huida y luego lees y te espantas y comentas los hechos, exagerando, porque nos pasan cosas. Tenía un nombre y quise otro. Tenía hambre, tengo hambre y vuelvo y he conocido y he visto y pudimos haber sido. Esto, lo que ahora digo, no se piensa cuando se camina por la calle, cuando la rutina endurece el paso de los días y yo fui soldado de ellos, vi como pasaban por mí, en ti y en ellos. En los trayectos que no se borran nos enamoramos, de maneras violentas y misteriosas y olvidamos, porque vamos en el carro del  tiempo y le vagón de los errores, las chispas sobre la línea ¿Te arrepientes de haberlo dejado y ya no vuelves atrás?, las letras traducidas, por cantidad de amantes, que se desdibujaban, y la lluvia, que repetía tu nombre al caer al suelo, y los trenes en el sur parten y yo llego, ahora, cuando nunca me moví.
Hombre: Qué bueno que llegaste ¿Qué pasa afuera?
Niño: Ya sé que nos ha pasado
Hombre: y se nos murieron hijos y escribimos sólo un poema.
Joven: Sí te hubieses detenido
Niño: ¿Qué se puede decir de esto?
Hombre: Quizás que hemos vivido 
Joven: Nunca tuvimos nada
Hombre: Y llené de cosas la casa
Niño: Pájaros rojos, manteles azules, vasos de colores
Joven: Y llego de demasiados viajes. Llenándome de cosas raras por miedo a la pobreza. Pensé que todos eran niños y miré así, como ahora, simplemente hacia atrás, como si movieras la cabeza sobre tus hombros. El pasado no es un incendio y en el recuerdo ardes, porque te arrepientes, porque en muchas partes faltaste. Todo se inventa en tu giro, el diámetro es falso en todos sus grados. Pero ahora estas atrasado y morirás dentro de poco. Estás enfermo y tu cuerpo no va a pasar camuflado. Pero estamos acá así que antes inaugura, agradece que te quiere escuchar toda esta gente que también escucha los ruidos.

IMPORTANTE: Ahora entre todos los actores que han actuado se empieza a generar un ambiente de oscurantismo, se le quiere ocultar al hombre lo que pasaba en Chile mientras está agónico. No nos olvidemos que a Pablo Neruda se le oculto la dimensión del golpe. Al personaje también se le oculta. (Sonidos de helicópteros)

Hombre: ¿Qué quieren escuchar?
Madre: Sí mi niño, anda habla, que la gente quiere oír lo que dices, mira, están esperando ansiosos de escuchar como elevas las cosas que ves, hijo mío, no te quedes callado, di algo.
Hombre:
Mamá
Madre: Sí hijo, habla que ya nos vemos. No es tan lejos, es como estar al lado.
Hombre: Mamá
Madre: Eso es lo primero que dijiste mi niño y que yo no alcancé a escuchar, pero ahora debes decir, algo que la gente espera
Hombre: Mamá ¿dónde estoy?, dentro tuyo, ¿Estoy nuevamente naciendo? ¿Por qué afuera?  ¿Qué son esos ruidos?
Madre: Estamos en un teatro
Hombre: ¿Y qué pasa afuera?
Padre: Afuera no pasa nada. Es ruido de la calle
Hombre: ¿Estoy enfermo?
Joven: Sí, habla

(Hay que dar la sensación de que el hombre tiene un ataque de pánico, durante toda la obra ha sido un loco entonces no es extraño que este así ahora)

Hombre: ¿Cómo te fue en Birmania?
Joven: Bien, habla
Hombre: ¿Por qué se quiebran los segundos en el cielo y suenan?
Niño: Son helicópteros, pájaros rojos, manteles azules y vasos de colores
Hombre: (Atónito) ¡Ah!

(Se va del escenario y empieza a ir donde el público, como si quisiera salir de la sala del teatro a ver que  pasa afuera. El joven lo detiene)

Joven: ¿Qué te pasa?
Hombre: ¿Qué pasa afuera?
Joven: No salgas… sí no hablas nos perdemos lo que pasó en tu vida.
Hombre:  (Muy débil, se escuchan bombas) Quiero agradecer a los compañeros que han venido.

  (Se desconcentra porque se escucha un bombazo)

Joven: Concéntrate que no ha pasado nada
Hombre: ¿Dónde estoy?
Madre: En el teatro, esto lo ensayamos.
Hombre: ¿Al frente del teatro?

(Todos disimulan y no le quieren decir que afuera hay  un golpe de estado, esto debe ser muy verosímil, para que el texto cobre sentido)

Padre: (Muy violento) ¿No quisiste ver en el mundo las cosas que querías? Ahora habla.
Hombre: Papá
Padre: Habla
Hombre: Estoy en un teatro y agradezco a los compañeros que han venido, y si está vacío y somos pocos no importa, porque siempre lo hemos sido… Algo no me dicen mientras muero enfermo. Gracias a este joven que lleva mi nombre, a este foco que también lo lleva, estas paredes de cartón y a los aplausos o al… (Se escucha otro bombazo) ¡Pero qué pasa al frente!
Joven: Sigue hablando que te mueres.
Hombre: Gracias, seguro que ya empiezan los abucheos, esto muy raro, (A la madre) como nacer en un sitio y nunca haberse movido.

(Se escucha una radio Argentina que dice: El palacio de la moneda está siendo bombardeado. Golpe de estado en Chile…)

Madre: Bajen el volumen a esa radio
Hombre: Hay un atentado, déjenme escuchar la radio. ¿Qué pasa al frente? ¿Por qué ellos aplauden si detrás hay una tragedia? ¿Ha venido gente, y mañana vendrán más si pasa algo grave al frente? ¿Serás mañana tú mi madre? (Todos les responden que sí) ¡Ah! (El hombre está descolocado y loco) Mejor habla de mi muerte o déjame escuchar la radio. Hay un olor extraño. Algo pasa a espaldas de todo. Moriré sin saber que pasa al frente.
Madre: Mueres porque has vivido.  No te preocupes, que mañana volveremos a estar todos.
Hombre: Entonces que en este teatro siempre aplaudan de espalda.

(El hombre sube al escenario. En el  escenario aparece alguien que esta vestido igual que el hombre. Digamos que es su doble. Uno es Pablo Neruda y otro Neftali Reyes (Su nombre real)

Hombre: (A su doble) No nos dejan saber lo que pasa antes de irnos.
Joven: Hablo de tu muerte justo al frente de este teatro. Afuera nadie mira. Ya no son nidos  los ojos y por quinta vez muere el niño.
Hombre: (Desesperado) Quiero irme de acá. (Al público, insultante) Aplaudan, aplaudan de espaldas.
Niño: Te llevan, te llevan ese cajón que será movido como el de tu padre, y eres el único reconocido con nombre dorado entre otros cuerpos que se señalan como N.N. Sí han y están  fusilando a los tuyos, lo hacen, sin piedad y sin esmero los sepultan, los acallan, los encierran entre cajas, así tú y tu cuerpo es llevado, y entre murmullos que cantan, y la mujer que en este momento te ama sufre, y las demás sufren y el pueblo, la gente que sabe de memoria las cosas, lo que escribiste, cantarán. Justo al frente empezó tu muerte y la de todos.
Todos: (Al niño). Cállate

(El hombre le habla al niño)

Hombre: Gracias por decirme lo que me aterra y yo, ¿Qué te digo ahora? ¿Cuántas veces has muerto tú y esta que es mi primera. ¿Cómo se hace? Y cómo corro ahora, si lo que alcanzo es mi muerte y no un árbol de un parque, perdón, después de correr, no te mostré los parques y ahí estaban, estaban un poco más allá de esta casa, nuestro cielo, pero no muy lejos, no tan lejos estaban los árboles, ni las parejas, ni tampoco estaban esos niños gritando, y no te enseñe tampoco las plazas, esas que tampoco quedaban tan lejos, esas están cerca del parque, no nos cansamos remando en el lago, nosotros a esa no fuimos, nos quedamos con un solo lugar, con un solo sitio. Nos quedamos con el ruido de los árboles roncos, con el soplo de la esquina, con ese amor que se encerraba y se dormía y que era hermoso como el parque, pero nunca fuimos.  Volveremos a bautizar al mundo o las cosas que veamos?
Niño: Date la vuelta que te hacen un homenaje, date la vuelta que dentro de poco relataran tu muerte, gira, no seas terco.
Joven: Tú tenias un nombre y yo te puse otro, donde vas ahora, no necesitas comida, pero seguro seguirás masticando los trenes, las líneas, te acuerdas de esas líneas que se perdían, que el sonido las hacía desaparecer y que esas ruedas de fierro repetían una y otra vez tu nombre, eres lo que anda, así que anda ahora y no gires.

El Hombre ahora habla con su doble. Es Pablo Neruda agradeciéndole a Neftali Reyes, que es él mismo.

Hombre: (Con su doble) Yo te sometí a mi vida y tu aceptaste de buen agrado el dolor de las pasiones, tú tenías un nombre hermoso que no usaste y te quedaste conmigo porque me prestaste
un ojo que se agotó viendo paisajes inventados mientras el otro trataba de ver qué era verdad y qué era mentira. Y te dejé porque pensé que era mejor estar sin ti y ahora que te veo, y muero: dudo. Muero sin saber y eso no es haber vivido. Tú tenías un cuerpo y te quedaste en mí. Yo actúe de ti todo el tiempo en el que me podían señalar y describir. Y yo fui el que hice, que de ti nadie se acordara salvo por los curiosos que se meten en los primeros días. Yo estuve con las mujeres mientras tú dormías, y yo iba de un lugar a otro mientras estabas cansado. Sé perfectamente porque no me miras a la cara. No quise herirte, entiéndeme  que estaba nervioso pensando que vivía. Tú te emocionabas y yo escribía. Me soplaste un huracán de cosas que se poblaron en letras. Perdóname Neftalí.

(Afuera  se escuchan más bombas, la radio con el locutor argentino, siguen dando noticias del quiebre histórico que sufrió Chile en 1973)

 

Madrid, marzo 2004

Fin

 



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